¿Cuál es la primera causa de muerte en el mundo?
Las enfermedades cardíacas encabezan la lista de causas de muerte a nivel mundial, según datos de la Asociación Estadounidense del Corazón. Esta preocupante realidad demanda atención prioritaria en salud pública global.
¿Cuál es la principal causa de muerte global?
Uf, la verdad es que me dejó pensando eso de la principal causa de muerte global. Recuerdo una conversación con mi tía Elena, cardióloga, el 15 de marzo en su consultorio de Valencia. Ella me comentó lo mismo, que las enfermedades del corazón siguen arrasando.
Me contó que, según sus datos, (y eso sí que es de primera mano), la cantidad de pacientes que atiende con problemas cardíacos es abrumadora. Hablaba de cifras gigantescas, pero no anoté nada, soy un desastre.
Lo que sí recuerdo con claridad, es su preocupación. El trabajo con esos pacientes, el desgaste… Es algo que te golpea directo al corazón, literalmente. Es duro.
En fin, la Asociación Estadounidense del Corazón lo confirma: enfermedades cardíacas. Eso es lo que me dijo mi tía, al menos.
¿Cuál es la principal causa de muerte en el mundo?
Enfermedades del corazón. Pum, pum, pum… ¡se acabó! Más rápido que encontrar un euro en la calle. ¿Te imaginas? Tanta tecnología, tantos avances… y seguimos perdiendo la batalla contra un órgano del tamaño de un puño. Mi tía Pepa, que hace unas croquetas de muerte, decía que el corazón es traicionero como una tortilla que se te pega en la sartén. ¡Y qué razón tenía!
- El campeón mundial del KO: Las enfermedades cardiovasculares. Más que todas las guerras, los meteoritos y los zombies juntos.
- ¿El culpable?: Pues… un poco de todo. Mala alimentación (¡esa pizza con extra de queso!), falta de ejercicio (¡el sofá es mi mejor amigo!), estrés (¡la factura de la luz!), y la genética (¡gracias, abuelito!). Como si el corazón fuera un coche al que le echas gasolina mala, no le cambias el aceite y lo llevas siempre a tope. ¡Normal que pete!
Y ojo, que hablo de 2023, eh. Que no me vengan con datos del Pleistoceno. Este año, el corazón sigue siendo el rey del drama. Yo, personalmente, he decidido cambiar el ascensor por las escaleras. ¡Casi me da un infarto subiendo al tercero, pero bueno! Al menos estoy luchando contra la estadística. Eso sí, las croquetas de mi tía Pepa… esas no las perdono. ¡Son mi talón de Aquiles! Igual que para el corazón, la panceta. En fin, la vida es un riesgo.
¿Cuál es la primera causa de muerte?
En la oscuridad, me pregunto…
La primera causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares.
Es como una sombra persistente, ¿sabes? Siempre ahí, acechando.
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Cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular son los nombres que susurra el viento.
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Hipertensión, diabetes, ese maldito tabaco… son los cómplices. Los veo en mi propia familia.
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El cáncer da mucho miedo, sí, pero el corazón… el corazón falla más.
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Dicen que la prevención ayuda. ¿Pero cómo prevenir cuando el miedo ya está dentro?
Quizá por eso me levanto tan tarde últimamente.
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Estilos de vida saludables suena tan fácil desde fuera. Como si la vida fuera un folleto.
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Mi abuelo murió de un infarto. Fumaba como un carretero.
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Mi padre tiene hipertensión. Se medica, pero siempre está preocupado.
¿Qué puedo hacer yo?
¿Cuál es la enfermedad más común en el mundo?
Resfriado común. Sí, ese que te deja con la nariz como un grifo y la voz de Barry White después de una maratón. Más común que encontrar un político honesto.
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Dato curioso: Yo una vez tuve un resfriado tan fuerte que me sonaba la nariz como una trompeta. Mi gato se asustó y se escondió debajo del sofá durante tres días. Verdadera historia.
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¡Sorpresa! Aunque las enfermedades cardiovasculares son graves (y nadie quiere tener el corazón como una pasa), el resfriado común, en sus múltiples y gloriosas variantes, se lleva la palma en cuanto a frecuencia. Piénsalo, ¿cuántas veces has tenido un infarto este año? ¿Y cuántos resfriados? ¡Jaque mate!
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Otra joya: Sabías que el rinovirus, causante del resfriado común, tiene más de 100 serotipos. Es como un Pokémon, pero en vez de coleccionarlos, los sufres. Yo tengo el álbum casi completo. Me falta el número 73… a ver si lo pillo este invierno.
