¿Cuáles son los 7 tipos de muertes?
Siete tipos de muerte abarcan un amplio espectro: súbita, cardíaca súbita, del lactante, encefálica, cerebral, celular y clínica. También se incluye la muerte perinatal, abarcando el periodo prenatal y posnatal inmediato. Cada tipo presenta características y causas específicas.
¿Cuáles son los 7 tipos de muerte legal?
¡Uf! Hablando de muertes… El tema me da un poco de cosa, la verdad. Recuerdo en septiembre del 2021, en el hospital de mi pueblo (Valdemoro), vi una situación… bastante dura. No quiero entrar en detalles, pero te aseguro que te cambia la perspectiva.
Con respecto a esas “muertes legales”, siempre me lio un poco. He visto listas… pero nunca me las aprendí. En la facultad, nos hablaron de muerte encefálica, esa sí la recuerdo bien. Fue un tema largo, con muchos detalles médicos.
Muerte cerebral, también lo mencionaron, pero era algo como… una especie de etapa intermedia antes de la encefálica, ¿o era al revés? Ya no lo recuerdo bien. Eso sí, fue un rollo de clases, al menos unas cinco horas.
Muerte súbita, esa es más fácil. La entiendo como… un paro cardiaco repentino. Quizás la muerte súbita cardíaca sea lo mismo. O no. Estoy un poco perdido con esto.
Las otras… muerte perinatal, muerte clínica, muerte celular… ¡ay, Dios mío! Ni idea. Tendría que buscar información, de verdad. Me siento como un pez fuera del agua con tantos términos. Debería repasar mis apuntes de derecho médico. Fue hace tiempo.
Pienso que buscar en un buen libro de medicina legal sería la mejor opción. Hay tantos detalles técnicos… ¡que me pierdo! Mejor consultar fuentes fiables, eso seguro. Para no dar información incorrecta.
¿Qué sucede antes de morir?
¡Uf! ¿Qué pasa antes de morir? Me pregunto… ¿Será como apagar una luz? O quizá… ¡No! Eso suena demasiado simple. Mi abuela, antes de fallecer en 2024, estaba muy débil, pero consciente. Hablaba con dificultad… Recuerdo sus manos, tan frías… ¡qué miedo!
Caída en la inconsciencia, sí, eso es común. Lo he leído. Pero… ¿siempre? Mi tío, por ejemplo, en 2024, estaba lúcido hasta el final. ¡Increíble! Hablaba incluso de sus viajes a la playa… ¿Cómo es posible? Me intriga tanto. ¿De qué color será el cielo justo antes?
- Inconsciencia profunda.
- No respuesta a estímulos.
- A veces, lucidez hasta el final.
Pero, ¿y el dolor? ¿Se siente dolor? ¡Ay, qué preguntas! Necesito más información. Debería buscar más datos… Tengo una cita con mi doctora el martes. Le preguntaré. Es importante saberlo. ¡Será una conversación incómoda, pero necesaria!
El final de la vida es un misterio. Un misterio que nos aterra y nos fascina al mismo tiempo. A veces pienso en esto y me entra una especie de… no sé, es como una opresión en el pecho. ¡Espero que no sea doloroso! ¿Y después? Eso es lo que realmente me aterra. ¡Basta ya de pensamientos tristes! Mejor voy a ver una película.
A veces hay una fase de agitación antes de la inconsciencia. ¿Será eso? ¡Qué lío todo! Necesito un café. Un café fuerte. Y luego, a investigar. ¡Dios mío! 2024… tantas pérdidas este año… No puedo creerlo. Demasiado. Ya no puedo pensar más en esto.
¿Dónde muere la mayoría de la gente?
¿Dónde muere la mayoría de la gente?
¡Ay, la gran pregunta existencial! En hospitales o geriátricos, claro. Es como decir que la mayoría de los peces mueren en el agua: ¡obvio! Aunque, ¡qué dramático sonar así!
El hospital: un campo de batalla donde la vida y la muerte se juegan al póquer. Mucha gente termina ahí, luchando hasta el final (o hasta que se les acaban las fichas). Y los geriátricos… Pues, son como hoteles de cinco estrellas… para la eternidad, digamos. Un poquito más tranquilos, si te soy sincera. Mi abuela materna falleció en una residencia, y era el paraíso comparado con el caos hospitalario, aunque, a decir verdad, ¡la cafetería dejaba mucho que desear!
Pero, ¡sorpresa! La gente también se muere en casa. Sí, en pijama, con la tele encendida y quizás un gato ronroneando al lado. Mucho más íntimo, pero menos de lo que nos hacen creer. No es tan idílico como pintan.
- Hospitales: El gran escenario del drama vital.
