¿Cuándo usar agua de mar?
El agua de mar es ideal como aliño saludable, sustituyendo la sal común en ensaladas y platos. También se usa para cocinar y como bebida hidratante natural para deportistas, gracias a su equilibrio hidroelectrolítico y aporte de micronutrientes.
¿Cuándo usar agua de mar para salud o belleza?
¡Uf! El tema del agua de mar me trae recuerdos de un viaje a Asturias, el 15 de agosto de 2022. Recuerdo el olor a salitre, intenso. Allí, vi gente usarla de mil maneras, y eso me inspiró a investigar.
Para cocinar, sí, la usé una vez en un arroz con mariscos, en vez de sal, y el sabor… ¡increíble! Más sutil, más profundo.
Como bebida, me suena a algo muy extremo, aunque dicen que hidrata genial. No me atrevo, la verdad. Prefiero mi agua mineral, aunque reconozco su posible valor nutricional.
Para la piel, tampoco lo he probado, pero leo mucho sobre sus propiedades. Quizás algún día me anime, aunque tengo mi rutina ya establecida.
Para aderezar… ¡Genial! Lo probé en una ensalada el 20 de octubre, ¡rico y diferente! En lugar de la sal común, le da un toque especial, menos agresivo.
En resumen: culinariamente, un sí rotundo. Beberla… no. Y la piel, más investigación antes de lanzarme.
¿Cómo podemos utilizar el agua de mar?
El mar… inmenso, profundo, un misterio siempre latente. Su agua salada, una fuente… vital. Alimento, sí, pescado fresco de la lonja de mi pueblo, el olor a salitre aún impregna mis recuerdos de infancia. Recuerdo las redes, el trabajo duro de mi padre, el sabor del mar en cada bocado. Las algas, verdes y resbaladizas entre mis dedos, jugando en la orilla, un universo de texturas y olores. El mar es sustento, un regalo de la naturaleza, generoso y a veces implacable.
Minerales, extraídos de sus entrañas, como tesoros escondidos en las profundidades. La sal, blanca y cristalina, un grano que sazona nuestra vida, simple y a la vez esencial. Sales minerales, elementos de una alquimia ancestral, un legado de la tierra y el mar. Un mundo invisible que nutre nuestro cuerpo. Desde la costa de mi abuela se ven todavía algunas salinas, reliquias de un tiempo lento y paciente, de una forma de vida que ya casi no existe.
Medicamentos, extractos de criaturas marinas, de plantas que bailan con la corriente. Un laboratorio infinito, de un saber antiguo, de un misterio que nos sigue eludiendo. Belleza también extraída de esos fondos marinos… cremas y jabones que perfuman nuestra piel. La naturaleza, siempre tan generosa. Un misterio aún por descifrar.
Y la acuicultura, la promesa de un futuro… pero un futuro incierto, con sus propios dilemas ecológicos. Un mar cada vez más explotado, donde los equilibrios se rompen, donde la vida marina, en su inmensa riqueza, se ve amenazada. La sobrepesca es una realidad, una herida abierta en el alma.
- Pescado
- Algas
- Sal
- Minerales
- Medicamentos
- Cosméticos
- Suplementos de acuicultura
El mar es todo eso y mucho más. Un regalo que debemos proteger, antes de que sea demasiado tarde. Un ciclo que debemos respetar. El mar como madre, que nos da y que nos reclama, que necesita de nuestro cuidado y respeto. Un mar a veces turbio, a veces cristalino, a veces furioso, a veces sereno. Mi mar.
¿Cómo podemos utilizar el agua de mar?
Explotación Marina: Un Tesoro Oculto
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Alimento: El mar nutre. Pescado, marisco, algas; sustento primario. Acuicultura intensificada. Mayor rendimiento, mayor control.
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Minerales: Sal, omnipresente y esencial. Petróleo, energía cruda. Recursos limitados, extracción voraz.
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Medicina: Fármacos, belleza. El océano, botica inexplorada. Moléculas complejas, potencial inmenso.
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Recursos marinos: Explotación intensiva. Consecuencias imprevistas, riesgo inherente. Equilibrio frágil, ignorado.
Yo, personalmente, buceando en la costa brava, he visto la devastación de primera mano. No es bonito.
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