¿Cómo influye la salud emocional en nuestras vidas?

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Uf, la salud emocional… ¡qué tema tan importante! Para mí, es la base de todo. Si no estoy bien emocionalmente, se me derrumba todo: el trabajo, las relaciones, hasta el simple hecho de disfrutar un buen día. Es como tener una grieta en el cimiento de una casa; por fuera puede verse bien, pero la estructura está comprometida. Necesitamos esa fortaleza interior para afrontar los golpes de la vida y, sobre todo, para saborear las alegrías. Es una inversión fundamental en nuestra felicidad.

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¿Cómo influye la salud emocional en nuestras vidas? Ay, Dios mío, qué pregunta… ¡y qué puñetera importancia tiene! Para mí, es… bueno, es el todo. Sin una buena salud emocional, se me viene el mundo abajo. De verdad. El trabajo se convierte en una tortura, las relaciones, un campo de batalla… hasta algo tan sencillo como disfrutar de una buena tarde soleada se vuelve una lucha. Recuerdo una vez, estaba pasando por una mala racha, una ruptura amorosa horrible, y me sentía… vacía. Literalmente. No podía ni siquiera apreciar la belleza del atardecer, ¿te imaginas? Era como si llevara gafas de sol de esas que oscurecen todo, aunque estuviera de día.

Es como tener una grieta, sí, como dices, una grieta enorme en los cimientos de tu casa. Por fuera, quizás te pintas una sonrisa, finges normalidad… pero por dentro, sabes que todo está a punto de venirse abajo. Necesitas esa fortaleza interior, como un acero templado, para soportar los golpes. ¡Y qué golpes, eh! La vida te tira piedras, algunas pequeñitas, otras del tamaño de un coche. Y necesitas estar sólida, para que esas piedras no te destrocen.

Pero es que, además de resistir, la salud emocional te permite saborear la vida. Los pequeños momentos, las risas con amigos, el abrazo de un hijo… cosas que, cuando estás mal, se vuelven grises, sin sabor, sin color. Me pasó el año pasado, cuando mi abuela falleció. Estuve meses en un pozo, sin energía, sin ganas de nada. Luego, poco a poco, con terapia y con mucho cariño de mi gente, fui saliendo. Y ahora valoro muchísimo más cada instante, cada abrazo, cada sonrisa.

Es una inversión, sí, una inversión brutalmente necesaria en nuestra felicidad. A veces, la gente piensa que la felicidad es algo externo, algo que te cae del cielo. Pero es un trabajo interno, un cultivo diario. Como regar una planta, necesitas dedicarle tiempo, esfuerzo, y sobre todo, mucho amor propio. Dicen que, según un estudio –aunque ahora no recuerdo el dato exacto, algo así como el 70% de las visitas al médico se deben a problemas relacionados con el estrés–, la salud mental es fundamental. Y yo, desde mi propia experiencia, lo confirmo al cien por cien. Sin salud emocional, ¿qué queda? ¡Nada! Bueno, casi nada… Pero sí, un montón de cosas que no valen la pena.