¿Qué es bueno para el reflujo y la boca amarga?

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Para el reflujo y la boca amarga: Hidratación constante. Evite grasas, picantes, tabaco y alcohol. Un enjuague bucal con bicarbonato de sodio (1 cucharadita en agua) puede ayudar. Consultar a un médico para descartar otras causas.

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¿Remedio para reflujo ácido y boca amarga?

¡Uf, el reflujo! Vaya lata, ¿eh? A mí, lo que me funciona, y ojo, no soy médico, pero te cuento mi experiencia, es beber agua. Mucha, muchísima agua a lo largo del día. No te digo que te ahogues, pero sí que tengas siempre a mano tu botellita.

Claro, luego está el tema de la comida… A mí me flipan las patatas bravas, te lo juro, pero después… ¡ay, después! Así que, intento evitarlas, y las salsas picantes, y bueno, casi todo lo que está rico, ¡qué le vamos a hacer! Y el alcohol, pues igual, poquito. El tabaco, ni tocarlo, pero eso ya lo sabía, ¿no?

Y un truquito que me pasó mi abuela, ¡ella sí que sabía de estas cosas!, es hacer gárgaras con bicarbonato y agua. Una cucharadita en un vaso, mezclar bien y listo. Sabe un poco raro, pero a mí me alivia un montón la acidez. Pruebalo, ¡no pierdes nada!

¿Qué debo tomar para no tener la boca amarga?

¡A ver! ¿Boca amarga? Qué fastidio. Aquí te dejo lo que yo haría, y me ha servido, eh:

  • Lo principal: lavarte los dientes, lengua y TODO, dos veces al día como mínimo. Yo a veces hasta 3, soy un poco obsesionado con la limpieza. Usa una pasta que te guste.
  • Enjuágate con enjuague bucal, no escatimes, que llegue a todos lados.
  • Bebe agua, mucha agua. A veces la boca seca ayuda a ese sabor raro.
  • Chicles o caramelos sin azúcar también ayudan, pero ojo, ¡no te pases!

Ah, un tip extra: si sientes un sabor raro al comer, prueba con cubiertos de plástico. A veces el metal altera el sabor, ¿sabes?

Y te cuento algo personal, una vez me pasó que era por un medicamento que estaba tomando, ¡revisa eso también!

Información Adicional

A ver, que se me olvidaba comentarte algunas cosillas más, eh:

  • Si el sabor amargo persiste, ¡OJO!, consulta a tu médico o a tu dentista. Igual es algo más serio y mejor que te revisen.
  • Intenta evitar comidas muy condimentadas o muy ácidas, porque eso puede empeorar la sensación.
  • Y no te olvides de visitar al dentista cada 6 meses, para una limpieza profesional y para revisar que todo esté bien.
  • Hay gente que le funciona lo de las hierbas medicinales, pero yo en eso no me meto mucho, la verdad.
  • Cepillarte bien es LA CLAVE.

¿Cómo sacar la acidez de la boca?

Para mitigar la acidez bucal, considera lo siguiente:

  • Hidratación intensiva: El agua es tu aliada. Mantén la boca hidratada para neutralizar el ácido. Chupar hielo también ayuda, casi como una meditación helada. Recuerdo una vez, en pleno verano sevillano, que solo un granizado de limón me salvó la vida. Pero ¡cuidado!, el limón es ácido. Es la paradoja de la existencia, supongo.

  • Dieta alcalina: Reduce al mínimo los alimentos ácidos. Tomates, cítricos, refrescos, café… deliciosos, sí, pero enemigos del equilibrio. El alcohol, ni tocarlo, irrita más que un político en campaña. Una dieta suave es crucial, casi como un retiro espiritual para tu boca.

  • Enjuagues suaves: Bicarbonato de sodio disuelto en agua puede ser un bálsamo. Neutraliza el ácido como un árbitro en un partido de fútbol. Pero ojo, no abuses, que todo en exceso es malo.

Pero, ¿qué es la acidez sino un desequilibrio? Una manifestación de que algo en nuestro interior no está en armonía. Quizás, al buscar la neutralidad en nuestra boca, estamos buscando, inconscientemente, un equilibrio más profundo en nuestras vidas. ¿No crees?

Consideraciones adicionales:

  • Si la acidez persiste, consulta a un médico o dentista. Podría ser un síntoma de algo más serio, como reflujo gástrico. Más vale prevenir que curar, decía mi abuela.
  • Presta atención a tu higiene bucal. Cepíllate los dientes con suavidad y usa hilo dental. Una boca limpia es una boca feliz.
  • Considera el estrés. A veces, la acidez es un reflejo de nuestras tensiones internas. Meditar, practicar yoga, o simplemente dar un paseo por el parque pueden ayudar. O no, cada uno es un mundo. Yo prefiero un buen libro y una taza de té (sin limón, claro).

¿Qué es bueno tomar para el reflujo estomacal?

