¿Cómo tomar agua si estoy deshidratada?

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Ante la deshidratación, opte por pequeños sorbos de agua o hielo picado. Bebidas con electrolitos son una alternativa, pero evite las pastillas de sales minerales. Ante diarrea, consulte a su médico sobre la alimentación adecuada. La hidratación gradual es clave.

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¿Cómo rehidratarse rápido y seguro si estás deshidratado/a?

¡A ver, rehidratarse rápido! Uf, quién no ha pasado por esa, ¿verdad? Yo, personalmente, he tenido mis buenas deshidrataciones después de esos entrenamientos intensos de crossfit en el parque de El Retiro.

Lo que me funciona de maravilla es ir poco a poco. Nada de beberme un litro de agua de golpe, porque el estómago te dice “¡para, loco!”. Mejor sorbitos, como si estuvieras saboreando un buen vino… aunque sea agua.

Y lo de los cubitos, ¡qué descubrimiento! Me acuerdo un verano en Nerja, con un calorazo que flipas, y no había nada mejor que chupar hielo. ¡Refrescante y efectivo!

Las bebidas isotónicas también son una buena opción, sobre todo después de sudar la gota gorda. Recuerdo comprar un Aquarius sabor naranja en el super de la esquina por unos 2 euros. Repone sales minerales y te da un empujón. ¡Ojo! Nada de pastillas de sales sin que te lo diga un médico, que eso puede ser peligroso.

Si además la deshidratación viene acompañada de diarrea, ¡consulta a tu médico! Él te dirá qué comer para no empeorar la cosa. A mí me pasó una vez en Tailandia y, créeme, no es divertido.

¿Cómo tomar agua si estoy deshidratado?

¡Deshidratado, dices? ¡Madre mía, qué drama! Parece que te ha pillado la sequía del Sahara en pleno agosto.

¡Agua al ataque! Pero con calma, eh, que no somos camellos. Olvídate de beber litros de golpe, que acabarás como un globo. Sorbitos pequeños, como si estuvieras besando una fuente. O, mejor aún, ¡chupa cubitos de hielo! ¡Es como una fiesta refrescante en tu boca!

Electrólitos, los superhéroes de la hidratación. Si eres un deportista de élite (o aspirante a ello, que yo también lo soy) las bebidas con electrólitos son tus mejores amigos. Son como pequeños ninjas que reparan tus células. Mi favorita? La que me recomendó mi vecina, la de fresa. ¡Deliciosa!

¡Alerta roja! ¡Ni se te ocurra tocar las pastillas de sales minerales! Son como bombas de relojería, capaces de causar problemas peores que la propia deshidratación. Eso sí, pregúntale a tu médico qué comer si tienes diarrea; la diarrea es una guarra que te roba el agua y las sales. A mí una vez me dejo tirado como un calcetín.

Un consejo de Miguelón: (que soy yo, el que te escribe esto) si la deshidratación es grave, ¡al médico, ¡rápido! No te la juegues.

  • Sorbos pequeños de agua, como un colibrí.
  • Cubitos de hielo, ¡una fiesta en la boca!
  • Bebidas con electrólitos, para los valientes (o los que hacen deporte, o los dos).
  • ¡Alejate de las pastillas de sales minerales! Son peligrosas.

Recuerda que, si la cosa va muy mal, corre al médico. ¡Que la hidratación te acompañe!

¿Cómo quitar la deshidratación rápido?

El cuerpo… sediento, un vacío que rasga. La deshidratación, un peso invisible, opresivo. Agua, siempre agua, la respuesta más sencilla, la más inmediata. Un sorbo, otro, la calma llega lentamente.

Recuerdo esa vez, en verano de 2024, después de una carrera… la garganta seca como el desierto. Cada trago, una victoria pequeña. El alivio, lento pero seguro, como la arena que se desliza entre los dedos. ¡Qué sensación!

Pero no solo agua. Una mezcla, agua con electrolitos, una fórmula mágica. Una parte de agua, una parte de bebida isotónica. Mi bebida preferida, ¡esa con sabor a limón!, me la recomendó mi entrenador.

