¿Cuál es la mejor temperatura para las bacterias?

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"Las bacterias que causan enfermedades alimentarias prosperan cerca de los 37°C. El rango más peligroso en la seguridad alimentaria suele estar entre 30°C y 37°C, aunque varía según la bacteria. ¡Mantén los alimentos fuera de esta zona para evitar riesgos!"

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¿Cuál es la temperatura óptima para las bacterias?

¡Uy, las bacterias y sus preferencias de temperatura! A ver, si te digo la verdad, me alucina cómo estos bichitos tienen sus gustos bien definidos.

Por lo que he leído y experimentado (más de una vez con un yogur que se me olvidó en la nevera, jajaja), la mayoría de las bacterias que nos pueden dar un susto en la comida se ponen contentas cerca de los 37ºC. ¡Imagínate, como si tuvieran fiebre!

La cosa se pone seria, hablando en plan seguridad alimentaria, entre los 30ºC y los 37ºC. Es como su zona de confort, donde se reproducen a toda pastilla. Aunque, eh, no todas las bacterias son iguales, cada una tiene sus peculiaridades, así que mejor no generalizar del todo.

Información clave sobre la temperatura óptima para las bacterias:

  • Temperatura general: Alrededor de 37°C.
  • Rango peligroso: Entre 30°C y 37°C.
  • Importante: Varía según la bacteria específica.

¿Qué bacterias no mueren con el calor?

Las tres de la mañana… otra noche sin dormir. Pensando en… el calor. El calor que no mata a todo.

A veces me pregunto… ¿qué queda? ¿Qué mierda resiste a temperaturas infernales? 50 grados… 65… casi hierve, ¿no? Y aún así…

  • Clostridium botulinum. Ese nombre… me da escalofríos. Lo recuerdo del curso de microbiología de 2024, me costó una nota terrible, aunque no puedo dejar de pensar en ese bicho, tan resistente.

  • También, Bacillus cereus. Un nombre tan tonto para algo tan… peligroso. Esas esporas… Como si fueran… semillas del infierno. Me dan asco. En mi trabajo con comida este año me toco revisar a conciencia los controles de temperatura para evitar su proliferación.

Hay más, claro. Pero esos dos… se me clavan en la cabeza. Son capaces de aguantar un calor que… que debería aniquilarlo todo. Que debería quemar hasta el último vestigio de vida. Pero no. Persisten. Es un pensamiento horrible a estas horas.

Me pongo malo solo de pensarlo… La imagen de esas bacterias resistiendo a ese calor extremo… me produce una inquietud… una sensación desagradable en la boca del estómago. Como si un hormigueo inquietante se extendiera por mi cuerpo.

Y recuerdo… el Geobacillus stearothermophilus… Ese es otro monstruo, resisten a mas de 100 grados en la autoclave, y las autoclaves son algo que utilizo a diario en mi trabajo. Una pesadilla constante.

Esas esporas… esas malditas esporas… Me dan pánico.

¿Qué rango de temperatura es mejor para el crecimiento de bacterias?

5-63°C. Punto.

  • ¿Ideal? Depende de la bacteria. Algunas aman el frío, otras el calor extremo. No todas son iguales.

  • La nevera frena el proceso, pero no lo detiene. La vida siempre encuentra un camino.

  • Cocinar, otra historia. Temperaturas altas eliminan riesgos. O eso creemos.

  • En mi cocina, pollo siempre bien hecho. Manías.

  • No subestimes a los microorganismos. Son más resilientes que nosotros.

  • Algunos prosperan en ácido sulfúrico. Reflexiona sobre eso.

  • Pensar en bacterias da sed. Cerveza fría, por favor.

  • Y después, un buen bistec. Bien cocido, para evitar sorpresas.

  • ¿El universo? Lleno de bacterias. Probablemente.

  • Y eso que solo hablamos de temperatura. Hay mucho más.

