¿Qué es hablar adecuadamente?

¿Qué es hablar adecuadamente? Ay, qué pregunta tan compleja, ¿verdad? A ver, si me lo preguntas a mí, hablar bien… no es solo seguir las reglas, ¿o sí? Porque para mí, se trata de algo mucho más profundo, algo que me llega al alma. Es sentir cómo las palabras vibran en mi boca, como si fueran pequeñas aves que quieren salir a volar. Recuerdo una vez, cuando tenía unos diez años, leyendo a Poe… ¡la musicalidad de sus frases! Me quedé fascinada, como hipnotizada, sentía que me hablaba directamente al corazón.

Hablar bien, para mí, es también sentir la cadencia, el ritmo… es como bailar con las palabras, ¿sabes? A veces, una palabra, una simple palabra, puede cambiar por completo el significado de una frase. Un sinónimo, ¡qué maravilla! Un simple “triste” puede ser sustituido por “melancólico”, “desolado”, “descorazonado”… cada uno te da una pincelada diferente, una emoción distinta, una intensidad… ¿No es increíble?

Y es que, ¿de qué sirve hablar si no te expresas con el alma? Yo siento que domino el lenguaje cuando logro expresar lo que llevo dentro, lo que me bulle en el pecho, ¡con estilo! Con mi propio estilo, claro. Porque a veces, me dejo llevar, y se me escapan algunas frases un poco… ¿extrañas? Sí, a veces, a veces me enredo un poco, ¿qué le vamos a hacer? Pero es que, ¡me apasiona!

Como esa vez que estaba explicando a mi abuela una idea que tenía sobre un libro, y empecé a hablar de “metáforas flotantes” y de “sombras danzantes”… ¡Ni ella misma sabía de qué hablaba! Pero me entendía, ¿sabes? Sentía el entusiasmo, la emoción… eso es lo importante, creo. No sólo comunicar información, sino compartir sentimientos, transmitir pasión. Eso, eso sí que es hablar bien, para mí. Al menos, esa es mi humilde opinión.

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