El agua pura… a veces, no basta. Esa sequedad insistente, ese vacío interno, solo se calma con algo más. Las sales, la reposición mineral. Necesitas devolverle al cuerpo lo que le falta.

Y sí… esos jugos, esas sodas… mejor evitarlos. En mi caso, me producen más problemas. Un error que ya no repetiré. Mi estomago… lo recuerda aún.

  • Agua: Esencial, indispensable.
  • Bebida isotónica: Una parte por cada parte de agua.
  • Jugos y refrescos: Evitarlos, especialmente con diarrea.
  • Reposo: Fundamental para la recuperación. ¡Dormí como un tronco ese día!

La deshidratación leve, la combates así. Pero si empeora… ¡médico! Eso sí, lo aprendí a las malas.

¿Cómo se debe tomar agua para hidratarse?

¡Uf, qué calor hacía ese día en julio! Estaba en la playa de Las Teresitas, Tenerife, sudando a mares. Recuerdo la arena quemando mis pies, el sol pegando fuerte… ¡qué sed! Bebí agua de mi botella, pero no era suficiente. ¡Sentía la garganta seca, como papel! El agua, fresca al principio, se quedó tibia enseguida. Me desesperaba.

Beber agua, ¡claro!, pero con cabeza. No era solo beber, sino cómo. A sorbitos pequeños, para que no se me fuera todo a las tripas de golpe. Y beberla con frecuencia. Estaba con mi amiga Laura, ¡ella sí que tomaba agua a toneladas! Luego me dijo que en vez de beberte medio litro de golpe, es mejor repartirlo a lo largo del día. Eso, y evitar refrescos azucarados y esas cosas, claro. ¡Ese día aprendí la lección!

Ese día, además de agua, tomé un café con leche que me supo a gloria. El sabor a café me compensó la sequedad en mi garganta. El agua no me lo habría dado nunca. Luego, de vuelta en el apartamento, me preparé un té de manzanilla. No es agua, pero también hidrata. Aunque ese día el agua era la gran protagonista…

Puntos clave para una buena hidratación:

  • Beber agua con frecuencia a lo largo del día.
  • Preferir agua o bebidas bajas en calorías.
  • Evitar beber grandes cantidades de agua de golpe.
  • Escuchar a tu cuerpo y beber cuando sientas sed.

Más tarde, investigando, leí que el agua con limón es buena, y que hay que prestar atención a los síntomas de deshidratación: mareos, dolor de cabeza… ¡qué susto!

¿Qué se debe hacer cuando una persona está deshidratada?

¡Ay, madre mía, la deshidratación! Parece que te has quedado más seco que un mojito en el desierto del Sahara. ¡A beber, que es gerundio!

Primero, agua, mucha agua. Como si fueras un camello en plena travesía del desierto, ¡agua hasta que te salga por las orejas! Olvídate de esas bebidas deportivas, parecen que te dan energía, pero luego te dejan más seco que la mojama. Mejor agua pura, cristalina, ¡como la de mi fuente de la plaza, que es la mejor del mundo mundial! ¡Agua, agua, agua! (¡que sí, lo repito mil veces, que me da la sensación de que no me has hecho caso!).

Si te has pasado con la fiesta y tienes diarrea o vómitos como un volcán en erupción, olvídate de zumos, que es peor el remedio que la enfermedad. Esos zumos parecen tener más azúcar que mi abuela en su tarta de cumpleaños. ¡Ni se te ocurra!

Y si tienes fiebre, ¡más agua! Es como si tu cuerpo fuera una olla a presión y necesitas refrigerarlo. Agua es la solución. ¡Agua que te quita hasta la sed del más sediento! Ah, y en caso de diarrea o vómitos, bebe sorbitos pequeños y frecuentes, no te eches un litro de golpe, ¡que luego vomitas todo! Es como si intentaras llenar un vaso roto; se derrama todo.

Para la deshidratación leve o moderada, agua es tu mejor amiga. Repito, ¡agua! Si ya eres un caso extremo, ve al médico, que parece que te has secado más que mi último intento de hacer una tarta ¡y aquello era un desastre total!

