¿Cómo saber si un gato macho está en celo?
A diferencia de las gatas, los machos no tienen celos cíclicos. Están sexualmente activos una vez alcanzan la madurez y detectan las feromonas de las hembras en celo. Este estímulo provoca cambios en su comportamiento: maullidos fuertes, inquietud y, sobre todo, marcan su territorio rociando orina con un olor muy fuerte.
El Gato Macho en “Celo”: Un Mito Desmentido
A diferencia de la creencia popular, los gatos machos no experimentan un “celo” en el mismo sentido cíclico que las hembras. No se trata de un periodo fisiológico predecible de receptividad sexual, sino más bien de una constante predisposición a la reproducción, activada por estímulos externos específicos. Mientras que las gatas tienen periodos de celo con manifestaciones claras, los machos permanecen sexualmente activos una vez alcanzan la madurez sexual, generalmente entre los 6 y 12 meses de edad, dependiendo de la raza y otros factores. Su comportamiento, sin embargo, cambia dramáticamente en presencia de una hembra en celo.
La clave para entender el comportamiento de un gato macho “en celo” radica en la detección de las feromonas de una gata receptiva. Estas feromonas, sustancias químicas liberadas por la gata, actúan como un potente estímulo para el macho, desencadenando una serie de comportamientos característicos que, aunque no se corresponden con un celo en sí mismo, indican un fuerte deseo de aparearse.
¿Cómo identificar este cambio de comportamiento en un gato macho? Mientras que un macho no estimulado permanece relativamente tranquilo, la presencia de una gata en celo lo transformará:
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Vocalizaciones intensificadas: El maullido se vuelve más insistente, prolongado y, a menudo, mucho más fuerte de lo habitual. Puede ser un maullido persistente y casi incesante, especialmente por la noche.
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Inquietud extrema: El gato mostrará una agitación notable. Puede estar constantemente buscando, rondando, con una energía hiperactiva y difícil de controlar. Se mostrará muy ansioso e impaciente.
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Marcado de territorio intensificado: Esta es quizás la señal más contundente. El gato rociará orina con mucha más frecuencia y en diferentes lugares, marcando su territorio con un olor mucho más penetrante y fuerte que lo normal. Esto no es simplemente orinar, sino una pulverización vertical, con el cuerpo arqueado, que busca dejar una marca olfativa potente para comunicar su presencia y su disponibilidad a las hembras.
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Comportamiento exploratorio: El macho estará mucho más propenso a salir al exterior en busca de gatas en celo, incluso si normalmente es un gato doméstico. Se mostrará más audaz y menos cauteloso ante los riesgos.
Es importante destacar que la intensidad de estos comportamientos varía de un gato a otro. Algunos machos reaccionan con mayor intensidad que otros, dependiendo de su personalidad, su experiencia previa y la fuerza del estímulo olfativo.
En resumen, no existe un “celo” en el gato macho en el sentido cíclico, sino una respuesta comportamental intensa y específica a la presencia de una gata en celo. Reconocer estas señales permite a los dueños comprender mejor el comportamiento de sus mascotas y tomar las medidas adecuadas, ya sea castración para evitar camadas no deseadas o, simplemente, entender el motivo de su comportamiento cambiante.
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