¿Cómo se pega la gastroenteritis de una persona a otra?

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La gastroenteritis viral se contagia principalmente por:

  • Consumo de agua o alimentos contaminados.
  • Contacto cercano con una persona infectada.
  • Tocar superficies contaminadas y luego llevarse las manos a la boca.
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Ay, la gastroenteritis… ese maldito bicho que te deja tirado en la cama, sin ganas de nada. ¿Quién no la ha pasado alguna vez, verdad? Yo recuerdo una vez, hace años, cuando estaba en la universidad… ¡qué horror! Estaba estudiando para un examen importantísimo, de esos que te juegan una mala pasada si no apruebas, y pum, me cayó encima como una apisonadora. Tres días tirada en la cama, sin poder ni levantarme para ir al baño, ¡qué decadencia!

¿Cómo se pega la dichosa gastroenteritis? Pues mira, te cuento desde mi experiencia, y lo que he ido aprendiendo a lo largo de los años – porque, créanme, he visto de todo. Principalmente, es un rollo de contagio, ¿sabes? Un virus traicionero que se las arregla para colarse en tu cuerpo de mil maneras.

Primero, la comida. ¡Cuántas veces he pensado que ese plato de sushi, tan apetecible, me iba a sentar fatal! Y sí, en alguna ocasión, lo hizo. Un maldito virus esperando en el pescado, o en el agua con la que lo lavaron… ¡quién sabe! Esa es una vía directa, ¿no? Contaminación del agua o de la comida, ¡y zas!, te pilla. Recuerda siempre lavarte las manos bien después de ir al baño y antes de comer, ¿eh? No es ninguna broma. A mi prima le pasó algo parecido con una ensalada… ¡imagínate el disgusto!

Luego está el contacto directo con alguien infectado. Recuerdo a mi compañero de piso, que una vez tuvo una gastroenteritis de campeonato. ¡Uf, qué asco! Aunque te pongas mascarilla, ¿sabes? El simple hecho de estar cerca, de compartir el mismo ambiente, ya aumenta el riesgo. Es un demonio que se propaga en el aire, o eso parece, y no se anda con chiquitas. No me preguntes por qué, pero sí, es terrible.

Y la tercera vía… ¡las superficies! Tocamos mil cosas al día, y algunas, seguro, tienen restos de virus. Si luego te tocas la boca, la nariz, los ojos… ¡ya está! Ese pequeño descuido puede costarte un disgusto mayúsculo. Piensa en las manijas de las puertas, los pasamanos del metro, ¡hasta el móvil! Es una jungla de microbios ahí afuera.

En fin, que la gastroenteritis es un enemigo invisible, pero muy real. Y aunque no existen estadísticas exactas de cuántas personas se contagian al año –porque es difícil llevar un control, ¿no?–, la experiencia te dice que es bastante común. Así que, ¡cuídate! Lávate las manos, evita la comida sospechosa y mantente alejado de los enfermos. Porque no hay peor enemigo que un virus que te deja en la cama, con el estómago al revés, y un examen encima. ¡Aprendamos de nuestros errores y de mis experiencias!