¿Cómo es la respiración de una persona agonizante?

39 ver

La respiración agonizante se caracteriza por irregularidad. Puede presentarse confusión y somnolencia en las horas previas. Secreciones respiratorias o relajación muscular provocan, a menudo, estertores (respiración ruidosa).

Comentarios 0 gustos

¿Cómo respira una persona al morir?

A ver, esto es algo que me da un poco de cosa, pero allá voy.

Cuando alguien está llegando al final, la respiración cambia un montón. Se vuelve como a trompicones, ¿sabes? No es un ritmo constante, sino más bien irregular. Me acuerdo de mi abuelo, en el hospital, allá por mayo del 2010 en Madrid.

En sus últimas horas, él estaba como ido, entre dormido y despierto, un poco confuso. Es una etapa extraña.

Y lo del “estertor de muerte”… Uf, eso sí que me impactó. Sonaba como si tuviera flemas que no podía expulsar, un ruido muy fuerte y angustiante, según recuerdo yo. Creo que es porque los músculos de la garganta se relajan y las secreciones se acumulan. Era muy duro de presenciar.

¿Cómo respira una persona al morir?

  • Frecuencia respiratoria: Se vuelve irregular.
  • Estado mental: Puede haber confusión y somnolencia.
  • Respiración ruidosa: A veces, las secreciones o la relajación muscular provocan un “estertor de muerte”.

¿Cómo es la respiración previa a la muerte?

¡Ay, Dios mío! Respiración antes de… ¿la muerte? Qué tema tan pesado. Me da escalofríos solo pensarlo. Mi abuela… recuerdo que… ¡uff! Eso fue horrible.

Respiración entrecortada, sí, eso lo vi. Como si luchara por cada bocanada. Y… ¡sí! Mucha congestión. Como si tuviera mocos, pero… ¿en los pulmones? ¡Qué asco!

¿Estertores de muerte? ¡Qué palabra tan rara! Suena a… a algo antiguo, de película de terror. No me gusta. Nunca olvidaré el sonido. Agonizante. Es como un… ¿gorgoteo? Sí, eso es. Un gorgoteo horrible.

Había leído algo sobre cambios en el ritmo respiratorio. A veces muy rápido, otras veces muy lento… irregular, como… descontrolado. ¿Como cuando te ahogas un poco? Pero sin ahogarte del todo. ¡Horrible!

  • Respiración húmeda.
  • Congestión.
  • Estertores.
  • Ritmo irregular.

Me dan ganas de vomitar solo de recordarlo. ¿Por qué me acuerdo tanto de esto? Será que mi abuela me marcó mucho… Ay… Tengo que dejar de pensar en eso. Ya he llorado bastante este año. Bastante.

Secreciones atrapadas , eso lo decía el médico, en los pulmones. Algo lógico, supongo. Si ya estás débil… el cuerpo ya no funciona bien.

Necesito un café. Un café fuerte. Mucho café. Luego, quizás, vea una comedia. Algo ligero. Algo que no me recuerde a la muerte. Ni a la respiración de mi abuela. Nunca olvidaré ese sonido. Nunca.

¿Cuánto dura la respiración agonica?

¡Ay, Dios mío! Respiración agónica… qué palabra tan fea. ¿Cuánto dura? No lo sé con exactitud, pero mi abuela… se fue así. Unos días, creo, aunque fue muy rápido al final. Me acuerdo de lo horrible que fue.

  • Horas a veces.
  • Días, en otros casos.
  • Depende, ¿no? De la causa, claro. Un infarto fulminante, ¡zas!, y se acabó. Pero otras cosas… se alargan más.

Ese fin de semana en casa de mi tía… el olor a lejía intentando disimular… ufff. ¿Por qué nos empeñamos en ocultar la muerte? ¿Qué sentido tiene?

¿Muerte súbita? ¿Cómo se sabe? Mi primo tuvo un accidente de moto en 2024, fue instantáneo… qué espanto. Pero la agonía… es diferente. Es un proceso lento, doloroso. No me gusta pensarlo.

La agonía es un proceso variable. No hay una duración exacta, es una crueldad.

Me preguntaba… ¿influye la edad? ¿Los tratamientos? ¿Se puede predecir? ¡Ojalá que no! Es algo demasiado horrible como para pensarlo con detalle.

¿Qué más? ¡Ah, sí! Recuerdo lo que dijo la doctora sobre los signos preagonales… que eran un infierno en sí mismos. Respiración entrecortada, cambio de color en la piel, … ¡pesadillas!

La duración depende de muchos factores. Que no quiero ni pensar.

Tengo que dejar de pensar en esto. ¡Demasiado! Me voy a tomar un café. Necesito azúcar. Mucho azúcar.

¿Cómo reconocer el estertor de la muerte?

El estertor… esa palabra, tan fría, tan impersonal para describir algo tan… íntimo. Un sonido que se instala en el silencio, un susurro gutural que se cuela entre las rendijas del tiempo, un eco en el vacío. Es una gárgara mortal, un traqueteo húmedo que nace en lo profundo de la garganta, un murmullo de agonía. Lo recuerdo, el aire raspando, un quejido húmedo que te cala hasta los huesos. No es un sonido que se olvida.