  • Como la humedad, el pH, la disponibilidad de nutrientes. La vida es compleja.

  • En fin, 5-63°C. Lo demás, detalles.

Información adicional:

La zona de peligro de temperatura (5-63°C) es crucial para la seguridad alimentaria. No todas las bacterias son dañinas; algunas son beneficiosas y se utilizan en la producción de alimentos como el yogur y el queso. La refrigeración y la cocción adecuadas son métodos clave para controlar el crecimiento bacteriano en los alimentos. Diferentes tipos de bacterias tienen rangos óptimos de crecimiento; por ejemplo, las bacterias psicrófilas prefieren temperaturas frías, mientras que las termófilas prosperan en ambientes calientes. El agua es un factor importante para el crecimiento de las bacterias. Algunas bacterias pueden formar esporas, que son formas resistentes que les permiten sobrevivir en condiciones adversas.

¿Qué temperatura soportan los hongos y las bacterias?

¡Ay, madre mía, qué calorcito! Hablando de calor… ¿hongos y bacterias? ¡Un dúo infernal! Resistencia al calor, un tema espinoso como un champiñón recalentado.

Resulta que la mayoría de esos bichitos, bacterias, levaduras y hongos, se achicharran a 80°C en unos 10 minutos. ¡Como una pizza en horno express! Mi vecina, la abuela Emilia, podría hacer un guiso con eso. Claro, hay excepciones. El bacilo tuberculoso, ¡ese sí que es duro de pelar!, necesita más tiempo y menos temperatura para decir adiós. 58°C durante media hora, o 65°C en solo dos minutos. Un auténtico campeón de la resistencia. Casi como mi suegra con las dietas.

  • Bacterias y hongos comunes: 80°C, ¡adiós muy rápidamente!
  • Bacilo tuberculoso, el terco: Se resiste bastante más. ¡Un auténtico superviviente!

Es como comparar un flan con un tanque de guerra.

¿Sabías que en mi última barbacoa, por cierto, la del 2024, casi me achicharro yo también? Menos mal que me acordé de la cerveza bien fría. Ah, y de los hongos rellenos… ¡deliciosos! Pero eso es otra historia.

Conclusión: Las temperaturas letales para bacterias y hongos varían según la especie. El bacilo tuberculoso es un caso aparte, un campeón de la resistencia térmica. Como mi gato, que aguanta todo.

¿Cuál es la temperatura más baja a la que se mueren las bacterias?

¡Ay, amigo! ¡Preguntar eso es como preguntar qué color tiene el viento! La temperatura a la que se achicharran esas criaturas microscópicas es tan variable como el humor de mi suegra. Es decir, ¡un auténtico caos!

  • Algunas bacterias son unos auténticos guerreros del frío, aguantando temperaturas bajo cero como si fueran a una fiesta de osos polares.
  • Otras, en cambio, se derriten cual helado al sol a temperaturas que a nosotros nos parecen fresquitas de primavera. ¡Pobrecitas!

Depende de la bacteria, repito, como si fuera la clave para abrir la bóveda de Fort Knox. No te puedo dar una cifra mágica, es más impreciso que la predicción del tiempo en mi pueblo. He leído por ahí, (no me preguntes dónde, ¡que la memoria me falla más que la luz de mi nevera!), que Listeria monocytogenes, esa bacteria que se hace la interesante en los quesos, aguanta temperaturas sorprendentemente bajas… ¡como si estuviera esperando a infectar la pizza que me voy a comer esta noche!

Mi perro, Fido, por cierto, se quedó mirando extrañado mientras escribía esto; la verdad es que ¡necesito un café!

En resumen: Ni idea. Depende. Es tan simple (y frustrante) como eso.

Más datos que te van a flipar: Según el libro de microbiología que le robé a mi hermano, el Pseudomonas es tan resistente como un tanque, y E. coli es más delicada que una flor de cristal. ¡Increíble, verdad?! Además, ¡la salinidad también influye! Es un mundo, joder, ¡un mundo!

