¿Cuál es la mejor posición para quedar embarazada de un niño?

1 ver

Aunque la idea de influir en el sexo del bebé a través de la posición sexual es popular, no hay evidencia científica sólida que la respalde. Se ha sugerido que la penetración profunda, como en la posición de perrito, podría favorecer la llegada de espermatozoides masculinos al óvulo, pero esto es puramente especulativo y no determinante.

Comentarios 0 gustos

El Mito de la Posición Sexual y el Sexo del Bebé: Desmintiendo las Creencias Populares

El anhelo de tener un niño o una niña es un deseo común entre las parejas que planean una familia. En este contexto, abundan los mitos y las creencias populares, entre ellas la idea de que la posición sexual durante el coito influye en el sexo del bebé. Si bien la posibilidad de “elegir” el sexo del bebé es un tema que despierta gran interés, es crucial separar la realidad científica de las creencias populares, a menudo desprovistas de evidencia sólida.

La creencia más extendida en relación a la posición sexual y el sexo del bebé se centra en la penetración profunda. Se especula que posiciones como la posición del “perrito” favorecen la llegada de los espermatozoides con cromosoma Y (que determinan el sexo masculino) al óvulo, debido a su supuesta mayor velocidad y resistencia. Sin embargo, es fundamental reiterar que no existen estudios científicos que respalden esta afirmación.

La realidad es que el sexo del bebé está determinado por el cromosoma sexual del espermatozoide que fertiliza el óvulo. Los óvulos siempre aportan un cromosoma X, mientras que los espermatozoides pueden aportar un cromosoma X (resultando en una niña) o un cromosoma Y (resultando en un niño). La probabilidad de concebir un niño o una niña es, teóricamente, del 50%. Cualquier variación se debe al azar y no a factores como la posición sexual, la dieta, o la época del año en que se concibe.

La complejidad de la fisiología reproductiva humana es considerable. Factores como la acidez vaginal, la viscosidad del moco cervical y la movilidad de los espermatozoides juegan un rol mucho más significativo en el proceso de fertilización que la posición sexual. Estos factores, además, son intrínsecamente variables y difíciles de controlar.

En resumen, aunque la idea de manipular el sexo del bebé mediante la elección de la posición sexual resulta atractiva, carece de sustento científico. La concepción es un proceso complejo y aleatorio, y la creencia de que la posición sexual influye de manera determinante en el sexo del bebé es un mito persistente que debemos desmentir. En lugar de enfocarse en métodos no probados, las parejas que desean planificar el sexo de su hijo deberían considerar métodos científicamente validados, como la selección de espermatozoides (PGS o PGD), que aunque tienen sus limitaciones y costos, ofrecen una mayor probabilidad de éxito. En última instancia, la aceptación y el amor por el hijo, sea niño o niña, son los aspectos más importantes de la crianza y la construcción de una familia.