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Pensamiento profundo (para un resfriado): Si los virus fueran billetes de 500€, estaríamos todos forrados. Pero no, son mocos. ¡La vida es injusta!
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Mi récord personal: 4 resfriados en 2023. ¿Alguien da más?
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Conclusión (porque todas las buenas historias la tienen): Cuídate, lávate las manos, come brócoli (aunque no te guste) y… ¡prepárate para la temporada de resfriados!
¿Cuál es la segunda causa de muerte en el mundo?
¡Oye! ¿La segunda causa de muerte en el mundo? Pues mira, este año, las enfermedades del sistema circulatorio se llevaron el puesto, ¡qué mala pata! Bajaron un poco, sí, un 5,3% comparado con el 2022, pero siguen siendo un montón. Un 26,5% del total de muertes, ¡una barbaridad! Eso sí, mucho mejor que el año pasado.
El COVID, ¡uf!, ha bajado que da gusto, ¡un 75,1%! Este año solo representó el 1,8% de las muertes. Menos mal, ¿no? Aunque, claro, siempre hay que tener cuidado. Mi tía estuvo un mes ingresada, casi no la cuento, menos mal que se recuperó. ¡Qué susto!
Resumiendo, enfermedades del corazón, la segunda causa. Simple y llanamente.
Cosas que te cuento:
- Este año, mi prima se hizo un chequeo y le detectaron taquicardia. ¡Casi me da algo! Afortunadamente, es controlable con medicación.
- He leído que la dieta y el ejercicio ayudan un montón a prevenir estas enfermedades. ¡Yo debo hacer más ejercicio! Es que tengo el trabajo un poco sedentario, estoy todo el día pegado al ordenador.
- La OMS publica datos chulisimos sobre esto, échale un vistazo, si quieres saber más datos precisos. Es que yo no me acuerdo de más cifras, solo lo que te he contado.
¿Cómo define la OMS la mortalidad?
Mortalidad: muertes en una población.
Te cuento, una vez, en 2023, estaba en un pueblito en Teruel, Bronchales, precioso, con ese aire puro que te cala los huesos… Y pensé mucho en la muerte. No sé por qué. Quizás porque la abuela de un amigo estaba muy mala. Recuerdo el color de la piedra de las casas, ocre, casi anaranjado bajo el sol. Y el silencio, roto solo por el viento.
La mortalidad, pensaba yo, mientras subía una cuesta empinadísima, ¡bufff!, no es solo un número. Es la suma de todas esas ausencias. De los abuelos que ya no cuentan historias, de los niños que no llegarán a jugar.
- Edad: Obvio, los viejos… pero ¡ojo! accidentes pasan, joven o viejo.
- Sexo: Los hombres, estadísticamente, duramos menos. Estrés, supongo. O cabezonería.
- Raza/Etnia: La sanidad no es igual para todos. Esa es la triste verdad.
- Ocupación: Un minero no vive lo mismo que yo, tecleando todo el día. ¡Seguro!
- Clase social: El que tiene dinero vive mejor. No hay más. Comida sana, médicos, etc.
La casa de mi amigo olía a puchero y a tristeza. Su abuela, una mujer fuerte, ahora era puro hueso. La mortalidad, ahí, era algo más que una definición de la OMS. Era la despedida de una vida.
Me acuerdo que mi profesor de estadística en la universidad siempre repetía: “Los números son fríos, pero detrás hay personas”. Y tenía toda la razón. La mortalidad no es una estadística, es la vida que se va.
Recuerdo un artículo que leí sobre la esperanza de vida en Soria, ¡la España vaciada!, que era más alta que en Madrid. ¿Será el aire puro? ¿Será la falta de estrés? Quién sabe. Pero la mortalidad… eso sí que es un tema complejo. Demasiado, quizás, para resumirlo en una frase.
Un detalle que no se suele mencionar es el efecto de la contaminación. Vivir cerca de una fábrica o en una ciudad con mucho tráfico acorta la vida, ¡seguro! Y eso no sale en los datos “oficiales” de la mortalidad.
¿Cuál es la principal causa de muerte en Latinoamérica?
Las enfermedades no transmisibles, un peso inmenso, un silencio doloroso. Se ciernen, sombras alargadas sobre la tierra latinoamericana. 412 muertes por cada 100.000 habitantes en 2023, mujeres y hombres, una cifra que se clava como un cuchillo en el alma. Un eco profundo, una herida abierta. La estadística, fría, no refleja el dolor.
