¿Cómo influye la alimentación en la conducta?

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Uf, me da mucha pena pensar en cómo la comida, o mejor dicho, la falta de una buena alimentación, puede destrozar a una persona. No solo hablamos de hambre, sino de la deficiencia de nutrientes que nos deja débiles, irritables y con la mecha corta. Es una espiral: la pobreza, el estrés, malos hábitos... todo se junta y explota en forma de problemas de conducta. ¡Es devastador ver cómo la falta de un plato nutritivo puede contribuir a la depresión, la violencia, ¡hasta a la pérdida de memoria! Necesitamos más atención a esto, ¡es urgente!

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¿Cómo influye la alimentación en la conducta? Uf… es que me da una tristeza tremenda pensar en cómo la comida, o bueno, no tenerla –o no tener la correcta–, puede destrozar a una persona. Y no hablo solo de pasar hambre, ¿eh? Hablo de la falta de… ¿cómo se dice? ¡Nutrientes! Esos que te dejan débil, irritable, con la mecha corta… como si fueras una bomba a punto de explotar.

Recuerdo a una vecina que tenía… bueno, tenía una situación complicada. Tres hijos, un marido que trabajaba a destajo y apenas llegaba a fin de mes. Los niños, siempre cansados, pálidos… y con un genio… ¡Imagínate! Peleaban por cualquier cosa, les costaba concentrarse en el colegio. ¿Y sabéis qué? La asistenta social les consiguió unas becas de comedor, con comida de verdad, nutritiva. Y… ¿qué creéis que pasó? No fue magia, claro, pero poco a poco los niños empezaron a cambiar. Más tranquilos, con más energía, hasta sacaban mejores notas. Es… es que me emociono al recordarlo. Porque ves con tus propios ojos el impacto.

Y no es solo una anécdota mía. Leí por ahí, no recuerdo dónde, que la falta de ciertos nutrientes puede contribuir a la depresión, a comportamientos agresivos, ¡incluso a problemas de memoria! ¿Te lo puedes creer? Es como… como si el cerebro se apagara poco a poco. Algo así como… no sé, ¿un coche sin gasolina? Quizá sea una comparación un poco tonta, pero es lo que me viene a la mente.

En serio, creo que esto es algo a lo que deberíamos prestar mucha más atención. No podemos seguir ignorando cómo lo que comemos, o lo que no comemos, nos afecta, tanto física como… ¿mentalmente? ¿Emocionalmente? ¡En todos los sentidos! Es… es urgente, de verdad.