- Residencias: La pensión para la última etapa.
- Casa: La intimidad con sus luces y sombras.
Este 2024, la tendencia a morir en casa está creciendo. ¿A qué se debe? Quizás a la pandemia, que hizo del hospital una zona de guerra. ¡Un poco de sentido común no nos vendría mal a la hora de morir! Mi tío Pepe, por ejemplo, siempre quiso morir en su sillón viendo una corrida de toros. No lo logró, por cierto; falleció en el hospital de urgencias tras una caída en casa, con una sobredosis de tranquilizantes. ¡Ironías de la vida!
En resumen: La mayoría sigue muriendo en hospitales o residencias, pero la tendencia a morir en casa está aumentando. Así que ya sabes, ¡haz las paces con el sofá! Y quizás, con tu testamento. Porque, créeme, es más divertido que la agonía.
¿Qué país tiene la menor tasa de mortalidad infantil?
¡Uf! Recuerdo el verano pasado, en Grecia, el calor era brutal, ¡38 grados a la sombra! Estaba en Santorini, con mi familia. La isla era preciosa, blanca, azul… una postal. Pero el calor… agobiante. Nos refugiábamos en las iglesias, con sus muros gruesos, que daban algo de respiro.
Ese viaje me hizo pensar en la mortalidad infantil. Vi niños sanos, jugando, corriendo por las calles empedradas… y me vino a la cabeza lo que leí sobre la baja tasa de mortalidad en Grecia. Es una cifra que me impactó, la verdad. Un contraste, viendo tanta vitalidad.
Después, en el ferry de vuelta a Atenas, recordé un reportaje que vi, sobre las políticas de salud de los países nórdicos. Finlandia y Suecia siempre aparecen en las listas de los países con menos muertes infantiles. ¡Qué curioso! Dos mundos distintos, dos climas diferentes, pero con algo en común.
Pensé en los detalles que hacen la diferencia:
- Buena atención médica.
- Políticas de apoyo a las madres.
- Acceso universal a la sanidad.
- Buena nutrición.
Pero también hay otros factores, claro. La genética juega un papel, seguro. El estilo de vida, la cultura… es complicado.
Me quedé pensando… ¡Alemania y Portugal con tasas altas! ¡Qué contraste! La verdad es que me sorprendieron esos datos. No lo esperaba. De nuevo, una mezcla de factores que no entendí del todo. Pero sí, Grecia, Finlandia y Suecia son los que más destacan. Eso sí lo recuerdo. Espero que los datos estén bien. Quizás debería revisarlos… ¡Qué pereza!
¿Cuáles son los problemas de salud más comunes en el mundo?
A ver, ¿qué nos mata más? Pues, las enfermedades no transmisibles son las reinas de la fiesta final. ¡Más del 70% de los fallecimientos a nivel mundial! ¡Una barbaridad!
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Diabetes, cáncer, males del corazón: El trío calavera que se lleva a 41 millones al otro barrio. Vamos, como si vaciaran España entera cinco veces. 😅
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Muerte prematura: 15 millones de personas entre 30 y 69 años. ¡Con la de cosas que podían haber visto en Netflix! 🥺 ¡Qué horror!
Info extra (porque una nunca sabe):
Yo, por ejemplo, hace poco me obsesioné con el tema del azúcar después de que mi abuela (que es más golosa que un niño en una piñata) le diagnosticaran diabetes. Ahora miro las etiquetas de los productos como si fueran exámenes de la universidad. ¡Y qué difícil es encontrar algo sin azúcar añadido! Es como buscar unicornios en el supermercado. 🦄
¿Qué día de la semana muere más gente?
¡Ajá! ¿Que cuándo la gente decide “estirar la pata” más a menudo? Pues, los domingos, ni más ni menos. ¡Como si se pusieran de acuerdo para amargarte el finde!
- Igual es por eso de que el cuerpo ya no aguanta el trote de la semana y dice “basta” justo cuando estás a punto de ver Netflix en pijama. ¡Vaya timing!
- O, a lo mejor, como andamos todos más relajados, pensamos: “Bah, ya iré al médico el lunes… si eso”. Y claro, el lunes ya es tarde. ¡Error de principiante!
En fin, que el domingo tiene una fama de día fatídico que no hay quien se la quite. ¿Será que el universo tiene un sentido del humor un tanto macabro? Yo que sé, pero por si acaso, ¡a disfrutar los domingos con moderación! Que no quiero que me echen la culpa a mí.
¿Sabes? Ahora que lo pienso, el domingo pasado yo estaba con un dolor de cabeza… ¡igual iba a ser mi día! Menos mal que me tomé un ibuprofeno. ¡Casi la palmo viendo La Casa de Papel! Qué susto.
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