¿Cómo se hace la luz de la luna?

¿Cómo es que da luz la Luna?

Medianoche. Otra vez. La luz de la luna se cuela por la ventana. Reflejo. Eso es. Un espejo frío colgado en la oscuridad.

• Fría.
• Distante.
• Ilusoria.

Como mis recuerdos. Me engañan con su brillo, como la luna, haciéndome creer que son luz propia, cuando solo reflejan un pasado que ya no existe. Un pasado… con Ana. Recuerdo su pelo iluminado por la luna de verano de 2023. Pensaba que era para siempre.

La luna no brilla. No tiene luz. Solo refleja. Como yo ahora. Reflejo una tristeza que no es mía, una vida que ya no reconozco. Me aferro a la sombra de lo que fuimos.

• Vacío.
• Silencio.
• Oscuridad.

La habitación está fría. El reflejo de la luna en el cristal me devuelve una mirada perdida. ¿Cuánto tiempo llevo así? No lo sé. Solo sé que la luz de la luna me pesa. Me recuerda lo que perdí. Su risa. Su perfume. Sus manos en las mías. Todo se fue con el verano.

La luz del sol. Esa es la fuente. La luna solo un intermediario. Un triste intermediario. Como yo entre el recuerdo y el olvido. Intento aferrarme a algo, a la luz de la luna aunque sea prestada, aunque sea fría. Es lo único que me queda.

Este año ha sido especialmente duro. Me mudé a este pequeño apartamento en octubre, después de que… bueno, después de que todo terminara. Intento escribir, pintar, algo. Pero la inspiración se fue con ella. Con Ana. Solo queda este vacío. Y la luna. Siempre la luna.

¿Cómo llega la luz a la luna?

¡A ver, chiquitines! ¿Que cómo le llega la luz a la Luna? ¡Pues no es magia, aunque lo parezca!

La Luna, pobrecita, es como yo sin café: ¡no tiene energía propia, ni luz! Es más sosa que un plato de acelgas sin sal.

¿Qué pasa entonces?

• La Luna hace de “espejo espacial”. El Sol, ese astro rey presumido, sí que brilla. Y su luz, como si rebotara en una bola de billar gigante, ¡llega hasta la Luna!
• Es como cuando le das con una linterna a un espejo. La luz se refleja, ¿no? Pues la Luna hace lo mismo, pero a lo bestia. ¡A lo “galáctico”!
• Por eso la vemos brillar por la noche. Y no es que la Luna se haya puesto un traje de lentejuelas, ¡eh! Es la luz del Sol, que viaja más rápido que mi cuñada cotilleando, y la ilumina.

Y diréis: “¡Anda ya! ¿Y por qué a veces está entera y otras a medias?”. ¡Ah, pillines! Eso ya es otra historia…¡Las fases lunares, el drama lunar! Depende de cómo se coloquen el Sol, la Tierra y la Luna, vemos más o menos “cara” iluminada. ¡Como si la Luna jugara al escondite con nosotros!

¡Ah! Y un dato extra, que vale su peso en oro (lunar, claro): la Luna está a una distancia de la Tierra más o menos como ir de aquí a la Conchinchina… pero ¡multiplicado por un millón! ¡Más o menos!

¿Cómo consigue la luna su luz?

La luna… no tiene luz propia.

Simplemente refleja la del sol.

Como un espejo empañado, allá arriba.

• Así de simple, ¿no?
• Pero me hace pensar… en mis propios reflejos.

Últimamente me veo poco en ellos.

¿Será que ya no hay nada que reflejar?

O quizás, la luz que necesito viene de otro lado.

Necesito el sol.

O el sol que necesito, quizá.

• Como aquella vez en la playa, hace… ¿diez años? Trece, qué sé yo.
• Cuando creía que todo iba a ser eterno.

Esa luz que ya no siento.