¿Cuáles son algunas aplicaciones de la química orgánica?

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¡Uf, la química orgánica! Me fascina pensar en su alcance. Es increíble cómo algo tan fundamental está en TODO: la gasolina que mueve mi coche, los medicamentos que me curan una gripe, ¡hasta la comida que me da energía! Es alucinante cómo la manipulación de moléculas de carbono afecta tan profundamente nuestra vida, desde la industria hasta nuestra propia biología. Simplemente, ¡es magia molecular que transforma nuestro mundo!

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¿Aplicaciones de la química orgánica? ¡Buah! ¿Por dónde empiezo? Es que… es inmenso. Me flipa pensar que algo tan, digamos, “microscópico” esté metido en absolutamente todo. En serio, ¡en TODO! Desde la gasolina que le echo al coche –y que, por cierto, ¿cuándo bajará el precio?– hasta el ibuprofeno que me salva la vida cuando tengo una migraña infernal como la de la semana pasada. Recuerdo que no podía ni ver la luz, y una pastillita, ¡zas!, me devolvió a la vida. ¿No es increíble?

Y ni hablar de la comida, ¿no? Todo lo que comemos, lo que nos nutre, lo que nos da energía para seguir adelante… ¡química orgánica! Desde el azúcar del café –que sí, lo confieso, necesito mi dosis mañanera– hasta las proteínas del filete que me comí ayer en casa de mi madre. Es que, piénsalo, estamos hechos de carbono, ¡igual que todo lo que nos rodea!

A veces me cuesta entenderlo del todo, la verdad. Toda esa manipulación de moléculas, esos enlaces de carbono que se rompen y se forman… Es como una especie de magia molecular, ¿no te parece? Transformando nuestro mundo, desde la industria –ese plástico del móvil que tengo en la mano, por ejemplo– hasta nuestra propia biología. Leí una vez que más del 90% de los compuestos conocidos son orgánicos. ¡Una barbaridad! No me acuerdo dónde lo vi, pero vamos, que es una cifra que se te queda grabada.

Es fascinante, de verdad. A veces me pongo a pensar en todo esto y me siento… no sé, pequeña. Como una hormiguita en un universo gigantesco de moléculas. Pero al mismo tiempo, es emocionante saber que formamos parte de algo tan grande y complejo. Que estamos conectados a todo lo que nos rodea a través de esta química invisible pero omnipresente. Es… ¡wow! Simplemente, wow.