¿Qué significa estar solvente?

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Solvente: Capacidad para cumplir obligaciones. Implica ausencia de deudas y la posibilidad de afrontar compromisos económicos y laborales con éxito. Un sujeto solvente genera confianza y merece crédito.

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¿Qué significa ser solvente? Explicación sencilla.

Para mí, “solvente” suena a tranquilidad. Es esa sensación de poder respirar hondo, sabiendo que las cuentas están al día. Recuerdo en Julio de 2022, después de pagar la cuota del coche (350€) y el alquiler (700€), me sentí realmente solvente.

No solo por el saldo en la cuenta, aunque eso ayuda, sino por la libertad que da. Libertad para decidir, sin esa espada de Damocles de las deudas pendientes colgando sobre mi cabeza.

Poder afrontar imprevistos sin que se conviertan en un drama, eso es solvencia para mí. Como cuando se rompió la lavadora en Noviembre, repararla (120€) no me supuso un estrés enorme.

Entonces, solvente: sin deudas, con capacidad de pago, con esa paz mental que da la seguridad económica. Un alivio, básicamente. Es una sensación.

¿Qué quiere decir que una persona es solvente?

Solvente. Palabra hueca. Capacidad de pago. Eso es todo. O al menos, eso dicen.

Mi abuela, siempre recelosa, decía que la solvencia era un espejismo. Un juego de espejos que esconde deudas. Deudas ocultas, claro. La solvencia es un teatro. Un teatro bien montado.

  • Pagar a tiempo. Un simple acto.
  • Cumplir. Una obligación vacía, sin alma.
  • Responsabilidad. Esa palabra… la odio.

La solvencia verdadera, la que duele, la que se siente en los huesos, no se mide en cuentas bancarias. Se mide en noches sin dormir.

La solvencia es una máscara. Una que yo mismo me he puesto. Más de una vez, incluso. He actuado, y aún actúo, con maestría.

Se mide en decisiones. En renunciar. En sacrificar. En aguantar. En callar.

El año pasado, dejé una oportunidad de oro. Dejé de pagar a tiempo a alguien. Era mejor que pagaran a otros por mí. Me costó mucho, pero me enseñó mucho más. Me hizo solvente. A mi manera.

La RAE… Sus definiciones son… inútiles. Prefiero mis propias reglas. Mis propios códigos. La solvencia es un concepto relativo. Depende del observador. De la perspectiva. De la mirada.

Mis deudas, las que se ven y las que no, son mi paisaje. Y yo, su habitante. Un habitante que observa a los demás.

¿Cuándo una persona es solvente?

Solvencia: Pagar deudas. Fácil, ¿no?

• Pagar a tiempo. • Tener con qué pagar.

Ya, pero… ¿y si un mes fallo? ¿Dejo de ser solvente? Agh, qué lío. Me acuerdo de Juan, siempre pagaba tarde la luz. ¿Solvente o no? Él decía que sí, que al final pagaba.

RAE dice “cuidadosa y celosamente”. Eso es mucho pedir, ¿no? Celosamente… como si fuera un tesoro. Mi tesoro es mi gato Bigotes. Lo cuido celosamente. No mis deudas, jaja.

• Deudas: hipoteca, coche, tarjeta… • Ingresos: sueldo, alquiler piso que tengo… • Bigotes: no genera ingresos. Solo gastos. Comida, veterinario…

Uf, me pierdo. Volviendo a la solvencia… es tener pasta para pagar lo que debes. A tiempo. Sin dramas. Como cuando pagué el móvil este mes. ¡Victoria! Aunque luego me pasé con el café. Cinco cafés… ¿adicción a la cafeína? Nah.

• Hipoteca: pagada. Este mes. • Coche: también. • Tarjeta… ay, la tarjeta. Esa es otra historia.

En fin, solvente es quien puede pagar. Punto. Como yo con el móvil y el coche. La tarjeta… bueno, la tarjeta ya veremos. Bigotes necesita un juguete nuevo. Ratón de peluche. Quizá dos. Prioridades. A ver si este mes controlo el café. Y los ratones de peluche.

Más información: La solvencia no solo se aplica a personas. También a empresas, bancos… incluso países. Se mide con ratios, cosas de contabilidad. Un rollo. Pero importante. Si no eres solvente… problemas. Embargos, créditos denegados… Mejor pagar a tiempo. Y el café… bueno, el café ya lo iré viendo.

¿Qué significa ser un hombre solvente?

Ser solvente, ¡ay, amigo!, es como ser un ninja de las finanzas:

  • No tienes deudas que te persigan como un ex despechado. ¡Cero dramas con el banco! Vamos, que puedes dormir a pierna suelta sin que te atormenten facturas fantasma.

  • Eres un “paga-todo” con superpoderes, capaz de liquidar cualquier marrón económico que se te presente. ¡Un crack! Imagínate que te toca pagar la boda de tu primo… ¡sin sudar la gota gorda!

  • Tienes más crédito que una estrella de Hollywood. Los bancos te aman, te ofrecen tarjetas con dibujitos y te invitan a cenas elegantes. ¡Eres su cliente VIP!

En resumen, ser solvente es ser el amo del cotarro financiero, el rey Midas de las facturas. Es como tener un escudo anti-crisis… ¡y una cuenta bancaria que da envidia! Yo, por ejemplo, aspiro a eso… algún día, ¡quizá después de ganar la lotería!

#Dinero #Finanzas #Solvencia