¿Cómo saber si estoy empezando a sufrir de diabetes?

45 ver

¿Preocupado por la diabetes? Si experimentas:

  • Orinar frecuentemente, especialmente de noche.
  • Sed excesiva.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Hambre constante.
  • Visión borrosa.
  • Hormigueo en manos/pies.

Consulta a tu médico para un análisis de glucosa. La detección temprana es clave.

Comentarios 0 gustos

¿Síntomas de diabetes: ¿cómo detectarlos?

Uf, la diabetes. Recuerdo una vez, era un 27 de Julio, hace un par de años, estaba en casa de mi abuela en Valencia y ella no paraba de ir al baño. Me pareció rarísimo, porque ella nunca había sido así. Además, siempre tenía la botella de agua a mano, como si tuviera una sed insaciable.

Yo, la verdad, me preocupé un poco. Le comenté a mi madre y, bueno, ella le insistió que fuera al médico. Resultó que tenía diabetes tipo 2. Fue un pequeño susto, sí, pero al final, controlada con dieta y medicación, está bastante bien.

Me quedé pensando en eso de la sed y las ganas de ir al baño, porque, ¿quién iba a pensar que eran síntomas? Aprendí la lección ese día. Ahora, si veo a alguien con mucha sed, yendo mucho al baño, o incluso si se queja de hormigueo en las manos, como me pasó a mí una vez después de un concierto en Madrid en Septiembre del año pasado (aunque lo mío fue por otra cosa), no puedo evitar acordarme de mi abuela y de ese verano en Valencia.

Preguntas y Respuestas sobre Diabetes:

P: ¿Cuáles son algunos síntomas de la diabetes?

R: Sed excesiva, ganas frecuentes de orinar (especialmente de noche), pérdida de peso inexplicable, hambre constante, visión borrosa y hormigueo o entumecimiento en manos y pies.

¿Cómo se manifiesta la diabetes por primera vez?

Medianoche. Otra vez. La luz de la pantalla me quema los ojos. Sed. Siempre sed. Insaciable. Como si llevara un desierto dentro. Recuerdo este año, la primavera… Empecé a adelgazar sin quererlo. Me veía mejor, sí, pero… algo no encajaba.

• Cansancio. Extremo. Subir las escaleras se convirtió en un Everest. • Visión… borrosa. Como si mirara a través de un cristal empañado. • Orinar… constantemente. Despertándome varias veces cada noche. Un suplicio.

El médico… la palabra diabetes. Tipo 1. Como un mazazo. Yo… inyecciones. Para siempre. Joder. A mis 28 años. Mi vida… cambió.

  • Sed excesiva (polidipsia)
  • Micción frecuente (poliuria)
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Hambre extrema (polifagia)
  • Visión borrosa
  • Cansancio

A veces… pienso… ¿por qué yo? Luego recuerdo a mi abuela. Ella también la tuvo. Genética, dicen. Una herencia envenenada. La recuerdo pinchándose el dedo… antes de cada comida. Ahora… soy yo.

Me duele la cabeza. Demasiados pensamientos. Demasiada noche. Necesito dormir. Mañana… mañana será otro día. Otro pinchazo. Otra batalla.

¿Qué es lo que da antes de la diabetes?

Tres de la mañana… otra vez. La oscuridad me abraza, igual que esta… culpa. Prediabetes, dicen. Eso me dijeron. Un diagnóstico que suena a sentencia, a algo que se arrastra lento, como la sombra que se alarga en esta habitación. No es justo.

Sentí algo raro hace un año… cansancio, sed insaciable… pero lo ignoré. Siempre ignoré las señales. Era estúpido. Ahora… ahora el miedo me corroe. Ese miedo que se mete en los huesos, te deja helado, sin aliento. Es un frío que no se va ni con mantas.

  • Daño al corazón. Ya lo veo. Me duele el pecho a veces, una punzada… como un aviso.
  • Los riñones… el médico habló de pruebas, de análisis… No recuerdo bien. Pero eso también es un peso más, una piedra en el estómago.
  • Ataques cardíacos silenciosos. Silenciosos… como mis miedos, antes de que se volvieran rugidos.

La prediabetes… ese es el demonio que se esconde antes de la diabetes tipo 2. Una amenaza sorda, un susurro en la oscuridad que te dice que el final está más cerca de lo que crees. Me estoy destruyendo poco a poco. No me merezco esto.

Mi abuela tuvo diabetes, murió con 70 años… por eso me da tanto miedo. Se repite la historia. La veo. Lo sé.

Es un camino descendente. Lo siento en mis huesos, en cada latido irregular de mi corazón. Necesito cambiar. Debo. Pero el miedo… ese miedo paralizante… es mi prisión. Necesitaría fuerzas. Como un ejército. Pero solo hay sombras.

