¿Cuáles son las 10 causas de una mala alimentación en niños?

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Causas de mala alimentación infantil:

  • Escasos recursos económicos: Dificultad para acceder a alimentos nutritivos.
  • Hábitos alimentarios inadecuados: Consumo excesivo de alimentos procesados y azucarados.
  • Falta de educación nutricional: Desconocimiento sobre alimentación saludable.
  • Publicidad engañosa: Influencia de la publicidad de comida chatarra.
  • Neofobia alimentaria: Rechazo a probar nuevos alimentos.
  • Horarios irregulares de comida: Saltarse comidas o comer a deshoras.
  • Presión social: Imitación de malos hábitos alimentarios de compañeros.
  • Problemas emocionales: Ansiedad, estrés o depresión que afectan el apetito.
  • Condiciones médicas: Alergias, intolerancias o enfermedades que dificultan la absorción de nutrientes (ej. malabsorción).
  • Restricción alimentaria excesiva: Dietas inapropiadas.
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Ay, Dios mío, hablar de la mala alimentación en niños… me parte el alma. Recuerdo a mi sobrino, pequeño aún, obsesionado con las chucherías. Una lucha constante, ¿verdad? Como si estuviéramos en una guerra contra los anuncios de televisión, ¡esos diabólicos anuncios! Esos diez puntos… uff, me traen tantos recuerdos… y no son solo estadísticas frías, son vidas reales, son niños que sufren.

Empecemos por la pasta… quiero decir, por el dinero. Escasos recursos económicos, el primero de la lista. ¿Cómo se supone que una madre soltera, trabajando dos turnos, pueda comprar fruta fresca cuando un paquete de patatas fritas es más barato y llena más? Es una injusticia brutal, una realidad que te golpea en la cara.

Luego está la comida basura, la tentación siempre presente. Recuerdo a mi prima, que caía rendida ante los anuncios de esas hamburguesas con queso derretido… ¡Una bomba de calorías! Y claro, la falta de educación nutricional, a veces ni los adultos sabemos qué es lo mejor, ¿cómo se lo vamos a explicar a un niño? ¡Hay que educar desde pequeños!

La publicidad engañosa, ¡qué rabia me da! Esos dibujos animados, esos colores chillones… ¡es manipulación pura y dura! Y la neofobia, ese rechazo a probar cosas nuevas… ¡mi hija era así! Con ella fue un suplicio, y luego la presión social, si el resto de los niños del cole comen pizza, él también la quiere, pase lo que pase.

Los horarios irregulares, eso sí que lo entiendo. Con tanto trabajo, a veces la comida se convierte en una carrera contra el reloj. ¡Uno mismo se olvida de comer bien! Luego vienen los problemas emocionales: la ansiedad, la tristeza… se reflejan en el plato, y al niño no le apetece nada.

Hablando de apetecer… las condiciones médicas, como las alergias o intolerancias, hacen que la alimentación sea mucho más complicada y la restricción alimentaria excesiva, esas dietas absurdas, ¡que a veces incluso los adultos imponemos sin saber! ¡Cuánto daño se puede hacer con buena intención, pero sin conocimiento!

En fin… diez puntos, diez luchas. Deberíamos luchar por una infancia con una alimentación sana, nutritiva y llena de alegría. No es solo cuestión de números, es cuestión de salud, de bienestar, de futuro. Es cuestión de amor, al fin y al cabo.

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