¿Qué es lo que hace alumbrar la Luna?

¿Por qué brilla la Luna?

La Luna, nuestro satélite natural, cautiva a los humanos desde tiempos inmemoriales con su etérea luminosidad. Sin embargo, a diferencia del Sol, la Luna no produce su propia luz. Su resplandor es el resultado de un fenómeno fascinante: la reflexión de la luz solar.

Reflexión de la luz solar

La superficie de la Luna está cubierta de una capa de regolito, compuesta por polvo, rocas y minerales. Cuando los rayos del Sol inciden sobre esta superficie, se dispersan y reflejan en todas las direcciones. Esta luz reflejada es la que vemos cuando miramos la Luna.

Intensidad variable

La intensidad del brillo de la Luna varía según la fase lunar. Durante la luna llena, cuando la cara de la Luna que da a la Tierra está completamente iluminada por el Sol, la reflexión es máxima y la Luna aparece más brillante. En las fases menguante y creciente, solo una parte de la cara de la Luna está iluminada, lo que resulta en una intensidad de luz más baja.

Reflectividad baja

Aunque la Luna parezca brillante, su reflectividad es relativamente baja. Solo refleja entre el 3% y el 12% de la luz solar incidente. Esto se debe a la naturaleza irregular y polvorienta de su superficie, que dispersa la luz en lugar de reflejarla directamente.

Iluminación cambiante

A medida que la Luna orbita la Tierra, la cantidad de luz solar que refleja cambia constantemente. Esto se debe a que el ángulo entre la Tierra, la Luna y el Sol cambia, lo que afecta la cantidad de superficie lunar iluminada. Como resultado, observamos las diferentes fases lunares, desde la luna nueva hasta la luna llena.

Conclusión

La Luna ilumina nuestro cielo nocturno no por su propia luz, sino por la luz del Sol que refleja. Su brillo variable, que va desde el tenue resplandor de la luna nueva hasta el resplandor intenso de la luna llena, es un testimonio de la intrincada danza celestial que ocurre en nuestro sistema solar.