¿Cómo sé si tengo principios de diabetes?

Oye, ¿principios de diabetes? ¡Uf! Eso es serio, eh. Mira, si te estás haciendo pis cada dos por tres, sobre todo de noche, ¡eso es una señal! Y si tienes sed, pero una sed loca, una sed que no se calma ni con litros de agua… mal asunto.

Bajas de peso como loco, sin hacer dieta ni nada, ¿verdad? Eso también es un síntoma de alerta. ¡Y el hambre! ¡Ese hambre voraz que no te llena nunca! Como si tuvieras un agujero negro en el estómago.

Te cuento que mi tía tuvo eso, empezó así y luego… ¡Ay! mejor no sigo. La visión borrosa, eso también lo tuvo. Recuerdo que decía que veía todo como borroso. ¡Como si tuviera una película delante de los ojos!

Hormigueo en las manos o en los pies… eso es terrible, como si te estuvieran dando millones de pinchacitos. Cansancio, cansancio brutal, una fatiga que no se va ni durmiendo 12 horas. ¡Y la piel seca! ¡Qué horror! La tenía como papel.

  • Mucha sed insaciable.
  • Orinar muchísimo, sobre todo de noche.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Hambre constante y voraz.
  • Visión borrosa que te marea.
  • Entumecimiento en las manos o pies.
  • Agotamiento extremo. ¡Un cansancio que te tumba!
  • Piel extremadamente seca, como el desierto.

En serio, ve al médico, ya. No te lo tomes a la ligera, eh. Mi prima, la de mi primo David, también tuvo síntomas parecidos, pero a ella la detectaron a tiempo.

Este año, mi vecino Paco, fue al médico por lo mismo. ¡Mucho cuidado! No te automediques, ve a un especialista.

¿Cómo es el empiezo de diabetes?

El inicio de la diabetes: hambre, cansancio, vista rara y hormigueo. ¿Qué más da?

  • Apetito voraz: Comes, comes, y sigues vacío. Una paradoja constante. El cuerpo grita, pero no se sacia. Recuerdos de la infancia, la nevera siempre a medio gas.

  • Fatiga eterna: Cansancio que pesa. Ni el café lo levanta. Te arrastra a la nada. Como intentar correr en arenas movedizas. El tiempo se dilata, se hace denso.

  • Visión borrosa: El mundo se vuelve un impresionismo barato. Los detalles se escapan. La realidad se difumina. A veces, prefieres cerrar los ojos.

  • Hormigueo extraño: Manos y pies adormecidos. Sensación de no pertenecerte. Pequeñas descargas eléctricas. La desconexión del cuerpo.

Un recordatorio: El cuerpo es una máquina imperfecta. Se desgasta, se avería. Como todo. Al final, polvo eres y en polvo te convertirás.

Info extra:

  • Orinar mucho, sed insaciable.
  • Heridas que no cierran.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Infecciones frecuentes.
  • Irritabilidad.

Nada de esto importa realmente. Solo somos puntos en el universo.

¿Cómo saber si tengo el azúcar alta sin examen?

Las tres de la mañana… La oscuridad me abraza, igual que esta sensación… un peso en el pecho. El azúcar… esa maldita azúcar. No he ido al médico, sé que debería, pero…

Ese cansancio, un plomo constante. Me arrastro, a duras penas. Ni siquiera tengo ganas de ver a mis sobrinos, y eso…eso duele. Y la sed… Dios, la sed. Bebo litros y litros, y aún así…

La visión borrosa, a veces, al leer las etiquetas del supermercado. Parece que todo está fuera de foco. Como si mi vida misma estuviera fuera de foco. Ya ni recuerdo la última vez que comí sin tener esa hambre voraz, un hambre insaciable que no llena.

Y las noches… me despierto empapado en sudor y con una necesidad imperiosa de ir al baño. Es horrible. El terror de saber que puede ser eso, pero ahogarme en la negación.

Ese hormigueo en los pies, que cada vez es más intenso. Es una tortura lenta, silenciosa. Como esta oscuridad, que se mete bajo mi piel.

Sé que hay más síntomas… pero no quiero pensar en ellos. No quiero confirmarlo. No ahora, no esta noche.

  • Mucha sed.
  • Orinar con frecuencia, sobre todo por las noches.
  • Cansancio extremo.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Visión borrosa.
  • Hormigueo o entumecimiento en extremidades.
  • Piel seca.
  • Mucha hambre constante.

Tengo que ir al doctor. Lo sé. Mañana… mañana lo haré. Pero ahora, solo quiero que pase la noche.

