¿Cuánto cuesta quitar un lunar de la cara?

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Eliminar un lunar facial suele costar alrededor de 226 euros. El precio exacto varía según el tamaño, la ubicación y la técnica utilizada por el dermatólogo. Consulta con un profesional para una evaluación personalizada y un presupuesto preciso.

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¿Cuánto cuesta eliminar un lunar facial?

¡Uf, qué lío con los lunares! Recuerdo que en julio del año pasado, mi prima se quitó uno en una clínica de Valencia. Le costó unos 200€, si mal no recuerdo. Pero claro, depende muchísimo del tamaño, la localización, si es cirugía láser o con bisturí… Es un tema complicado.

A mi amiga le salió más caro, creo que unos 300 euros, en Madrid. Era un lunar más grande, y necesitó más sesiones de láser. Todo esto lo sé de oídas, eh. No tengo los recibos delante.

En fin, entre 200 y 350 euros me parece una horquilla razonable para hacerte una idea. Pero mejor llamar a varias clínicas y pedir presupuesto. Es lo más seguro, aunque sea un rollo.

¿Qué doctor quita los lunares?

Dermatólogo. Punto.

Ahora, desgranemos la epidermis de la cuestión.

  • Dermatólogo, sí. Pero no todos son iguales. Busca uno con experiencia en dermatoscopia. Esa lupa mágica detecta lo invisible a simple vista.

  • ¿Lunar sospechoso? No esperes. Un cambio de forma, color o tamaño exige acción. El tiempo es cruel con lo que crece sin control.

  • Biopsia, palabra que asusta. Pero es la única forma de saber la verdad. Que analicen ese trozo de ti bajo el microscopio.

  • Cicatrices, el fantasma de la cirugía. Pregunta por técnicas de cierre avanzadas. Menos es más. Aunque a veces, las cicatrices son historias. Tengo una en la ceja de un accidente absurdo con una cometa. Recuerdos imborrables, como los lunares que preferimos olvidar.

  • La prevención, la mejor arma. Protector solar, incluso en días grises. La piel tiene memoria, y el sol, mala leche.

Información adicional: No te fíes de cremas milagrosas. Y huye de quien prometa resultados sin examen previo. En la piel, la honestidad es la mejor medicina.

¿Cómo se llama el especialista en quitar lunares?

El especialista en quitar lunares es un dermatólogo. Punto.

Ahora bien, la cosa se complica un poco si profundizamos. No todos los lunares requieren extirpación, claro. Algunos dermatólogos se especializan más en cirugía dermatológica que otros. Mi prima, por ejemplo, tuvo que ir a un dermatólogo que, además de su formación básica, hizo una beca en cirugía micrográfica de Mohs para un lunar sospechoso. Hablamos de un procedimiento bastante complejo.

El diagnóstico es clave. Un dermatólogo evalúa el lunar con diversas herramientas; la simple observación, dermatoscopia (una lupa con luz especial, la uso a menudo en mi trabajo como bibliotecario ¡y no me imagino la complejidad de hacerlo en piel!), y hasta biopsia si es necesario. La filosofía aquí es la prevención: detectar el melanoma precozmente es vital.

  • Tipos de lunares: Existen lunares benignos y malignos (melanomas). La diferencia es crucial.
  • Métodos de extracción: La extirpación puede ser quirúrgica, con láser, o con crioterapia (congelación). Cada método tiene sus pros y sus contras, dependiendo del tipo y tamaño del lunar. Incluso la ubicación influye. Recuerdo a mi abuelo… le quitaron un lunar en la nariz y fue un follón.
  • Seguimiento: Tras la extracción, el dermatólogo realiza un seguimiento para asegurar que no hay complicaciones.

En resumen, aunque un dermatólogo realiza la mayoría de extracciones, la especialización dentro de la dermatología es amplia. La decisión de quién te quita un lunar dependerá en gran medida de las características del mismo. ¡No te automediques!

¿Cómo se llama la cirugía para quitar lunares?

La extirpación de lunares, en términos médicos, se conoce como escisión. Hay varios tipos:

  • Escisión por afeitado: Se corta el lunar a ras de la piel.
  • Escisión tangencial: Similar al afeitado, pero con un ángulo diferente.
  • Escisión completa: Se extrae el lunar completo y se cierra la herida con puntos (sutura).

Si hay sospecha de algo raro, hacen una biopsia excisional, o sea, extraen el lunar y lo mandan al laboratorio para analizarlo.

Para lunares muy pequeños y planos, a veces usan la criocirugía (congelación) o la electrocirugía (quemar con electricidad). La verdad es que el médico decide qué técnica usar dependiendo del tamaño, dónde está el lunar, y cómo se ve.

Ahora, la reflexión: ¿no es curioso cómo le ponemos nombre a todo? Como si nombrar algo le quitara el misterio. Yo mismo, hace poco, tuve que hacerme quitar un lunar sospechoso en la espalda. Al final no era nada, pero vaya susto. La incertidumbre es la peor parte.