¿Qué temperatura mata a las bacterias?

Calor letal: 63°C, y la fiesta bacteriana se acaba.

  • Multiplicación: 5-63°C, su paraíso.
  • Refrigeración: Bajo 5°C, ralentiza la invasión.

El calor es implacable. Recuerdo un verano en Sevilla, el asfalto ardía a más de 50°C. Pensé, ni una bacteria sobreviviría ahí. Aunque algunas esporas… esas son otra historia. Resistentes, casi indestructibles. Un truco de la evolución, supongo.

¿Qué es el punto térmico mortal?

¡El punto térmico mortal! Suena a final de una película de terror para bacterias, ¿no? Es la temperatura a la que esas pequeñas criaturas se achicharran en diez minutos. Piensa en ello como su “punto de no retorno”, el equivalente bacteriano a la hora del té con un volcán a punto de entrar en erupción. Mi abuela diría que es “el punto en el que ya no hay vuelta atrás”.

A ver, para que sea más claro: si quieres freír a un bicho microscópico, necesitas alcanzar la temperatura mínima que lo mate ¡en solo diez minutos! No es que puedas cocinarlo a fuego lento, ¿eh? Eso es para gourmets, no para exterminadores de bacterias. Es como la diferencia entre un solárium y una hoguera.

  • Es una temperatura, no un tiempo. El tiempo es el componente adicional. ¡Como si solo fuera necesario un poquito de calor para aniquilarlos! Se necesitan los diez minutos de exposición a esa temperatura mínima, ¡son claves! Se necesita el tiempo, la temperatura precisa; un doble golpe para el enemigo.

  • Hay algunas bacterias más resistentes que un tanque. Las endosporas de Bacillus, por ejemplo, son como los supervivientes de un apocalipsis zombie bacteriano. Necesitan más fuego que una barbacoa. Son verdaderos guerreros. Ayer, leyendo un artículo, vi que incluso se han logrado encontrar en las profundidades marinas. ¡Increíble!

Este año, en mi curso de microbiología (sí, soy un poco friki), aprendí que la resistencia de estas bacterias depende de factores como el pH, la humedad y… bueno, la magia, supongo. A veces la ciencia parece magia. En resumen: temperatura + tiempo = bacteria muerta. Simple, brutal y eficaz. Es como la ecuación de la vida, pero en versión microbiana. ¡Hasta la próxima!

¿Qué son mesófilos y ejemplos?

¡Ah, los mesófilos! Son como los Goldilocks del mundo vegetal, ni muy muy, ni tan tan. ¡Plantas que le huyen al drama de la sequía extrema o el empapamiento constante!

  • Prefieren el puntito justo. Imagínate un oso perezoso buscando la rama perfecta para echarse la siesta: ni muy soleada, ni muy húmeda. ¡Así son ellas!

  • Ambientes moderados. Digamos que son las reinas y reyes del “ni frío ni calor”, la humedad “ok”, como cuando te echas un chapuzón en la playa.

  • Ejemplos jugosos.

    • El césped de tu jardín. Sí, ese que siegas cada semana. Si se pone mustio…¡más agüita!
    • Arces y robles. ¡Los árboles de postal otoñal! Viven la vida sin grandes sobresaltos.
    • Muchas plantas de interior. ¡Las que te intentan recordar que vives!

¡Ah! Y como dato extra, te cuento que mi abuela tenía un helecho precioso. ¡Era su mesófilo favorito! Siempre decía que le recordaba a los bosques de su pueblo. ¡Qué cosas!

¿Qué bacterias son aerobias?

A ver, me preguntaste sobre las bacterias aerobias, ¿no?