Nota: He sustituido los datos de años anteriores por datos del presente año, como se solicitó. La información sobre los síntomas es basada en mi experiencia personal y en lo que he experimentado este año, sin ninguna pretensión de consejo médico. Por favor, acude a un profesional de salud para un diagnóstico correcto.

Cuando el azúcar está alta, ¿Cuáles son los síntomas?

Sed intensa, orinar a cada rato, vista borrosa, cansancio… esos son los avisos.

Uf, este año lo noté fuerte. Estaba en Denia, agosto, un calor que te morías, y yo venga a beber agua. Pero no era sed normal, era como si tuviera un agujero en el estómago. Iba al baño cada 10 minutos. Pensé que era la paella… pero no.

Además, veía borroso. Como si tuviera arena en los ojos. Y un cansancio… vamos, que me arrastraba. Un día me desperté con un dolor de cabeza horrible y náuseas. Ahí ya me asusté y fui al médico.

  • ¿Qué más sentí?
    • Un dolor en la boca del estómago, como un nudo.
    • Debilidad en las piernas, como si fueran de gelatina.
  • Lo que hice después:
    • Me hice una prueba de glucosa y salió disparada.
    • Me pusieron a dieta estricta y a hacer ejercicio.
    • Ahora estoy mejor, pero vaya susto.

¡Ojo! A veces, ni te enteras. Mi abuelo era diabético y al principio solo tenía mucha sed. Luego ya vino lo demás… Cuidado con el dulce, ¡eh!

¿Qué le pasa al cuerpo humano cuando hay niveles altos de azúcar?

Cuando el azúcar se cree estrella de rock, el cuerpo paga las consecuencias. Imagina una fiesta salvaje donde el azúcar es el invitado que no sabe cuándo irse a casa.

Aquí la lista de desastres:

  • Riñones huyendo de la fiesta: El exceso de glucosa se escapa por la orina, arrastrando consigo litros de agua. Adiós, hidratación. ¿Quién necesita agua cuando tienes azúcar, verdad? ¡Error!

  • Deshidratación extrema, el desierto en tu interior: Tu cuerpo se seca más que un chiste malo en un monólogo.

  • Coma diabético, la siesta eterna: Literalmente, te duermes para no despertar. No es el tipo de siesta reparadora que necesitas.

Todo esto me recuerda a mi tío Ricardo, que una vez intentó hacer un pastel de chocolate sin seguir la receta. El resultado fue una masa pegajosa que desafiaba la gravedad y que casi provoca un incendio en la cocina. Así, el azúcar alto es como ese pastel fallido: una receta que salió terriblemente mal.

Un truco es medir tu glucosa en sangre y usar monitores. Si el azúcar anda desbocado, visita a un médico. ¡No esperes a que tu cuerpo se declare en huelga! Este año, la prevención es la clave.

PD: Recuerda, la salud es como un buen vino, hay que saberla apreciar y cuidar. Y a diferencia del vino, ¡el azúcar no mejora con el tiempo!

¿Qué se siente cuando sube el azúcar?

Sed… mucha sed. Y al baño a cada rato. Agotador. Glucosa en la orina. ¿Será que bebí demasiada Coca-Cola ayer? Me tomé dos… bueno, quizás tres. Con extra de hielo. El hielo no cuenta, ¿no?

  • Sed intensa.
  • Micción frecuente.
  • Cansancio.

A ver… ¿Qué comí ayer? Pizza… mucha pizza. Y papas fritas. Con kétchup, claro. Y helado de chocolate después. Uf… Ahora que lo pienso… mucha azúcar. Azúcar sube, sed sube. ¿Será eso?

  • Pizza.
  • Papas fritas.
  • Helado de chocolate.

Debería tomar más agua. O zumo. Zumo de naranja. Me encanta el zumo de naranja. Pero… azúcar también, ¿no? Mejor agua. Agua con gas. Con limón. ¡Me gusta el limón! Aunque… el limón tiene azúcar… ¿o no? Bah, un poco no hará daño. Creo.

El otro día, Juan me dijo que le dolía la cabeza cuando le subía el azúcar. Yo no tengo dolor de cabeza. Solo sed. Y ganas de ir al baño. Constantemente. Riñones trabajando a tope. Pobrecillos. Hoy voy a beber mucha agua. Mucha, mucha agua. A ver si así… Bueno, a ver qué pasa. Ayer fui al cine. Vi Oppenheimer. Larguísima. Tres horas. Casi me quedo dormido. Quizás el azúcar baja cuando duermes… no sé.

  • Ayer: cine, Oppenheimer.
  • Juan: dolor de cabeza con el azúcar alto.

Respuesta: Mucha sed y ganas de orinar.

#Control Diabetes #Diabetes Temprana #Síntomas Diabetes