¿Cuánto tiempo pueden vivir los microorganismos?
La supervivencia de microorganismos varía según la superficie: bacterias en esponjas (hasta 7 días), gérmenes en ropa (hasta 4 semanas), y algunos en alfombras/moquetas ¡incluso meses! La zona influye directamente en su longevidad.
¿Cuánto viven los microorganismos?
Uf, qué lío con la vida de los bichitos microscópicos, ¿verdad? Recuerdo una vez, el 15 de marzo del año pasado, limpiando mi baño en Valencia. Me obsesioné con la esponja; pensaba en todas esas bacterias que seguro que vivían ahí, pegadas a las fibras, ¡qué asco! Me dio por buscar info, y me quedé flipando.
Encontré que en esponjas, sí, pueden aguantar hasta una semana. Pero ¡cuatro semanas en la ropa! Eso sí que me sorprendió. Imaginate la ropa sucia tirada por ahí… Y lo de meses en alfombras… ¡brutal! No me quiero ni imaginar la cantidad de microbios que hay en mi vieja alfombra persa. Tendré que lavarla a fondo.
Depende muchísimo del tipo de superficie, la humedad, la temperatura… Es un mundo. Lo que sí recuerdo es que en una revista de ciencia (creo que costaba unos 12 euros) leí sobre estudios que analizan esto, pero… ¡no me acuerdo los detalles! La verdad es que no es algo que me obsesione. Solo intento que mi casa esté más o menos limpia.
¿Cuánto viven las bacterias fuera del cuerpo?
¿Cuánto viven las bacterias fuera del cuerpo?
Depende. Mucho, poco.
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Algunas aguantan años. Esporas, como las del tétanos. Dormidas, esperando.
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Otras, solo horas. Las que te dan un susto en el estómago.
Pero, ¿sabes? A veces pienso en esas bacterias, en su insignificancia. Aquí, intentando sobrevivir. Y nosotros, creyéndonos tan importantes.
Y da igual el tiempo que vivan. ¿Importa?
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Temperatura. Si hace frío, aguantan más. Como yo, refugiándome en el edredón cuando el mundo se pone feo.
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Humedad. Necesitan agua, como las plantas que se me mueren. Nunca sé regarlas bien.
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Nutrientes. La comida, claro. Lo que nos da la vida y a veces nos la quita.
Hay una cafetería cerca de mi casa donde siempre hay un cartel de “cerrado por reformas”. Lleva así desde enero. Me pregunto qué habrá allí dentro ahora. ¿Bacterias? ¿Recuerdos?
Y otra cosa… el moho de la pared. Ya casi es parte del papel pintado. No sé qué es más triste, si el moho o yo.
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