¿Cómo dejar de tener la presión baja?
Para evitar la presión baja: Hidrátate adecuadamente. Levántate despacio. Abstente del alcohol. Evita estar mucho tiempo de pie (si es hipotensión neurógena). Usa medias de compresión para mejorar la circulación sanguínea en las piernas.
¡Ay, la presión baja! Un tema que conozco de cerca… ¿Cuántas veces me he levantado demasiado rápido y he sentido ese mareo horrible que te hace ver estrellitas? ¡Uf! Y no hablemos de esos días calurosos de verano, cuando parece que la energía se evapora…
Pero bueno, con el tiempo he ido aprendiendo algunos trucos, cosas que realmente me han ayudado a mantener la presión a raya, o al menos a evitar esos bajones tan desagradables.
Para empezar, la hidratación. ¡Clave! Y no hablo solo de beber agua cuando tienes sed. Me refiero a ser constante, a tener siempre una botellita a mano y darle sorbos durante todo el día. Recuerdo una vez que fui a una excursión y, por tonta, no llevé suficiente agua. ¡Madre mía, qué mal lo pasé! La cabeza me daba vueltas, me sentía débil… Aprendí la lección a la mala, ¡vaya que sí!
Luego está lo de levantarse despacio. Parece una tontería, ¿verdad? Pero es que es verdad. Cuando estás tumbado, la sangre se acumula en las piernas y, si te levantas de golpe, el cerebro no recibe suficiente oxígeno y… ¡zas! Mareo al canto. A mí me funciona sentarme un momento en el borde de la cama antes de ponerme de pie. Doy tiempo a que la sangre se redistribuya y evito sustos.
Y, hablando de sustos, el alcohol, ¡mejor evitarlo! Ya sé, ya sé, a quién no le gusta una cervecita fresquita en verano… Pero, al menos en mi caso, el alcohol tiende a bajarme la presión. Así que, si voy a tomar algo, procuro beber con moderación y acompañarlo siempre de comida y mucha agua.
Para aquellos que sufren de hipotensión neurógena (que, por cierto, no sé si es mi caso, pero sospecho que sí a veces), evitar estar mucho tiempo de pie es crucial. Me acuerdo una vez que fui a un concierto y estuve horas de pie. Al final de la noche, me sentía fatal, mareada y con las piernas como piedras. A partir de ahí, aprendí a buscarme un sitio donde sentarme o, al menos, a moverme de vez en cuando para mejorar la circulación.
Y, por último, pero no menos importante, las medias de compresión. ¡Estas son un invento maravilloso! Al principio, reconozco que me daban un poco de pereza, pero después de probarlas, me he dado cuenta de que realmente funcionan. Ayudan a que la sangre circule mejor por las piernas y evitan que se acumule ahí, lo que a su vez ayuda a mantener la presión estable. No son la cosa más sexy del mundo, lo sé, pero ¡oye, por la salud se hace lo que sea!
En fin, estas son algunas de las cosas que me han ayudado a controlar la presión baja. No son soluciones milagrosas, pero, combinadas, hacen una gran diferencia. Y tú, ¿tienes algún truco que quieras compartir? ¡Me encantaría escucharlo! 😉
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