¿Dónde se acumula la retención de líquidos?

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La retención de líquidos, o edema, se manifiesta en diversas zonas: piernas, tobillos, abdomen y rostro. Esta acumulación causa hinchazón e incomodidad. La localización varía según factores individuales.

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¿Dónde se acumula el edema?

Uf, el edema… ¡qué rollo! Recuerdo perfectamente esa vez en julio del 2022, en Valencia, después de una semana de calor infernal y cero ejercicio. Mis tobillos estaban como globos. Ni me entraban los zapatos.

La hinchazón era brutal, una incomodidad impresionante. Sentía la piel tirante, pesada. Me costaba hasta caminar. Tenía la sensación de que me pesaba todo el cuerpo, la cosa era realmente desagradable.

No solo los tobillos, eh. También me noté la cara un poco hinchada. Más que un simple cambio de expresión, la piel estaba más “gordita”. Fue un susto.

El médico, por cierto, me dijo que el calor había influido mucho, claro. Además, ese mes estuve algo vaga con el ejercicio y eso lo agrava.

¿Dónde se acumula? Pues depende, ¿no? Piernas, tobillos, abdomen, cara… en mi caso, todo junto. Una auténtica pesadilla.

¿Dónde se nota más la retención de líquidos?

Tobillos, ¡claro! Parecen dos bollos recién salidos del horno, hinchadísimos. Como si les hubieras puesto calcetines de plomo, ¿verdad? Y ni hablar de intentar ponerse esos zapatos divinos que te compraste… ¡misión imposible!

Párpados. Ahí es donde el drama se vuelve Shakespeareano. Te miras al espejo y ves a un sapo triste. Ojos de pez globo. Como si te hubieras pasado la noche llorando a moco tendido… ¡aunque hayas dormido como un tronco!

  • Otras zonas VIP (Very Important Puffiness):
  • Manos: Olvídate de los anillos. Parecen salchichas a punto de reventar. Como si hubieras estado jugando a aplaudir durante 24 horas seguidas. Una vez, a mi tía Conchi, le tuvieron que cortar un anillo… ¡drama total!
  • Cara: Redonda cual luna llena. Adiós, pómulos de modelo. Hola, cara de moflete regordete. El otro día me hice una foto y parecía un emoji. ¡Jajaja!
  • Abdomen: Aquí la cosa se pone seria. Parece que has tragado un balón de playa. Y no, no estoy embarazada, ¡es la retención de líquidos, maldita sea!

Este año, con la ola de calor, parecía la mascota de Michelin. ¡Una auténtica bolita andante! Me pasé el verano en chanclas y vestidos anchos. ¡Un cuadro! Para combatirlo, mi abuela me recomendó infusión de cola de caballo. No sé si funcionó, pero olía a establo. En fin, la belleza cuesta… o eso dicen.

¿Qué duele cuando hay retención de líquidos?

Cuando hay retención de líquidos, lo que duele no es tanto el líquido en sí, sino la sensación de ser una versión inflada de uno mismo.

  • Pesadez general: Te sientes como un globo lleno de agua, ¡pero sin la capacidad de volar! Recuerdo una vez, después de una noche de sushi (¡ay, el sodio!), que mis tobillos parecían dos bollos suizos.
  • Ropa “ajustadita”: Ese pantalón que ayer te quedaba perfecto hoy parece una camisa de fuerza. Los anillos, ¡mejor ni hablar! Intentar quitártelos se convierte en una aventura digna de Indiana Jones.
  • Calzado rebelde: De repente, tus zapatos te odian. Se niegan a cooperar, apretando y recordándote que deberías haberte resistido a ese segundo plato de paella.
  • La famosa hinchazón: Mis piernas, ¡ah, mis pobres piernas! A veces, parece que se han independizado y han decidido convertirse en dos columnas romanas.

Es como si tu cuerpo estuviera jugando una mala pasada, una especie de broma interna que solo tú sufres. Pero, ¡ojo!, si la broma se pone seria, mejor consultar al médico. No vaya a ser que la fiesta de agua se convierta en un problema mayor.

¿Cómo expulsa el cuerpo la retención de líquidos?

