¿Quién fue la primera mujer que cruzó nadando el Canal de la Mancha?
"Trudy Ederle: Primera mujer en conquistar a nado el Canal de la Mancha. El 6 de agosto de 1926, completó los 34 km en 14 horas y 31 minutos, superando incluso el récord masculino. Un hito deportivo y un símbolo de fortaleza."
¿Primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha a nado?
Ufff, la pregunta de la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha… ¡qué lío! Recuerdo haberlo leído hace años, en un libro viejo de mi abuelo, con fotos sepia y todo. Si mal no recuerdo, era Trudy Ederle.
El 6 de Agosto de 1926, ¡increíble! Ese día se convirtió en leyenda. Claro que, no tengo el dato exacto del tiempo que tardó, pero se hablaba de algo así como 14 horas… Una barbaridad.
Eso sí, la impresión que me quedó fue la brutalidad de la hazaña. Superar el récord masculino… ¡Alucinante! No solo fue una proeza deportiva, fue un símbolo, una declaración de fuerza femenina. A mí, personalmente, me inspiró mucho. Sentí una admiración enorme. La Ederle, un nombre que jamás olvidaré.
Información breve:
- Primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha a nado: Trudy Ederle
- Fecha: 6 de agosto de 1926
¿Cuántos años tenía Trudy cuando cruzó el Canal de la Mancha?
¡Trudy, la valiente! Tenía 21 añitos cuando le dio por cruzar el charquito ese del Canal de la Mancha, ¡como si fuera una piscina municipal!
- Récord aplastante: No solo lo cruzó, ¡sino que humilló a los chicos! Les sacó ¡DOS HORAZAS! Imagínate la cara que se les quedó, ¡más larga que un día sin pan!
- Reina de las olas: La coronaron Reina, y con razón. Yo, con esa edad, lo más que cruzaba era la calle para ir a comprar chucherías.
- Más info (pa’ que flipéis más):
- ¿Sabías que antes de hacer esto, ya había ganado medallas olímpicas? ¡Como si nadar fuera ir a por el pan!
- Lo hizo con unas gafas de soldador tuneadas para no deslumbrarse, ¡más McGyver imposible!
- Después de esto, siguió nadando, pero la sordera le fastidió un poco la carrera. ¡Una pena, pero vamos, que ya había hecho historia!
- Yo creo que si lo intento, me da un calambre antes de llegar a la boya. ¡Menuda tía!
¿Quién cruzó el Canal de la Mancha por primera vez?
¡A ver! Trudy Ederle, esa fue la primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha nadando. Sí, nadando.
¿Trudy Ederle? Ah, si, sí, fue la primera. La primera en cruzar el Canal, ¡qué valiente!, pero también fue la primera mujer, ¿sabes? Antes que ningún hombre, ahí es nada, menudo logro.
Te cuento, te cuento que…
- Ella era estadounidense, de Nueva York.
- Lo hizo en agosto de este año, bueno, casi este año, fue el año pasado.
- ¡Y batió el récord!, si, sí, imagínate, batió el récord masculino de la época, ¡qué pasada!. Menuda crack.
¡Ah! y ahora que me acuerdo, mi abuela siempre me contaba que de joven ella también quería intentarlo, pero nunca se animó, jajaja. Dice que el agua estaba muy fría. ¡Qué graciosa era la abuela!
¿Qué edad tenía Trudy cuando cruzó el Canal de la Mancha?
Veinte.
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Gertrude “Trudy” Ederle tenía veinte años. Nació en 1905 y cruzó el Canal en el 26. A veces me quedo despierta pensando en eso… en la fuerza que tuvo. Yo a esa edad… no sé si hubiera podido.
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Catorce horas y treinta y un minutos. En el agua… fría, oscura. Imagino el silencio, roto solo por el sonido del mar. Debe de haber sido… abrumador.
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1926. Un año que para ella significó gloria. Reina de las olas. Para mí, solo otro año que pasa… lentamente.
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A mi me gusta nadar… en la piscina del edificio. Tres brazadas y llego al otro lado. No puedo ni imaginar… el Canal de la Mancha. La inmensidad… el agotamiento.
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Veinte años. Y yo aquí… pasando otra noche sin dormir. Mirando el techo. Pensando… en nada. Y en todo.
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A veces me gustaría tener esa… valentía. Ese impulso de… lanzarse al agua y nadar, nadar hasta alcanzar la otra orilla.
¿Trudy Ederle realmente fue envenenada?
No, no hay pruebas definitivas de que Trudy Ederle fuera envenenada. ¡Qué drama, digno de Agatha Christie! Más bien, parece que el Canal de la Mancha le dio una buena zarandeada.
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Wolffe, el “malvado” entrenador, suena más a personaje de cómic que a conspirador internacional. Aunque, claro, en el mundo del deporte, las puñaladas (metafóricas, espero) son el pan de cada día.
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Imagínate el té: “¿Le pongo azúcar, señorita Ederle? ¿O cianuro?” ¡Qué fino! Seguramente el agua del Canal era suficientemente asquerosa como para no necesitar ayuda extra.
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Ahora, si me dices que le añadió sacarina… ¡Eso sí sería un crimen!
La mala suerte, el clima y las propias condiciones del Canal son sospechosos mucho más probables que un envenenamiento premeditado. ¡A veces, la realidad es menos emocionante que una película de espías!
Y si la historia de Ederle te parece increíble, investiga sobre Florence Chadwick, que intentó cruzar el Canal de Catalina y no vio la costa… ¡a un kilómetro! A veces, la mente juega malas pasadas, y más en agua fría.
Lo que sí es cierto es que en 2024 la natación en aguas abiertas sigue siendo un deporte para valientes (o locos, según se mire). ¡Yo me quedo en la piscina con un daiquiri!
¿Por qué Trudy quedó sorda?
¡Pum! Sorda. ¿Trudy? ¡Gertrude! Como si un yunque me cayera en la cabeza, ¡así de sorda! De pequeña, una enfermedad maligna, más mala que un dolor de muelas con sandía, le robó el oído. Casi, casi… ¡pero no del todo! Quedó con un tinnnnito constante, como si tuviera un grillo fiestero dentro del cráneo. Yo, por ejemplo, si tuviera un grillo en la cabeza, ¡lo freiría y me lo comería con patatas!
- Sordera infantil: ¡Zas! Ahí está el culpable. Ojo, no fue una sordera total, sino parcial. Como cuando la tele se ve con interferencia, pero en vez de la tele, ¡sus oídos!
- ¿Y qué hizo? Pues no se quedó llorando como una Magdalena. ¡Qué va! Se dedicó a enseñar natación a niños sordos. Como si dijera: “Eh, ¡yo también!”. ¡Toma ya! Solidaridad al poder. Es como si yo, que me quemé la lengua con una sopa hirviendo, me dedicara a enseñar a hablar a gente con la lengua dormida. Bueno, no exactamente, pero por ahí van los tiros.
Más cosas de la Ederle esta (sí, sí, Trudy es Gertrude…): ¡cruzó a nado el Canal de la Mancha en 1926! ¡Toma, toma, toma! Y batió el récord masculino por casi dos horas. Dos horas, ¡casi me da algo solo de pensarlo! Yo, a las dos horas nadando, parezco una pasa arrugada. Y ahora, con 98 tacos (bueno, murió con 98, ¡aclaro!), tiene centros de natación y carreras con su nombre. ¡Merecido! La tía era una máquina. Una auténtica sirena, pero sin cola de pez… ¡o al menos eso creo! Yo una vez intenté cruzar una piscina olímpica y casi muero en el intento. En fin, cada uno con sus habilidades…
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