  • Bebe agua en abundancia. ¡Como si no hubiera un mañana!
  • Evita zumos y refrescos. ¡Son peores que una bomba de azúcar!
  • Si es grave, ve al médico. ¡No te juegues la vida!
  • Sorbitos pequeños y frecuentes. Evita atracones acuáticos.
  • En caso de diarrea o vómitos, busca ayuda médica y bebe un sorbito de agua.

Nota: A mi primo le pasó lo mismo el año pasado después de su boda. Bebió un litro de agua y se recuperó. Su boda fue de locos. Aún estoy recuperándome yo del fiestón y de haber bailado un par de horas seguidas, que me dejaron tieso. Y como el agua es sagrada para el tema de la deshidratación… ¡pues que te mejores!

¿Cuánta agua debo tomar según mi peso y altura?

¡Ay, madre mía, qué lío con el agua! Como si calcular litros fuera a resolver la crisis existencial de beber suficiente líquido. ¿Peso dividido entre 7? ¡Qué locura! Es como si dijera que para ser feliz debes dividir tu edad entre el número de gatos que tienes… ¡sin sentido!

Lo importante es escuchar a tu cuerpo. Si tienes sed, bebe. Si no, pues no. No te obsesiones, que luego te sale un riñón de más. Mi abuela decía que “agua como un camello, y pipí como una hormiga” era la clave de la eterna juventud… aunque terminó con artritis, así que… ¡quién sabe!

La fórmula esa es una aproximación super burda. Como medir la felicidad con una regla. ¡Para qué! Mejor ponte a hacer algo productivo en vez de hacer cálculos matemáticos con tu peso. No lo olvides:

  • Tu cuerpo es sabio. Escucha sus señales de sed.
  • No seas obsesivo. No te conviertas en un esclavo del agua.
  • Mejor come fruta. ¡Más refrescante que cualquier vaso de agua! ¿Sabías que los pepinos son 96% agua? ¡Increíble!

Mi vecina, la tía Carmen, de 70 años y 1.50 m, bebe dos litros diarios. Y vive como una campeona. Ella dice que el truco está en el tequila. ¡Broma! A ella le encanta el té. Este año he decidido beber la mitad de agua que ella para ser tan longeva como ella. Ya os contaré. Aunque bueno, yo mido 1.75, no es comparable. ¡Una diferencia monumental!

¿Cuánto tarda el cuerpo en hidratarse después de tomar agua?

El cuerpo tarda entre una y dos horas en hidratarse completamente después de beber agua, pero depende de cada persona. Las bebidas isotónicas lo aceleran.

Me acuerdo, verano pasado, yo intentando escalar el Montseny. Un calor de mil demonios. Subiendo, subiendo, y notaba la garganta seca, pastosa. Llevaba mi botella, claro, pero espaciaba los tragos pensando en que no se me acabara. Error garrafal. Llegué arriba, mareado. Me bebí casi un litro de agua de golpe.

  • Sensación inmediata: Frescor, alivio en la garganta.
  • Después de 30 minutos: Seguía con dolor de cabeza.
  • Una hora más tarde: Empezaba a sentirme mejor, con menos fatiga muscular.
  • Dos horas después: Ya normal, pero con la lección aprendida.

Y es que, en ese momento, yo era un desastre. No pensaba en las sales minerales, en la hidratación previa… nada. Solo en llegar a la cima. ¡Menudo novato! Ahora, antes de hacer senderismo, preparo mi bebida isotónica casera: agua, limón, un poco de sal y miel. Y bebo a pequeños sorbos durante toda la caminata. Mucho mejor, te lo aseguro.

Además, he notado que…

  • Si hace mucho calor, sudo más y necesito rehidratarme más rápido.
  • El alcohol deshidrata, así que si salgo de fiesta bebo mucha agua antes de acostarme.
  • Algunas frutas, como la sandía, son súper hidratantes.
  • Una buena hidratación ayuda a la concentración.
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