¿Cómo se quita una sobrecarga muscular?

0 ver

Para aliviar una sobrecarga muscular:

  • Reposo: evita actividades que agraven la lesión.
  • Descanso diario: fundamental para la recuperación.
  • Sueño adecuado: esencial para la regeneración muscular.
Comentarios 0 gustos

Ay, la sobrecarga muscular… ¡quién no la ha sufrido alguna vez! Recuerdo esa vez que, después de una maratón improvisada de limpieza primaveral (¡sí, me emocioné demasiado!), me desperté al día siguiente como si me hubieran pasado un camión por encima. ¿Quién necesita un gimnasio cuando tienes una casa entera por limpiar, verdad? La broma me salió cara. Entonces, ¿cómo se quita uno este fastidioso dolor?

Para empezar, lo primero es el reposo. ¿Reposo? Sí, lo sé, suena aburridísimo. Pero créanme, es fundamental. No se trata de quedarse en la cama todo el día –aunque alguna vez se agradece– sino de evitar cualquier actividad que te haga sentir ese tirón molesto, ese dolor punzante que te recuerda tu torpeza (o tu entusiasmo, dependiendo del caso). Yo, por ejemplo, tuve que renunciar a mi sesión de yoga… ¡una semana entera! Casi me da algo.

Después está el descanso diario. No es lo mismo dormir 5 horas que 8. Claro, a veces es difícil, entre el trabajo, la familia, los quehaceres… Pero, ¿de qué sirve rendir al máximo si luego te derrumbas? Es como querer subir una montaña sin parar a respirar un poco, ¿no? Necesitas ese respiro para recuperarte. Y créeme, ese descanso adecuado –las ocho horas divinas, como yo las llamo– hace toda la diferencia. Después de esa limpieza de locura, recuperé fuerza gradualmente. Pero cuando intentaba saltarme el descanso, ¡zas! Vuelta al dolor.

Y por último, el sueño. Parece una obviedad, ¿verdad? Pero es tan importante como el agua. El sueño es cuando tu cuerpo se regenera, cuando esas fibras musculares dañadas se reparan. A mí, personalmente, me ayuda muchísmo dormir con una almohadilla térmica, ayuda a relajar los músculos. Hay estudios que dicen que la falta de sueño retrasa la recuperación muscular… no sé si son el 70% o el 80%, pero ya te digo que se nota. Con sueño, me sentía mucho mejor. Mucho.

En resumen, paciencia, reposo, descanso y un buen sueño. Suena sencillo, pero créanme, ¡es la fórmula mágica (casi)! Ah, y recuerda que si el dolor es muy fuerte o persistente, lo mejor es ir al médico. ¡No soy doctora, solo comparto mi experiencia!