¿Cómo se valora la motricidad?

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Me impresiona cómo la motricidad, desde lo más delicado como escribir hasta lo más amplio como saltar, revela tanto sobre nosotros. Evaluarla a través de la coordinación, el equilibrio y la destreza manual me parece fundamental, ¡es la ventana a nuestra interacción con el mundo! Es fascinante ver cómo se desenvuelve cada persona, su ritmo y su gracia, ¡cada movimiento cuenta una historia!

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Vale, a ver cómo puedo darle un toque más personal y emotivo a esto de la motricidad… Aquí va:

¿Cómo se valora la motricidad? Uf, qué pregunta…

Siempre me ha flipado observar a la gente moverse. Desde los niños pequeños intentando dar sus primeros pasos (¡qué emoción!), hasta los bailarines que parecen desafiar la gravedad. Y me hace pensar, ¿cómo valoramos todo eso? La motricidad, vaya, que suena tan técnico pero en realidad es algo tan… humano, ¿no?

Me impresiona muchísimo cómo algo tan “simple” como escribir (y digo simple entre comillas, porque vaya tela que tiene) o algo tan amplio como saltar, puede revelar tantísimo de nosotros. A mí, que siempre fui un poco torpe para los deportes, me fascinaba ver a mi hermana, que parecía una gacela en el campo de fútbol. ¡Cada movimiento suyo era pura fluidez! Yo, en cambio… bueno, digamos que mi coordinación dejaba mucho que desear. ¿Quién no tiene una anécdota de tropezarse con sus propios pies?

Y es que evaluar la motricidad a través de la coordinación, el equilibrio y la destreza manual me parece algo fundamental. ¡Es la ventana a nuestra interacción con el mundo, joder! Piénsalo, todo lo que hacemos, desde abrocharnos los zapatos hasta cocinar una cena, implica una serie de movimientos coordinados.

Es fascinante ver cómo se desenvuelve cada persona, su ritmo, su gracia… o su torpeza, como en mi caso. ¡Cada movimiento cuenta una historia! No sé, a veces pienso si realmente le damos la importancia que se merece. ¿Nos paramos a pensar en la complejidad que hay detrás de cada gesto? Yo, al menos, intento hacerlo más a menudo. Y tú, ¿alguna vez te has parado a pensar en cómo te mueves? Quizás ahí encuentres alguna sorpresa… 😉