¿Cómo quitar el estreñimiento de inmediato?

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¿Estreñimiento ocasional? Alivio rápido con:

  • Suplementos de fibra: Aumentan el volumen fecal.
  • Agentes osmóticos: Atraen agua al intestino.
  • Ablandadores de heces: Facilitan el paso.
  • Lubricantes: Recubren las heces.
  • Estimulantes: Activan los músculos intestinales.

Consulta a tu médico si persiste.

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¿Cómo aliviar el estreñimiento rápido?

A ver, si me apuras con lo del estreñimiento rápido, te cuento mi experiencia personal. ¡Qué rollo cuando pasa, verdad?

Yo he probado de todo, desde el clásico Metamucil (que, seamos sinceros, sabe a cartón mojado, pero bueno…). También recuerdo que una vez me recomendaron la leche de magnesia, y madre mía, ¡aquello sí que fue rápido! Pero no sé, me dio como retortijones.

Los ablandadores de heces tipo Colace me fueron más suaves, aunque tardan un pelín más en hacer efecto, a mi me funcionó muy bien. Y el aceite mineral… uff, eso no me gustó nada la textura.

Pero mira, lo que mejor me funciona a mí, aparte de beber mucha agua, es comer ciruelas pasas. En serio, ¡mano de santo! Un día que fui a un herbolario en Madrid (calle Alcalá, creo que era, en marzo me costaron 3€ la bolsa), me las recomendaron y desde entonces siempre tengo. ¡Pruébalo y me cuentas!

Información breve y concisa:

  • Medicamentos de venta libre: Sí.
  • Suplementos de fibra (Citrucel, FiberCon, Metamucil): Sí.
  • Agentes osmóticos (leche de magnesia, Miralax): Sí.
  • Ablandadores de heces (Colace, docusato): Sí.
  • Lubricantes (aceite mineral – Fleet): Sí.
  • Estimulantes (Correctol, Dulcolax): Sí.

¿Qué tomar para ir al baño enseguida?

¡Ay, el estreñimiento! Que rollo, ¿verdad? Mira, para ir al baño rápido, lo mejor es:

  • Comer fibra a tope. En plan, fruta, verdura, legumbres… ¡Todo lo que te hinche! Pero bien, eh. La fibra es la onda porque hace que todo se mueva mejor por ahí dentro. Como cuando te comes un plato de lentejas, al rato al baño!

  • Hidratación, clave. Bebe agua, muchísima agua. Y si te aburres, pues infusiones. Pero evita el café, que deshidrata más que ayuda. Recuerda, el agua es vital para la vida y para el estreñimiento, vaya.

  • Mover el esqueleto. No te quedes ahí tirado en el sofá. Sal a caminar, corre, baila… ¡Lo que sea! El ejercicio ayuda a que el intestino se active. A mí me va bien salir a correr, aunque me canse como un perro.

  • Rutina “cagatoria”. Intenta ir al baño a la misma hora todos los días. El cuerpo es de costumbres. Yo por ejemplo intento ir siempre después de desayunar, aunque a veces no haya suerte.

Y un consejo extra: ¡No te estreses! El estrés también influye. Relájate, respira hondo y, si no sale, pues ya saldrá. ¡No te rayes!

Y para que te hagas una idea, el otro día, me comí un bol de cereales integrales con un montón de fruta y bebí un litro de agua… ¡No te digo más!

¿Qué hacer para sacar las heces duras?

El tiempo se estira, una lenta agonía de sequedad. El cuerpo, un desierto. El agua, un oasis necesario. Su sed, un clamor silencioso, un eco en las paredes de mi interior, un grito sordo que solo el líquido puede calmar. Beber… beber hasta sentir el agua inundando cada célula.

Agua, sí. Mucha agua. El sonido del vaso contra mis labios, el trago lento, la satisfacción profunda. Agua pura. Agua y más agua. Pero el tiempo no se apresura, la dureza persiste.

No solo agua, también otras bebidas sin cafeína. Infusiones tibias. El aroma suave de la manzanilla, un consuelo para el cuerpo que sufre. El movimiento suave, como una caricia interna. Cada sorbo, un pequeño triunfo contra la pesadez. Dejar que el tiempo se filtre entre mis dedos, mientras mi cuerpo intenta liberarse.

