¿Cómo puedo referenciar un texto en formato APA?

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¡Uf, referenciar en APA puede ser un rollo al principio! Pero una vez que le agarras la onda, no es tan terrible. Me parece clave fijarse en el detalle del autor, el año y el título, ¡son la base! Y no te olvides de las cursivas en el título, ¡a mí me pasaba que se me olvidaban! Lo de la edición y el lugar de publicación a veces es un lío encontrarlos, pero son importantes. En fin, ¡paciencia y buena letra!

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Ay, Dios mío, ¿referenciar en APA? ¡Qué dolor de cabeza me daba al principio! Parecía un jeroglífico, ¿verdad? Recuerdo la primera vez que intenté hacerlo, para un trabajo de la universidad… ¡un desastre! Me pasé horas buscando información, entre páginas web que parecían escritas en chino antiguo y manuales que parecían diseñados para dormirte en la primera línea. Sentía que nunca iba a entenderlo.

Pero, ¡ey!, con paciencia, poquito a poquito, le fui agarrando el truco. Ahora ya no me parece tan monstruoso. Lo primero, lo fundamental, es aprenderse de memoria lo básico: el autor, el año y el título. Es como la santísima trinidad de la referencia APA. ¡Sin esos tres elementos, estás perdido! Y, ay, las cursivas en el título… ¡Cuántas veces me olvidé! ¡Cuántas veces tuve que rehacer todo el trabajo por esa tontería! Me acuerdo de una vez que entregué un trabajo con un título sin cursivas… ¡la profesora me miró con cara de pocos amigos! Casi me da un infarto.

Luego viene lo de la edición, el lugar de publicación… Uf, a veces es un rollo encontrar esos datos. He pasado horas buscando en páginas web, a veces hasta contactando a las editoriales, ¡todo por una maldita edición! Me acuerdo de un libro antiguo que necesitaba referenciar para mi tesis, ¡fue una odisea encontrar la información completa! Casi me vuelvo loca. Pero bueno, al final lo conseguí.

Y es que, a pesar de lo complicado que parece, la clave está en la práctica. Como dicen, la práctica hace al maestro. Se trata de aprender a leer detenidamente, a prestar atención a los detalles, a ser paciente y ¡a no rendirse! Porque, créanme, al principio parece una montaña rusa, pero una vez que dominas los conceptos básicos, te das cuenta de que no es tan complicado como parecía. ¡Ánimo, que lo van a conseguir! Y si ven que se atascan, ¡no duden en pedir ayuda! A mí me salvó un amigo, que ya lo había dominado, con su infinita paciencia. Un ángel, la verdad.