¿Cuánto puede durar un pre-infarto?

8 ver
El malestar pre-infarto, similar a la presión, opresión o dolor en el pecho, puede persistir por más de unos minutos, incluso apareciendo y desapareciendo intermitentemente. Su duración e intensidad son variables.
Comentarios 0 gustos

La duración variable del pre-infarto: una señal que no debes ignorar

La sensación de un puño apretando el pecho, una presión incómoda que dificulta la respiración, un dolor sordo que se irradia hacia los hombros y brazos… Estos síntomas, a menudo precursores de un infarto agudo de miocardio, constituyen lo que conocemos como angina de pecho o pre-infarto, y su duración es un factor clave que genera mucha incertidumbre. A diferencia de un dolor muscular común que desaparece rápidamente, el malestar pre-infarto puede persistir por un período considerablemente mayor.

Si bien un episodio de angina estable suele durar entre unos pocos segundos y hasta 15 minutos, la duración del malestar pre-infarto es más impredecible y puede extenderse más allá de este límite. La clave reside en la palabra “variable”. No existe una regla fija que determine cuánto tiempo durará este síntoma, ya que depende de la severidad de la obstrucción en las arterias coronarias y de la respuesta individual del organismo.

Un aspecto importante a destacar es la naturaleza intermitente del pre-infarto. El dolor o la presión en el pecho pueden aparecer y desaparecer en oleadas, creando una falsa sensación de seguridad. Esta intermitencia no debe interpretarse como una señal de menor gravedad, sino como una manifestación más de la inestabilidad de la placa aterosclerótica que obstruye las arterias. De hecho, la reaparición del dolor, incluso si es de menor intensidad, debe considerarse una señal de alerta.

Imaginemos una tubería con flujo de agua restringido por sedimentos. A veces, el flujo puede aumentar momentáneamente, aliviando la presión, pero la obstrucción subyacente persiste. De manera similar, la disminución temporal del malestar pre-infarto no significa que el problema cardíaco haya desaparecido. La placa aterosclerótica sigue presente, representando un riesgo latente.

Por lo tanto, cualquier dolor, presión u opresión en el pecho que persista por más de unos minutos, especialmente si se acompaña de otros síntomas como dificultad para respirar, náuseas, sudor frío o mareos, debe ser evaluado por un profesional médico de inmediato. No importa si el malestar desaparece y reaparece: la duración variable y la intermitencia del pre-infarto no disminuyen su potencial gravedad. La atención médica oportuna es crucial para determinar la causa del dolor y prevenir un infarto agudo de miocardio. Esperar a que el dolor se intensifique o se vuelva constante puede tener consecuencias fatales. Ante la duda, siempre es mejor prevenir que lamentar.