¿Cómo te contagias de la bacteria carnivora?

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Las llamadas bacterias carnívoras, como Streptococcus pyogenes, se transmiten principalmente por contacto directo. Esto incluye el contacto con secreciones respiratorias (nariz o garganta) de individuos infectados o con lesiones cutáneas infectadas. La transmisión es más probable cuando la infección es activa, como en casos de faringitis estreptocócica o heridas infectadas por esta bacteria.

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El contagio de las bacterias “carnívoras”: Desmitificando la transmisión

El término “bacteria carnívora”, aunque impactante, a menudo se utiliza de forma sensacionalista. Se refiere a bacterias que pueden causar infecciones necrosantes de tejidos blandos, como la fascitis necrosante. Un ejemplo común es el Streptococcus pyogenes, una bacteria que, si bien puede causar infecciones graves, no “come carne” literalmente. En lugar de eso, libera toxinas que dañan los tejidos, creando la apariencia de que la carne está siendo devorada. Comprender cómo se transmite esta bacteria es crucial para la prevención.

La principal vía de contagio de Streptococcus pyogenes y otras bacterias que pueden causar fascitis necrosante es el contacto directo. Este contacto puede darse de diversas maneras:

  • Contacto con secreciones respiratorias: Toser, estornudar o incluso hablar con una persona infectada con faringitis estreptocócica (la común “infección de garganta por estreptococos”) puede propagar la bacteria a través de pequeñas gotas que contienen el microorganismo. Estas gotas pueden ser inhaladas o entrar en contacto con las mucosas de la nariz y la boca.
  • Contacto con heridas infectadas: Tocar una herida infectada con Streptococcus pyogenes, ya sea propia o de otra persona, sin la debida higiene (lavado de manos), puede transmitir la bacteria. Esto es especialmente relevante en ambientes hospitalarios o en casos de lesiones cutáneas preexistentes.
  • Contacto con objetos contaminados: Aunque menos común, la bacteria puede sobrevivir en superficies contaminadas por secreciones de una persona infectada. Tocar estas superficies y luego tocarse la nariz, la boca o una herida abierta puede facilitar la transmisión.

Es importante destacar que la probabilidad de contagio es mayor cuando la infección está activa. Una persona con faringitis estreptocócica sin tratar, por ejemplo, tiene un mayor riesgo de transmitir la bacteria que una persona portadora asintomática. Del mismo modo, una herida infectada activa representa un riesgo significativamente mayor que una cicatriz cerrada.

Además, ciertas condiciones pueden aumentar la susceptibilidad a infecciones graves por Streptococcus pyogenes y otras bacterias similares. Estas incluyen:

  • Sistema inmunitario debilitado: Personas con diabetes, cáncer, VIH/SIDA u otras enfermedades que comprometen el sistema inmunitario son más vulnerables.
  • Enfermedades crónicas: Condiciones como la enfermedad renal crónica o la enfermedad hepática pueden aumentar el riesgo.
  • Lesiones cutáneas: Heridas, quemaduras, picaduras de insectos o incluso cortes quirúrgicos pueden servir como puerta de entrada para la bacteria.

La prevención se centra en la higiene, el tratamiento oportuno de las infecciones y el cuidado adecuado de las heridas. Lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y evitar el contacto con heridas infectadas son medidas fundamentales para minimizar el riesgo de contagio.