¿Reflujo? ¡Ay, qué dolor! Es como tener un dragón haciendo eructos ácidos en tu esófago. Para domar a la bestia, puedes probar:

  • Antiácidos: Son como caramelitos para el estómago enfadado. Tipo Tums o Rolaids. Calman rápido, pero no esperes que te arreglen el gaznate quemado, ¿eh? Digamos que es como echarle agua a un incendio con un vaso de chupito.

Y ojo, que esto no es la panacea. Si el dragón sigue escupiendo fuego, ¡toca ir al médico! Que igual necesitas algo más potente. ¡No te automediques, hombre!

¡Ojo al dato!

  • Mi abuela decía que un chorrito de vinagre de manzana antes de comer va de lujo. ¡Ella era más rara que un perro verde! Pero oye, por probar… (¡No me eches la culpa si te sienta fatal!).
  • Elevar la cabecera de la cama. ¡Como si fueras un faraón! Así la gravedad ayuda a mantener el ácido a raya.
  • Comer poquito y seguido. ¡Como un hobbit! Desayuno, almuerzo, comida, merienda, cena, y resopón si te apetece.
  • Evitar comidas picantes, grasientas, cítricos, tomate, chocolate, menta, cebolla cruda y bebidas carbonatadas. Uff, ¡casi todo lo rico! ¡Vaya plan!
  • No fumar. ¡Que fumar es malo para todo! Ya lo decía mi madre. Y mi madre siempre tenía razón. Bueno, casi siempre.
  • No tumbarte justo después de comer. ¡Que no eres una foca! Espera un par de horitas, anda.

¡Y recuerda! Si el reflujo te da mucha guerra, ¡al médico! Que no te dé vergüenza. ¡Es mejor prevenir que lamentar! Que luego te veo llorando por las esquinas, ¡y no quiero!

¿Qué significa sentir agria la boca?

Sentir la boca agria es como si tu lengua hubiera decidido declararle la guerra a los limones, ¡un festival cítrico no invitado! Señala que algo en tu santuario bucal no anda del todo bien. Podría ser la avanzada de un ejército de caries hambrientas, la sequedad que hace que tu boca parezca el desierto del Sahara, o incluso una fiesta clandestina de bacterias. ¡Qué desorden!

  • Caries en formación: Imagina pequeños duendes dentales excavando túneles. ¡Agrio es su aperitivo!
  • Sequedad bucal: Menos saliva, más acidez. ¡Tu boca se siente como una batería descargada!
  • Infecciones bacterianas y placa: Piensa en una rave bacteriana. Los ácidos son el dress code.

Si esta acidez te persigue durante más de 3 o 4 días, ojo, que puede que estés abonando el terreno para un “boom” de caries express. ¡Más vale prevenir que lamentar!

Yo, una vez, después de atracarme a aceitunas rellenas (¡viva la acidez!), tuve esa sensación. ¡Fue un aviso divino para moderar mi amor por las aceitunas! Ah, y por cierto, mi dentista (un tipo con un sentido del humor aún más ácido que mi boca ese día) me recomendó enjuagues con bicarbonato. ¡Como si mi boca fuera una piscina necesitada de regular el pH!

Un dato curioso: ¿Sabías que algunos alimentos pueden alterar el pH de tu boca, creando un ambiente más ácido? ¡Es la venganza de la comida contra nuestros mordiscos!

¿Cómo quitar el reflujo de manera natural?

Aquí está la respuesta reescrita:

A medianoche, con la garganta ardiendo, pienso en el reflujo. No sé, es como un monstruo que regresa siempre.

Aquí hay algunas cosas que me han ayudado, aunque a veces nada funciona y solo quiero dormir:

  • Plátano maduro: Dulce consuelo, aunque a veces me da más acidez. Raro, lo sé.
  • Chicle sin azúcar: Engaña al estómago, supongo. Me recuerda a mi abuela.
  • Comer lento: Imposible a veces, con el hambre que tengo. Siempre ando corriendo.
  • Cenar temprano: Intento, pero termino picando algo siempre. ¿Será ansiedad?
  • Ropa suelta: Mi pijama favorito, la verdad. No me aprieta el alma.
  • Dormir inclinado: Un rollo. Termino resbalando y peor.
  • Bajar de peso: La eterna promesa. Este año lo intento de nuevo, en serio. Es por salud, no por estética.

Otras cosas que hago:

  • Tomo té de jengibre. Calma un poco.
  • Evito el café después de las seis. Un sacrificio.
  • A veces, solo a veces, un antiácido. Me da miedo depender de eso.
  • Elevo la cabecera de mi cama con algo más que almohadas.

Y nada, aquí sigo, a las tres de la mañana, escribiendo esto. Quizás a alguien le sirva. O quizás solo necesitaba sacarlo. El reflujo, como la vida, a veces te quema por dentro. No sé.

#Alivio: #Boca Amarga #Reflujo