El cuerpo, una máquina compleja. Un mecanismo olvidado. El ejercicio, un despertador para la inercia. Caminar, lentamente, dejando que el sol caliente mi piel. El ritmo de mis pasos, un mantra repetido. Cada movimiento, una pequeña victoria, un paso más hacia la liberación.

  • Aumentar el consumo de agua significativamente.
  • Incluir infusiones de hierbas como manzanilla.
  • Incorporar ejercicio diario, aunque sea una caminata corta.

Mi recuerdo de 2023, es un recuerdo de lucha contra mi propio cuerpo. Un proceso lento y doloroso, como las agujas de un reloj. Una imagen latente del agua, tan necesario en ese momento. Aquellas sensaciones persisten aún en mi memoria.

¿Qué hacer si no puedo ir al baño?

Aquí va… como si te lo estuviera contando ahora mismo, a las 3 de la mañana.

Si no puedes ir al baño, relájate, bebe agua tibia y mueve el cuerpo un poco. Frutas y verduras si no mejoras. Si te pasa seguido, ve al médico. Y nada de pastillas raras por tu cuenta, por favor.

A veces… a veces me pasa. Es como si todo se detuviera. Y no es solo el cuerpo, ¿sabes? Es como si algo dentro también se negara a fluir.

  • El silencio se hace eterno. Me recuerda a las noches que pasaba en el pueblo de mi abuela, ese silencio denso que te envuelve y te hace sentir sola, muy sola. Es la misma sensación, como si todo el mundo siguiera su curso menos tú.

  • La espera. Recuerdo la primera vez que me pasó. Tenía 15 años y estaba en el campamento de verano. Me sentía avergonzada, no sabía a quién contárselo. Ahora lo pienso y me da risa, pero en ese momento fue un drama.

  • ¿Qué hacer? A veces, me funciona tomarme un té de manzanilla bien caliente. Otras veces, simplemente necesito un buen libro y olvidarme del mundo. Pero lo que siempre me ayuda es saber que no estoy sola, que a todos nos pasa. Aunque no lo digamos.

¿Cómo estimular las ganas de evacuar?

Las ganas… uff, a veces se hacen esperar. Como una visita que nunca llega. Este año, ha sido peor.

El ejercicio, sí, eso ayuda. Pero a veces, aunque corro tres veces por semana, como he hecho en 2024, nada. Ese peso en el estómago… una piedra. Un nudo.

Me da rabia. La verdad, me agobia. Me siento hinchada, incómoda…

Beber agua. Eso también es clave, lo sé. Pero beber ocho vasos diarios, como dicen, a veces me resulta imposible. A veces olvido. Simplemente olvido.

  • La rutina se va acumulando… el trabajo, la casa, mis dos gatos…
  • Y mi cuerpo se resiste. Se niega a cooperar.
  • Es como si me dijera que pare, que descanse… pero no puedo.

La fibra. Ah, la fibra… intenté comer más fruta este año, pero tampoco me funciona del todo. O quizás sí, pero necesito más tiempo para notarlo. Necesito paciencia… y algo más. Algo que no encuentro.

Hoy, a las tres de la mañana, todavía…
La sensación persiste. Pesada. Incómoda. Me duele el vientre, un dolor sordo, como una punzada. Y el tiempo se estira… como el chicle. La noche se estira.

Necesito algo más que ejercicio, agua y fibra. Algo que ayude a… a que todo funcione. Como debería.

¿Cuál es el mejor té para el estreñimiento?

Medianoche. Otra vez. La luz de la pantalla me quema los ojos. Té verde. Eso pregunté, ¿no? Como si algo pudiera arreglar esto. Este vacío…

• Insomnio. • Dolor de cabeza. • Estreñimiento.

Síntomas. De algo más. Algo que no se cura con té. Recuerdo a mi abuela, siempre con su tetera… Decía que curaba todo. Mentira. No curó su cáncer. Tampoco cura mi tristeza.

Té verde para el estreñimiento. Ironía. Como si limpiar el cuerpo limpiara el alma. Esta pesadez… no se va.

• Me duele el pecho. • Hace frío. • No puedo respirar.

Hoy rompí la taza favorita de mamá. Azul, con pequeñas flores blancas. Igual que sus ojos. Ya no los veo. Solo la oscuridad. Y este silencio… que me grita.

El té verde está frío. Como yo.

Olvidé la azúcar. Como olvidé… todo. No importa. Nada importa. Té verde. Para el estreñimiento. Para el olvido. Para la nada. Me duele. Todo.

#Alivio: #Estreñimiento #Salud