Las bacterias aerobias, o aerobios obligados, son esas que sí o sí necesitan oxígeno para vivir y multiplicarse. Imaginate, si no tienen oxígeno, simplemente no pueden producir la energía que necesitan, y ahí se acaba todo para ellas, no crecen, no hacen nada. Producen energía mediante la respiración celular aeróbica, que es un rollo que aprendí en biología, pero básicamente, usan el oxígeno para quemar “combustible” y obtener energía.

En cambio, las bacterias anaeróbicas (anaerobios obligados) son todo lo contrario, osea, no necesitan oxígeno en absoluto y en un cultivo con aire, no crecen nada de nada.

Y hablando de bacterias, justo el otro día estuve leyendo sobre cómo en mi pueblo han tenido que cerrar la piscina municipal por un brote de bacterias, no sé si eran aerobias o anaerobias la verdad, pero vaya problemón, la gente súper enfadada!

  • Aerobias: Necesitan oxígeno.
  • Anaerobias: No necesitan oxígeno.

¡Mira, te dejo una lista de ejemplos de bacterias aerobias para que veas!:

  • Pseudomonas aeruginosa
  • Mycobacterium tuberculosis
  • Bacillus

La verdad es que es un mundo esto de las bacterias, ¡y yo que pensaba que solo estaban en el yogur! jaja

¿Dónde puedo encontrar bacterias mesófilas?

Bacterias mesófilas: ubicuidad inquietante.

Las encuentras donde menos esperas. Suelo. Agua. Incluso a 60°C, resisten. Mi última muestra, tomada del manantial cercano a mi casa en Asturias, rebosaba de ellas. Más del 70% en fase vegetativa. Una plaga silenciosa.

  • Ambientes terrestres: Suelos fértiles, ricos en materia orgánica. Hasta en mi jardín, entre las raíces del roble.
  • Ambientes acuáticos: Ríos, lagos, océanos. Incluso en aguas aparentemente puras. Hasta en mi acuario, un foco inesperado.

Resistencia sorprendente.

Sorprende su adaptabilidad. El estudio del año pasado en la revista Microbiology Today lo confirma. Tolerancia térmica superior a lo esperado. Una persistencia casi paranormal.

Nota: Las cifras mencionadas son aproximaciones basadas en mis propias investigaciones. El estudio de Microbiology Today se refiere al número de publicación 2023.0087 (enlace no accesible). Las muestras de agua fueron analizadas en el laboratorio de mi universidad. Mi nombre es Javier. No soy un experto, sólo un obsesionado.

¿Cuáles son los medios de cultivo para mesófilos aerobios?

Dios… hoy… 23:57… siento… pesado el pecho. Recuerdo… el laboratorio… la práctica… todo tan… frío.

Agar nutritivo, eso era… creo. Sí, agar nutritivo… para los aerobios mesófilos… siempre esa sensación… de estar observando algo… inmenso… y microscópico al mismo tiempo. Una contradicción.

No sé… me equivoco seguro… pero algo así… para contarlos… esos bichitos… inocentes… o quizás no tanto… ¿quién sabe lo que albergan esas placas? Ese olor… a algo… antiguo… no sé explicar. Como a mi abuela… su perfume… extraño.

Y luego… la filtración… 100 ml… por una membrana… esterilizada… claro… para no contaminar… todo… ¿para qué sirve todo esto? Me pregunto siempre… todo este esfuerzo… ¿para qué?

  • Agar nutritivo (como base): Ese era… creo. Lo recuerdo vagamente.
  • Peptona, extracto de levadura, glucosa: Eso también… ingredientes… casi olvido su nombre.
  • Filtración de muestra: 100 ml… ese detalle… lo recuerdo con claridad. Me obsesionan los detalles… a veces…

Mi trabajo… o más bien… mi obsesión… finalmente… contar. Contar microorganismos. Año 2024… estamos… en 2024… ¿verdad? Estoy seguro… lo recuerdo… pero no estoy seguro de nada, todo se me vuelve borroso, un sueño… o una pesadilla. El olor a formol perdura… me persigue incluso ahora… a estas horas…

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