¿Cómo identificar un lunar sospechoso?

54 ver

"Un lunar sospechoso presenta cambios rápidos: crecimiento, alteración del color, modificación de la forma, sangrado o picazón. A diferencia de los lunares benignos, que permanecen estables, estos signos podrían indicar melanoma. Consulta a un dermatólogo ante cualquier duda."

Comentarios 0 gustos

¿Cómo identificar lunares sospechosos?

Uff, el tema de lunares… me da un poco de yuyu. Recuerdo que el dermatólogo, en junio del año pasado en la Clínica San Rafael (me costó 80€ la consulta), me revisó un lunar en la espalda. Era plano, pero noté que había crecido un poquito.

Él me explicó algo sobre la regla ABCDE, pero vaya, no me acuerdo bien todo. Algo de asimetría, bordes irregulares…

Lo importante es que cualquier cambio —crecimiento rápido, cambio de color (que se ponga más oscuro, por ejemplo), o picor— debe revisarse rápido. No te fíes, ve al dermatólogo.

En mi caso, era benigno, ¡qué alivio! Pero la experiencia me dejó preocupada. Mejor prevenir.

Información breve:

  • Identificación lunares sospechosos: Cambios en tamaño, forma, color, sangrado o picazón.
  • Evolución: Los lunares benignos permanecen estables. Cambios rápidos indican posible cáncer de piel.
  • Acción: Consulta dermatológica inmediata ante cualquier cambio.

¿Cómo saber si un lunar es maligno o benigno?

¿Cómo saber si un lunar es maligno o benigno?

ABC, así lo recuerdo… o algo así.

  • A: Asimetría. ¿Es como si lo hubieran dibujado a medias? Raro.
  • B: Bordes irregulares. No redondito, sino como si lo hubieran mordisqueado.
  • C: Color. ¿Un arcoíris lunar? No, malo.

Checa esas tres cosas. Si cumple con alguna… ¡al dermatólogo! Yo tengo uno en la espalda que me preocupa desde 2023, ¡debo ir! ¿Por qué siempre lo dejo para después? ¡Qué irresponsable!

¿Cómo luce un lunar canceroso?

Aspecto. Un lunar sospechoso. ¿Qué busco?

  • Asimetría. No es simétrico. Ni de coña.
  • Bordes irregulares. Difuso. Desdibujado. Como un mapa de mi pasado.
  • Color. Variado. Tostado, marrón, negro… a veces rojo, azul, blanco. Un cuadro abstracto. Un desastre.
  • Diámetro. Más de 6 mm. O igual, o mayor… Medí uno el año pasado. 7 mm. Ya está extirpado.
  • Evolución. Cambios recientes. Crecimiento rápido. Esto es clave. Mi dermatóloga lo sabe.

No es ciencia exacta. La piel es compleja. La duda mata. Mejor revisión. Punto. El miedo es un mal consejero, pero a veces… acierta.

El melanoma es serio. Especialmente en piel oscura. Se manifiesta diferente. Más difícil de detectar. Precaución. Mucho cuidado.

En mi caso, el dermatólogo me dijo, en 2024, que era un nevus displásico. Eliminado. Análisis histológico. Todo correcto. Pero reviso. Mensualmente.

Recuerda: Consulta a un especialista. No te autodiagnostiques. Es crucial. No te lo tomes a la ligera.

¿Cómo detectar cáncer en lunares?

Asymmetry, border, color, diameter. El ABCDE del melanoma. Lo demás, ruido.

Cambios. Eso es lo clave. Tamaño, forma, color… cualquier cosa. No confíes en tu vista. Ve a un dermatólogo.

2024, mi propia experiencia. Un lunar. Crecía. Desproporcionado. Eliminado. Benigno. Suerte. O no. Quién sabe.

  • Asymétrico: No es simétrico.
  • Bordes irregulares: Difuso, borroso.
  • Color variado: Marrones, negros, rojos… un arcoíris maligno.
  • Diámetro: Mayor a 6mm. Aunque hay excepciones. Recuerda: la regla del borrador.
  • Evolución: El cambio es el enemigo. La evolución es sospechosa. Siempre.

Un lunar grande y oscuro… ¿y qué? Miles de personas los tienen. El problema es la mutación. La transformación. Lo impredecible. El crecimiento.

Ese rojo. Ese azul. Esa textura. Detalles. Detalles que importan. Detalles que matan. O no.

Visita a un dermatólogo. No esperes. No te autodiagnostiques. La ignorancia es peligrosa. Especialmente, en este caso.

Mi tía, 2024. Melanoma. Intervención rápida. Sobrevivió. De puro milagro. O no.

¿Cuándo ir al médico por un lunar?

¡Ay, Dios mío, el susto que pasé! Fue en julio de este año, en la playa de Zahara de los Atunes. Estaba bronceándome, como siempre, tumbada en la toalla, y de repente noté algo raro en mi espalda. Un lunar, uno que siempre había tenido, pero… ¡diferente! Más grande, creo. Mucho más oscuro, casi negro. Sentí un escalofrío, un miedo horrible, como si una serpiente fría se me enroscara en el estómago.

Me levanté, mirándolo en el espejo diminuto de mi neceser. Era horrible. Asqueroso. Tenía como una especie de relieve raro. ¡Uf!, qué asco. Me dio muchísima cosa tocarlo. No paraba de pensar en el cáncer. En mi abuela, que murió de eso. Empecé a llorar, sola en la playa, con el sol abrasador en la cara.

Debes ir al médico si notas cambios en tus lunares. ¡Inmediatamente! ¡No esperes!

Empecé a buscar información en el móvil, temblando. Google me decía que era importante la asimetría, los bordes irregulares… ¡Y mi lunar los tenía todos!

Tamaño, color, forma…cualquier cambio, corre al médico. Estaba hecha un manojo de nervios, quería volver a casa ya. No podía disfrutar de la playa, de nada. Solo ese horrible lunar me obsesionaba. Llamé a mi madre histérica, ella me tranquilizó un poco, pero la cita con el dermatólogo era inminente, obviamente.

Al día siguiente, fui. El doctor, tranquilo, me revisó. Biopsia. Dos semanas de angustia, de pesadillas. Luego, el alivio. Benigno. Gracias a Dios.

Pero… ¡qué susto! Eso sí que lo aprendí. No hay que dejar pasar ni el más mínimo cambio.

  • Cambios de color (oscurecimiento, enrojecimiento)
  • Aumento de tamaño
  • Cambios en la forma o los bordes
  • Picazón, dolor, sangrado o inflamación

Eso sí, no me olvido nunca más. Y ahora reviso mis lunares cada mes, religiosamente. No quiero pasar por eso de nuevo. Nunca más.

#Cuidados Piel: #Lunare Sospechoso