¿Qué ocurre en nuestro organismo cuando no nos alimentamos correctamente?

¿Qué pasa dentro de nosotros cuando nos olvidamos de alimentarnos bien? Ay, qué rabia me da pensarlo… ¿Sabes esa sensación de vacío, no solo en el estómago, sino en el alma? Como si le estuvieras fallando a tu propio cuerpo, a tu mejor amigo, a ti mismo. Y es que, ¡qué desastre se arma ahí dentro cuando lo descuidamos con la comida!

Recuerdo a mi abuela, ella siempre decía que “la comida es medicina”. Y ahora, que la extraño tanto, entiendo mejor lo que quería decir. No es solo llenarse la panza, ¿verdad? Es darle a tu cuerpo las herramientas para funcionar bien. Para que ese motor increíble que llevamos dentro, no se ahogue en grasas saturadas y azúcares refinados. ¡Un desastre total!

Diabetes acechando… me da escalofríos solo de pensarlo. Y el corazón, ¡pobrecito!, sufriendo en silencio, sin que nos demos cuenta hasta que ya es demasiado tarde. ¿Cuántos infartos se podrían evitar con una dieta equilibrada? He leído que, ¡casi el 80%! Eso es una barbaridad, una cifra que te deja helado. Es como si jugáramos a la ruleta rusa con nuestra propia salud.

Ni hablar de la digestión, ¡un completo caos! Yo misma lo he experimentado, esos días en que me siento hinchada, con pesadez… como si llevara un saco de piedras en el estómago. Una pesadilla. Y el sistema inmunológico, ¡débil como un gatito! Más vulnerable a cualquier virus, a cualquier gripe… Es que es lógico, ¿no? Si no le damos los nutrientes que necesita, ¿cómo esperas que se defienda?

Me da mucha rabia, mucha impotencia, ver cómo nos auto saboteamos con la comida. Se roba salud, sí, pero también te roba energía, te roba alegría… te roba la vida, poco a poco. Es como una deuda que pagas con intereses altísimos.

Pero, también hay una parte bonita. Cuidarse, de verdad que es un acto de amor propio. De esos que te hacen sentir bien por dentro y por fuera. Es un regalo que te haces a ti mismo, a tu futuro. Y aunque a veces cueste, créanme, vale muchísimo la pena. Merece la pena invertir en la mejor versión de ti mismo, en una vida llena de energía, de salud, de alegría. ¿No crees?