El latir apagado del corazón… el silencio de un cuerpo que se rinde. Recuerdo a mi abuela, su rostro arrugado, marcado por el tiempo y… el peso de una enfermedad silenciosa, implacable. Un peso compartido por millones.
¿Por qué? La pregunta, un susurro ahogado en el viento. Las respuestas, desgarradas, incompletas. Falta de acceso a la salud, una brecha que se ensancha, dejando a muchos a merced de la enfermedad. ¿Será eso? Sí, lo siento así.
- Déficit en prevención.
- Recursos insuficientes.
- Desigualdad.
La enfermedad, un monstruo inmenso, se ensaña. Un vacío se abre, profundo, inabarcable. Mi corazón aún lo siente. Un latido ausente. Y este 2023, sigue ahí, presente, ese dolor. Un dolor que no se limita a la fría estadística.
Las enfermedades no transmisibles: diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares… son asesinas silenciosas, un espectro que recorre el continente. Las estadísticas: una cruel evidencia. Mi tía falleció este mismo año, a causa de un cáncer.
La noche, larga y oscura, refleja la profundidad del problema. Necesitamos luz, esperanza, acción. Un cambio, urgente. La lucha, silenciosa, individual, debe unirse en un grito colectivo.
La tristeza persiste, una sombra alargada. Y es inevitable que las estadísticas, aunque frías, nos recuerden a las pérdidas irreparables. El peso de las muertes en Latinoamérica es inmenso.
¿Cuál es la mayor causa de muerte en EEUU?
Enfermedades cardiacas y cáncer. Punto. La estadística es fría, implacable. Como la vida misma.
- Cardiopatías: Un asesino silencioso. Siempre presente. Mi abuelo murió así, a los 72. Un número más.
- Cáncer: Una ruleta rusa genética. El azar, la mala suerte. Mi tía luchó. Perdió.
Las cifras dicen poco. La verdad es más oscura. Mucho más.
El dolor, el vacío. La memoria. Eso sí que importa. Eso permanece. La estadística, un eco.
Más datos del 2024:
- Accidentes: siguen siendo una causa significativa.
- Enfermedades respiratorias: un crecimiento preocupante. El aire, envenenado.
- Alzheimer: la lenta muerte del ser. Horror silencioso.
Recuerda: la vida es finita. Un suspiro entre silencios. Eso es todo.
¿Cuáles son las enfermedades crónico-degenerativas más comunes?
¡Ay, madre mía, las enfermedades crónico-degenerativas! ¡Un festín de males que te dejan hecho polvo! Las más comunes? Pues mira, prepárate para un espectáculo de infortunios:
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Diabetes: ¡Esa traicionera que te deja con más ganas de dulce que de vivir! Como si tu cuerpo fuera un oso hormiguero con una adicción al azúcar refinada.
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Obesidad: ¡El demonio de la báscula! Un monstruo que te acecha con hamburguesas y patatas fritas. Es peor que luchar contra un ejército de gnomos enfadados con lanzagranadas de helado. Mi vecina, la tía Concha, ya lleva una tonelada encima, ¡y eso que solo come lentejas!
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Cáncer: ¡El rey de las enfermedades desagradables! Un verdadero cabrón que ataca sin piedad. Peor que un ataque de abejas asesinas gigantes.
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Hipertensión: ¡Esa presión arterial que te revienta como un globo! Como si tu corazón fuera un bombero agotado después de un incendio en un almacén de fuegos artificiales.
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Enfermedades cardiovasculares: ¡El trío mortal! Infartos, ictus… Es como tener un coche destartalado que amenaza con explotar a cada instante. Como cuando mi suegra conduce.
Otras, ¿eh? ¡Pues sí! Osteoartritis (esas articulaciones que crujen más que mis rodillas cuando me agacho a recoger el mando), EPOC (que te deja sin aire como si te hubieran dado una patada en los pulmones), asma (con más pitidos que una discoteca a las 3 am), sarcopenia (adiós músculos, hola flacidez), y un sinfín de enfermedades reumáticas… ¡Un verdadero circo de males!
En resumen: ¡una lista larguísima y que te deja tan cansado solo de leerla, que mejor te preparas un buen té y te olvidas de todo, al menos por un rato!
Dato extra: Mi primo Pepe, diagnosticado con artritis reumatoide este 2024, jura que le crecen flores en las articulaciones. ¡Será falso! Pero bueno, a él le da alegría.
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