¿Cómo curar una herida que no deja de sangrar?

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Para detener una hemorragia persistente, aplique presión directa sobre la herida con un apósito limpio y firmemente sujeto. Eleve la zona afectada por encima del corazón y procure mantener a la persona en reposo, abrigada si es necesario, para prevenir la hipotermia. Busque atención médica inmediata si el sangrado continúa.

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Cómo detener una hemorragia persistente: un enfoque práctico

Una hemorragia que no se detiene puede ser alarmante. Afortunadamente, hay pasos específicos que se pueden tomar para controlar la situación y buscar la atención médica necesaria. Este artículo proporciona una guía práctica para manejar una hemorragia persistente, con la premisa fundamental de que la seguridad y el actuar rápido son cruciales.

Primeros Auxilios: Deteniendo la Sangría

El primer y más importante paso es aplicar presión directa sobre la herida. Esto es fundamental para reducir el flujo sanguíneo y detener la hemorragia. Utilice un apósito limpio y, lo más importante, aplíquelo con firmeza. No retire el apósito si la hemorragia persiste, pues podría interrumpir la presión crucial que se está ejerciendo. Si no se dispone de apósitos, utilice paños limpios, ropa o incluso un trapo fuerte.

Elevar y Conservar el Calor Corporal

Simultáneamente a la presión directa, eleve la zona afectada por encima del nivel del corazón. Esta acción ayuda a disminuir la presión sanguínea en la zona, facilitando la coagulación. Mantener a la persona en reposo es vital; la actividad puede agravar la pérdida de sangre. En un ambiente frío, abrigue a la persona para evitar la hipotermia, un riesgo añadido en casos de pérdida sanguínea importante.

Consideraciones Cruciales y la Necesidad de Atención Médica

Es imperativo que la presión directa, el reposo y la elevación sean acciones continuas hasta que llegue ayuda médica. Si el sangrado persiste, a pesar de estos esfuerzos, se requiere atención médica inmediata. Esto es especialmente crítico si la hemorragia es abundante, si la persona presenta signos de desmayo o shock (piel pálida y fría, pulso débil o ausente, respiración acelerada), o si la herida está en una zona con vasos sanguíneos importantes (como el cuello o la cabeza).

Prevención de la Contaminación

Además de lo anterior, es crucial prevenir la contaminación de la herida. Si la lesión es superficial, cubra la herida con el apósito sin introducir objetos extraños en ella; si es profunda, se debe procurar mantener limpia la zona alrededor de la herida. Esto ayuda a evitar infecciones.

En Resumen

Detener una hemorragia persistente requiere rapidez, firmeza y una evaluación constante. La presión directa sobre la herida, la elevación de la zona afectada, el reposo y el mantenimiento de la temperatura corporal son esenciales. Sin embargo, ante la persistencia del sangrado, o la presencia de signos de shock, la atención médica inmediata es fundamental. Este artículo provee una guía básica, pero la atención profesional es vital para la recuperación y para prevenir complicaciones.