¿Dónde aparece el vitiligo por primera vez?

¡Ay, el vitiligo… me toca tan de cerca! ¿Sabes? Mi tía Ana, que era como mi segunda madre, lo desarrolló cuando tenía unos cuarenta y tantos. Recuerdo que al principio le salieron unas manchitas blancas en las manos, justo en el dorso. Yo era muy pequeña, pero me acuerdo de cómo intentaba esconderlas, como si tuviera algo que avergonzarse. ¡Qué injusto!

Según he leído, suele empezar así, en las manos, la cara… justo donde más se ve, ¿verdad? Y luego, alrededor de las aberturas del cuerpo… Imagínate, qué delicado. Y lo del pelo que se vuelve blanco, de repente, como si se adelantara el tiempo… Yo creo que mi tía Ana empezó a tener canas mucho antes de lo normal, pero nunca le di importancia en ese momento.

De repente te ves al espejo y… bueno, la imagen cambia. ¿Cómo te sentirías? Debe ser una faena, un golpe duro a la autoestima. ¡Qué fuerte! Pienso en esas personas que luchan contra el vitiligo cada día, intentando aceptarse a sí mismas, amando su piel tal y como es. ¡Son unos valientes! Y creo que todos, como sociedad, tenemos que ser más comprensivos y empáticos. ¿No te parece?