¿Qué conduce más, el oro o el cobre?

Vale, a ver, esto de la conductividad del oro y el cobre siempre me ha parecido curioso. A ver, ¿qué conduce más, el oro o el cobre? La respuesta, a secas, es que el cobre conduce mejor la electricidad. ¡Sí, señores! El humilde cobre le da una patada al reluciente oro en eso.

Pero aquí viene lo interesante, porque si fuera tan sencillo, ¿para qué usaríamos el oro en temas eléctricos? Y ahí está el truco. Resulta que, aunque el cobre sea mejor conductor, el oro tiene una carta bajo la manga: ¡la resistencia a la corrosión!

Me explico. ¿Alguna vez has visto un cable de cobre viejo, verdoso y hecho un asco? Pues eso es la corrosión. El cobre, con el tiempo, se oxida y pierde conductividad. El oro, en cambio, aguanta como un campeón. Es como ese amigo que siempre está ahí, pase lo que pase.

Por eso, aunque el oro no sea el rey de la conductividad, se usa en sitios críticos como bornes de baterías o conectores. Piensa, por ejemplo, en los conectores de los ordenadores, los teléfonos… ¿Te imaginas si tuvieran que cambiarlos cada dos por tres por la corrosión? Sería un desastre.

Recuerdo una vez, arreglando el coche de mi padre, que los bornes de la batería estaban fatal. Llenos de óxido, una cosa asquerosa. Ahí entendí de verdad la importancia de la resistencia a la corrosión. Claro, los bornes de su coche no eran de oro, ¡qué más quisiera mi padre! Pero si lo fueran, seguro que no tendríamos ese problema.

Así que, al final, no todo es ser el más rápido o el que mejor conduce. A veces, la durabilidad y la fiabilidad son aún más importantes. Es como en la vida, ¿no? No siempre gana el más listo, a veces gana el que más aguanta. ¿No crees?