¿Cuánto paga un empresario por contratar a un trabajador?
El coste laboral para una empresa excede el salario bruto del trabajador. A este se añaden las cuotas a la Seguridad Social: contribuciones por contingencias comunes, formación, y desempleo (que varía según el tipo de contrato). En total, representan un porcentaje significativo del salario.
Contratar a un trabajador en España: Un desembolso que va más allá del salario
Para un empresario, la incorporación de un nuevo empleado implica un coste significativamente mayor al salario bruto que se refleja en la nómina. Este coste laboral total, a menudo invisible para quien recibe la remuneración, incluye un conjunto de contribuciones a la Seguridad Social que engrosan la inversión real que la empresa realiza por cada trabajador.
Más allá de la cantidad acordada como salario bruto, el empresario debe afrontar las cuotas a la Seguridad Social, un componente esencial del sistema de protección social en España. Estas cuotas se dividen en varias partidas, cada una con un propósito específico:
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Contingencias Comunes: Destinadas a cubrir las situaciones de incapacidad temporal derivadas de enfermedad común o accidente no laboral, así como las prestaciones por maternidad, paternidad y riesgo durante el embarazo. Esta es la partida más significativa dentro de las cotizaciones.
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Formación Profesional: Contribuyen a la financiación de la formación continua de los trabajadores, permitiendo la actualización de conocimientos y la mejora de la competitividad empresarial.
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Desempleo: Estas cotizaciones financian las prestaciones por desempleo, ofreciendo una red de seguridad a los trabajadores en caso de pérdida de empleo. La cuota por desempleo varía en función del tipo de contrato, siendo mayor en los contratos temporales, incentivando así la contratación indefinida.
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Fogasa (Fondo de Garantía Salarial): Aunque en menor cuantía que las anteriores, esta aportación garantiza el pago de salarios e indemnizaciones en caso de insolvencia o quiebra de la empresa.
El porcentaje total que representan estas cotizaciones sobre el salario bruto del trabajador es considerable, pudiendo oscilar, en términos generales, entre un 25% y un 35% aproximadamente, dependiendo del tipo de contrato y otras variables. Es decir, por cada 1000 euros brutos que percibe el trabajador, la empresa puede estar desembolsando entre 1250 y 1350 euros, o incluso más en algunos casos específicos.
Por lo tanto, al planificar la incorporación de personal, es fundamental que el empresario tenga una visión completa de este coste laboral, considerando no solo el salario bruto, sino también la suma de las cotizaciones a la Seguridad Social. Una correcta evaluación de estos costes permitirá una gestión financiera más precisa y una planificación empresarial más sólida. Desconocer esta realidad puede llevar a desequilibrios presupuestarios y dificultades para la sostenibilidad de la empresa a largo plazo.
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