¿Qué pasa si dejo ropa húmeda en la lavadora?

¡Ay, Dios mío, qué desastre! ¿Dejar la ropa húmeda en la lavadora? Solo de pensarlo me entra una angustia… ¿A quién no le ha pasado alguna vez, verdad? Pero, ¡uf!, el olor a humedad que luego se queda… ¡Es horrible! Como a rancio, a cerrado… ¡Puaj!

Una vez, dejé una toalla olvidada… Estaba lavando ropa para el gimnasio, y con las prisas, la saqué todo menos la toalla. ¡Un par de días después! Cuando abrí la lavadora… ¡casi me desmayo! Tuve que lavarla mil veces y aún así… No sé, me quedó la sensación de que nunca, nunca, se fue del todo el olor. ¿A alguien más le ha pasado?

Y es que, además del olor, la ropa sufre, ¿no creen? Se pone como… ¿cómo decirlo? Como mustia, sin vida. Y si es ropa delicada, ¡peor aún! Se desgasta, se debilita… ¡Es como si la estuvieras maltratando!

A veces me da una pereza tremenda sacar la ropa de la lavadora justo cuando termina el ciclo. Pero, la verdad, prefiero mil veces hacer ese esfuerzo que tener que volver a lavar todo y, encima, arriesgarme a estropear mis prendas.

En serio, me da una pena enorme pensar en la ropa ahí, toda húmeda y arrugada, esperando a que la rescate. ¡Pobrecita! Así que, ya sabes, ¡mejor sacar la ropa enseguida! Un pequeño esfuerzo que vale la pena, ¡créeme!