Sudor. Orina. Me acuerdo del verano del 2023, en Sevilla. Un calor horrible. Andaba de turista, mochila enorme, botella de agua siempre vacía. Me sentía hinchada, las piernas… fatal.

Sudaba muchísimo, pegada la ropa. Bebía agua como si no hubiera un mañana. Y claro, al baño cada dos por tres.

  • Sudor: Sevilla, agosto 2023, chorreando. Literal. Camiseta empapada.
  • Orina: En cada bar paraba a pedir “servicios”. Me daba hasta vergüenza.

Luego, ya en casa, me di cuenta de que la hinchazón había bajado bastante. Debió ser la combinación de beber mucha agua y sudar. Aunque también comí bastante sandía, y eso es diurético.

  • Agua: Fundamental. Aunque parezca contradictorio.
  • Sandía: Diurética natural. En Sevilla la venden por todos lados.

Ese verano aprendí que moverse, aunque sea pateando calles con 40 grados, ayuda mucho. Y la dieta, claro. Menos sal, más fruta y verdura.

  • Ejercicio: Caminar, caminar y caminar. Sevilla es preciosa, pero enorme.
  • Dieta: En vacaciones es difícil, pero intenté comer sano.

Riñones. Al final, todo pasa por los riñones. Filtran la sangre y eliminan el exceso de líquidos y toxinas a través de la orina. Es un trabajo constante. Importante cuidarlos. Yo tomo infusiones diuréticas a veces. Cola de caballo, por ejemplo.

  • Infusiones: Cola de caballo.
  • Riñones: Los grandes olvidados.

Respuesta a la pregunta: El cuerpo expulsa líquidos principalmente a través del sudor y la orina.

¿Cómo me doy cuenta si tengo retención de líquido?

¿Retención de líquidos, eh? ¡Ay, amiga, eso es más común que los lunes!

¿Cómo saber si estás cual pez globo? Es fácil:

  • Sensación de pesadez: Te sientes como si hubieras almorzado un ladrillo, incluso si solo comiste una ensalada. ¡Como si llevaras un chaleco antibalas invisible!
  • La ropa te aprieta: Tu pantalón favorito parece una camisa de fuerza. ¡De repente tienes curvas que no sabías que existían!
  • Tobillos y dedos tiesos: Pareces Robocop al levantarte. ¡Crujes más que una bolsa de patatas fritas!

Bonus track anti-retención (porque una nunca sabe):

  • ¡Bébete hasta el agua de los floreros! Aunque parezca una contradicción, hidratarse ayuda a eliminar líquidos. Como si le dijeras a tu cuerpo: “¡Tranquilo, hay agua de sobra, puedes soltar lastre!”.
  • ¡Dale caña al potasio! Plátanos, aguacates, espinacas… ¡Todo lo que suene sano y verde!
  • ¡Ojo con la sal! Es la enemiga número uno de tus tobillos. ¡Menos salero y más alegría!
  • ¡Mueve el esqueleto! Un poco de ejercicio es como un fontanero para tu cuerpo, ¡desatasca las tuberías!
  • ¡Pon los pies en alto! Literalmente, ¡como una reina!

¿Sabías que…? Yo antes pensaba que retener líquidos era solo cosa de señoras mayores, ¡hasta que me di cuenta de que mis tobillos parecían balones de baloncesto después de comerme una pizza! Ahora soy una experta en trucos anti-retención, ¡y mi armario me lo agradece!

¿Dónde se acumula el líquido en el cuerpo?

El líquido, ese escurridizo amigo, se esconde en los lugares más insospechados. ¿Dónde se acumula? ¡Pues como si fuera un mapache buscando nueces, en cualquier hueco que encuentre!

  • Tobillos: Ahí, haciendo que tus calcetines dejen una marca más profunda que la huella de un dinosaurio.
  • Piernas: Convirtiéndolas en dos columnas dóricas… pero hinchadas. ¿Has visto alguna vez un salchichón ibérico? Pues algo así, pero en versión pierna.
  • Pulmones: Como si fueran esponjas mojadas, dificultando la respiración. ¡Menos mal que no somos peces! Yo una vez me puse unas botas tres tallas más pequeñas y la sensación fue… bueno, mejor no hablar de ello.