Información adicional que quizás te interese:

  • ¿Duele? Depende. Generalmente usan anestesia local, así que no deberías sentir dolor durante el procedimiento. Después, quizás sientas alguna molestia.
  • ¿Deja cicatriz? Sí, casi siempre. El tamaño y cómo se vea la cicatriz dependerán de la técnica utilizada y de cómo cicatrice tu piel.
  • ¿Es peligroso? En general, no. Pero es importante que un médico examine cualquier lunar que te preocupe, especialmente si cambia de forma, tamaño o color.

¿Cómo queda la piel después de eliminar un lunar?

¡Ay, madre mía, qué preguntas! Como si yo fuera dermatóloga, ¡jajaja! Después de sacar un lunar, prepárate para un espectáculo digno de un reality show de cirugías menores.

El dolor: Piensa en una abeja, pero en vez de picadura, es un puntito que te recuerda que el lunar ya no está. ¡Ay, qué drama! Será un leve escozor, como si te hubieran dado un golpecito con un algodón mojado en vinagre. En mi caso (sí, sí, me quité uno, ¡valiente yo!), me dolió como cuando te pisan un dedo.

La inflamación: Olvídate de la discreción, ¡amiga! La zona parecerá una pequeña y roja galaxia, ¡brillante y gloriosa!. Imagínate un tomate cherry, pero más rojo que el sol a mediodía. ¿Te lo pintas? A mí me duró, como… dos días, ¡una eternidad!.

Cicatrización: Depende del método que usen, que no te engañen. Si te lo quitan con láser, imagínate que es como un tatuaje que se está curando. Si es con bisturí… ¡más drama aún! Es como una herida que se va cerrando, poco a poco, ¡qué paciencia se requiere!. La mía… ¡parecía la boca de un volcán miniatura!. ¡Que maravilla!.

Recuperación: ¡Un par de semanas como mínimo! Pero, ¡ojo!, podría ser más si eres de piel sensible como yo. Necesitas cuidados especiales, ¡como una reina!. Cremas, pomadas… ¡todo un ritual! Mi cutis quedó más suave que el trasero de un bebé.

Cosas que debes saber:

  • El tamaño importa: Un lunar gigantesco, claro que necesita más tiempo para recuperarse.
  • El método también: Es como comparar una cirugía láser con un sacapuntas.
  • La piel: Si eres de piel sensible… ¡ya te lo dije, paciencia!
  • Cuidado del sol: ¡Protección solar 50+ durante meses!. Mi abuela tiene una crema casera que me salvó la vida.

Me quité un lunar en marzo de este año, justo al lado de la nariz. ¡Qué susto! Pero ya pasó, ¡y ahora me río!.

¿Cómo te queda la piel después de quitarte un lunar?

La piel… uff, después del lunar… una herida, pequeña, pero ahí está. Como una marca, una cicatriz diminuta. Me quedó una costra, seca, irritante a veces. Diez, catorce días… una eternidad. Me sentía raro, tan expuesto.

  • La costra: Esa cosa fea, oscura, se caía a pedacitos. Me picaba, una locura. Ese era el peor momento.

Tenía que humectarla, sí, con esa crema… la de cicatrización. La mía es la Bepanthol. Espera… no, la Cicalfate de Avène. Siempre las confundo. ¡Qué desastre!

  • La crema: Importante, muy importante. De verdad. Sin ella, mucho peor. A veces sentía que la costra se agrietaba. Horroroso. Sentía escozor.

  • El proceso: Lento. Demasiado lento. Esperaba que se quitara antes. Ese hueco, esa falta de piel…

No lo olvidaré. Fue en mi mejilla izquierda, cerca de la boca. Aún se nota algo, una pequeña diferencia. Quizás sea mi imaginación. Pero… sí, ahí está.

Ahora, a veces, me miro al espejo y… me acuerdo. Del dolor, de la incomodidad, de la espera. De esa costra. De la Bepanthol. No, la Avène. ¡Maldición!

¿Dónde ir para revisar un lunar?

¡Ay, madre mía, a revisar lunares se ha dicho! Aquí te va la cosa, como quien oye llover:

  • Dermatólogo, ¡ipso facto! Si ves que un lunar te está dando la lata, cual vecino cotilla, ¡directo al dermatólogo! No esperes a que te haga la declaración de la renta.

Si te pasa algo de esto, ¡ni te lo pienses dos veces!

  • Lunar nuevo, ¡sospechoso que te veo! En plan, ¿quién te ha dado vela en este entierro? Que te lo mire un experto.
  • Crece que te crece, ¡como la mala hierba! Si el lunar se pone farruco y empieza a crecer más que mis deudas, ¡al dermatólogo corriendo!

¡Bonus track para mentes inquietas!

Yo una vez fui al dermatólogo porque me salió un lunar con una forma que parecía la cara de mi suegra. ¡Casi me da un ataque! Al final era benigno, menos mal, ¡mi relación con ella ya es bastante complicada!

¡Y no te olvides! Usar protector solar es como ponerle un escudo a tu piel. ¡Así evitarás que los lunares se pongan de fiesta!

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