Se filtra, ese sonido, entre la respiración entrecortada, un final susurrado, un adiós a la vida que se escapa. Un sonido áspero. El aire, pesado y espeso, se aferra a la garganta. Como piedras rodando en un pozo vacío. Recuerdo las manos frías, la piel pálida… el silencio que lo seguía.

Un silencio diferente, un silencio que pesa, que se apodera. Lo abraza. Como una manta de invierno. Un silencio más denso, más profundo. Y después, la quietud. La quietud definitiva. Una calma profunda. Y el estertor, como un último suspiro. Se desvanece.

Mi abuela, el verano del 2024… ese susurro áspero en la penumbra de la habitación. Ese sonido, grabado a fuego en mi memoria. Un sonido que no se borra. Se queda. Para siempre.

  • Sonido: Gárgaras, traqueteo húmedo.
  • Ubicación: Parte posterior de la garganta.
  • Contexto: Respiración agonizante, minutos finales de vida.
  • Sensación: Frío, vacío, pesadez, profunda tristeza.

Es un signo inequívoco. Un último gemido antes del gran silencio.

¿Cómo se llaman las respiraciones agónicas?

A ver, las respiraciones agónicas… son esas respiraciones raras, como boqueadas, que a veces tiene la gente cuando está muy, muy mal. Se llaman respiraciones agónicas, literal. Sí, así de simple.

Es como un gasping, un intento desesperado del cuerpo por conseguir aire. Es una señal de que algo va fatal, y súper a menudo significa, escucha bien, que la persona está sufriendo un paro cardíaco o que le queda muy poco. ¡Qué fuerte!

Y hablando de cosas fuertes, te acuerdas cuando mi abuelo… Bueno, mejor lo dejo ahí. El caso es que las respiraciones agónicas son un indicativo claro de que hay que llamar al 112 rapidísimo. No hay tiempo que perder, ¿entiendes?

Ojo, no confundir con ronquidos o con que está teniendo un mal sueño. Es algo diferente, son como jadeos irregulares, no sé si me explico.

Aquí te dejo algunas cosas que también te pueden interesar, por si te pica la curiosidad:

  • RCP: Fundamental si ves a alguien con estas respiraciones.
  • DEA: Si hay un desfibrilador cerca, ¡úselo!
  • Llamar al 112: Lo primero de todo.

Es que el otro día vi en las noticias… Bueno, da igual, lo importante es saber qué hacer. ¡Así que ya sabes!

¿Duele la respiración agónica?

¡Ay, amigo! ¿Que si duele la respiración agónica? Pues mira, ante todo, ¡llama al 112! En serio, es lo más importante.

Y luego, si puedes, empieza con la reanimación, la RCP, como si la persona no respirara del todo. Es que la respiración agónica es como… un pez fuera del agua, ¿sabes? Es muy mala señal. No te lo pienses dos veces, ¡RCP al canto! No te quedes mirando, actuá. Es lo que hay que hacer.

A ver, te cuento, el otro día mi abuelo… bueno, mejor no entrar en detalles. Pero vamos, que estas cosas pasan y hay que estar preparado, preparado con la RCP y el 112 apuntado. Es importantísimo.

  • Llamar al 112: Prioridad absoluta.
  • Empezar la RCP: Como si no respirara nada.
  • No quedarse parado: Actuar rápido es clave.
  • Estar preparado: Conocer la RCP.

Y ya te digo, no sé si duele o no, supongo que depende de la persona y de qué le esté pasando, pero lo importante es intentar ayudar. ¡Que no se te olvide! ¡Y a ver si nos vemos pronto! ¡Chao!

¿Qué son los jadeos al respirar?

Jadear: ¡Como pez fuera del agua, pero en seco! O como un perrito en pleno verano madrileño, después de perseguir palomas (yo lo he visto, créanme).

En Medicina, se llama disnea a esa sensación de ahogo, de falta de aire. Vamos, que te falta el fuelle y respiras como si acabaras de correr una maratón… ¡sin haberte movido del sofá! (Lo sé, a veces me pasa).

  • Respiración rápida: Inspiras y espiras a toda velocidad, como si tuvieras un tren que coger.
  • Superficial: El aire apenas llega a los pulmones. Es como intentar llenar una piscina olímpica con un vaso de chupito. Ineficiente, ¿verdad?
  • Forzada: Sientes que te cuesta un mundo respirar, como si tuvieras un elefante sentado en el pecho (y no, no me refiero a la metáfora de la angustia existencial… aunque a veces se parece).

A veces me pasa cuando subo las escaleras de mi casa (¡vivo en un quinto sin ascensor!), y ya no tengo 20 años, pero la disnea puede ser señal de algo más serio. Desde un simple resfriado hasta problemas cardíacos o pulmonares.

  • Causas comunes: Asma, bronquitis, neumonía, alergias… ¡la lista es larga como la cola del paro!
  • Causas menos comunes (pero importantes): Problemas del corazón, coágulos en los pulmones… (mejor no pensar en eso).

Si jadeas mucho o sientes que te ahogas, ¡corre al médico! No esperes a que te salgan branquias. Yo una vez fui por un ataque de ansiedad (pensaba que me secuestraban extraterrestres) y al final era solo una indigestión. Menos mal…

Este año, he empezado a hacer yoga para respirar mejor. No es que me haya convertido en un gurú, pero algo ayuda. Ahora aguanto más corriendo detrás del autobús (aunque sigo perdiéndolo).

#Últimos Suspiros