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Cómo conseguir la Gran Espada Luna Azul en Dark Souls II

La Gran Espada Luna Azul es un arma poderosa y codiciada en Dark Souls II, conocida por su infame conjunto de movimientos y su daño devastador. Para obtener esta legendaria espada, los jugadores deben completar una serie de pasos desafiantes.

Encuentros con Benhart de Jugo

El camino hacia la Gran Espada Luna Azul comienza con Benhart de Jugo, un Caballero Mirrah que aparece en varias ocasiones a lo largo del juego. Para obtener la espada, los jugadores deben derrotar a Benhart en tres encuentros consecutivos.

Primer encuentro: Torre de la Flor de Fuego

El primer encuentro con Benhart tiene lugar en la Torre de la Flor de Fuego, ubicada en el Muro de Heide. Los jugadores deberían hablar con él y agotar sus opciones de diálogo para activar el encuentro.

Segundo encuentro: Ruinas del castillo de Drangleic

Después de derrotar a Benhart en la Torre de la Flor de Fuego, se trasladará a las Ruinas del Castillo de Drangleic. Los jugadores pueden encontrarlo en el camino hacia el trono del Viejo Rey Allant.

Tercer encuentro: Recuerdo de Orro

El encuentro final con Benhart tiene lugar en el Recuerdo de Orro, un área accesible a través de una grieta en el suelo en el Castillo de Drangleic. Los jugadores deben derrotar a Benhart en esta pelea final para obtener la Gran Espada Luna Azul y su armadura.

Recompensa: Gran Espada Luna Azul

Después de derrotar a Benhart en el Recuerdo de Orro, te entregará la Gran Espada Luna Azul. Esta espada es un arma cortante que requiere 50 de Fuerza y 16 de Destreza para manejar. Inflige daño físico y mágico estándar, y su conjunto de movimientos único le permite a los jugadores balancearse a través de los enemigos con facilidad.

Consejos

• Equipa un arma con alto daño físico para los encuentros con Benhart.
• Rodar y esquivar sus ataques es crucial para evitar daños.
• Sé paciente y espera las aberturas para atacar.
• El uso de objetos de mejora de daño, como la Resina dorada, puede ser beneficioso.

Obtener la Gran Espada Luna Azul en Dark Souls II es un desafío, pero el esfuerzo vale la pena por esta poderosa arma que puede dominar incluso los encuentros más difíciles.