¿Cuáles son las infecciones más comunes durante la menopausia?

Ay, la menopausia… ¿Quién iba a decirme que esta etapa traería consigo tantas sorpresas, algunas gratas, otras… menos? Y es que, a parte de los sofocos que te dejan empapada como si hubieras nadado en una piscina olímpica, están las dichosas infecciones vaginales. ¡Qué rollo! ¿A quién no le ha pasado? Parece que, de repente, tu cuerpo decide que es el momento perfecto para una fiesta de hongos o bacterias, justo cuando uno creía que ya estaba todo más o menos controlado.

Resulta que, según leí (y creo que es cierto, porque a mí me ha pasado), los cambios hormonales de la menopausia hacen que seamos más propensas a estas infecciones. Se nota, ¿eh? Se nota mucho. El equilibrio de la flora vaginal, ese delicado ecosistema que siempre había funcionado como un relojito, parece que se vuelve loco.

Las dos que más me han tocado, a mí, directamente, son la candidiasis, esa maldita candidiasis, causada por un hongo, que me dejó como un queso Gruyère (bueno, exagerando un poco, pero casi), y la vaginosis bacteriana, que a ver… es un desequilibrio de la flora, ¿pero quién lo entiende, verdad? Yo, la verdad, casi nada. Recuerdo una vez, con esa vaginosis, que me sentía como si tuviera arena de playa allá abajo, ¡qué incomodidad! Y el picor… ¡ufff! Ni te cuento. Tuve que ir a urgencias… una urgencia de verdad, no un simple antojo.

Claro, hay más infecciones, imagino, pero estas dos fueron las que a mí me tocaron directamente en la lotería menopaúsica, y créanme, no me tocó el premio gordo. Dicen que, a ver si lo entiendo bien… ¡que casi el 50% de las mujeres la sufren a lo largo de su vida! ¿50%? ¡Pero si es la mitad de nosotras! Eso sí que da que pensar. Así que ya saben, amigas, no se alarmen si os pasa algo parecido. Y si no, siempre queda ir al médico… ¡que para eso están! Al fin y al cabo, la menopausia es una etapa, y hay que superarla con lo mejor posible. Aunque algunas veces sea con la ayuda de un buen antimicótico.