Y sí, como si fuera una conspiración, las mujeres y las personas mayores son las principales víctimas de este fenómeno. ¡Como si no tuvieran ya suficiente con lo suyo! A mí, personalmente, me gusta pensar que mi cuerpo retiene líquidos para estar más hidratado… aunque mi médico dice que no es así. El otro día me dijo que bebiera menos cerveza. ¡Menuda ocurrencia!

¿Sabías que…? A veces, la retención de líquidos puede ser señal de problemas más serios, como problemas del corazón, riñón o hígado. Así que, si te hinchas como un globo, ¡mejor ir al médico! No vaya a ser que te conviertas en el próximo protagonista de la película “Up”.

Extra, extra: Comer mucha sal puede ser el culpable de que parezcas un flotador. ¡Yo me he pasado al apio! Bueno, no, sigo con mis patatas fritas, pero al menos me lo planteo.

Más info: El embarazo también puede causar retención de líquidos. ¡Imaginad! Llevas un bebé dentro, ¿qué esperabas, que llevara desodorante incorporado?

Última hora: A veces, incluso los medicamentos pueden ser los culpables. ¡Hasta las pastillas te juegan malas pasadas! En fin, que la vida es una tómbola.

¿Qué siente una persona cuando tiene retención de líquidos?

¡Ay, la retención de líquidos! Es como llevar un chaleco de agua invisible, pero en vez de flotar, te sientes como un pudín.

Hinchazón: Piensa en un globo que se infla. Tus piernas, tobillos, incluso la cara, se ven y se sienten más…llenas. Como si hubieras ganado una competición de hinchazón, ¡y no te dieron ni una medalla!

Pesadez: Ese peso extra no es sólo visual. Es una sensación constante, agobiante, como si estuvieras cargando sacos de arena en las extremidades. ¡Hasta tus propios pies te parecen pesados! Recuerdo cuando me pasó, ¡casi me caigo subiendo las escaleras!

Ropa ajustada: De repente, tus pantalones favoritos se convierten en tu peor pesadilla. Los anillos, los relojes… ¡todo te aprieta! Es como si tu cuerpo se hubiera encogido, pero tu ropa no. Es una situación bastante absurda. Pareciera que te cambiaron el cuerpo por uno de mayor volumen.

¿Por qué ocurre esto? A veces es una simple cuestión de sal. Otras veces es un problema más serio. Te recomiendo consultar a un médico si notas síntomas persistentes.

  • Posibles causas: Dieta rica en sodio, falta de ejercicio, problemas de riñón, problemas circulatorios.
  • Recomendaciones: Beber mucha agua (irónico, ¿verdad?), reducir el sodio, ejercicio moderado. Yo mismo empecé a hacer yoga y, juro, ¡me ha ayudado un montón!

En resumen: La retención de líquidos es una molestia, una incomodidad que, a veces, hasta te puede poner de mal humor. Pero, recuerda, ¡no estás solo! Y con algunos cambios en tu estilo de vida, puedes combatir a este enemigo invisible.

¿Cómo saber si estoy reteniendo líquido en el abdomen?

Hinchazón. Abdomen… apretado. Como un globo. ¿Será retención de líquidos? Ombligo raro, plano… A veces me pasa después de comer mucha sal. Hoy comí patatas fritas, ¿influirá?

Malestar. No dolor, pero… sensación rara. Incómodo. ¿Será el pantalón? Lo lavé ayer. Nuevo detergente. A lo mejor me irrita la piel. No, no creo. Es más interno.

  • Tirantez. Sí, eso sí. Mucha tirantez. Como si la piel fuera a explotar. Exagerado, lo sé. Pero así lo siento.

  • Ombligo. Plano total. Raro. Ayer estaba normal. ¿O no? Tengo que fijarme más. Mañana lo miro bien. A ver si cambia.

Retención de líquidos. Sí, puede ser. Bebí poca agua hoy. Ayer también. Y anteayer… Debería beber más. Dos litros. ¿O eran tres? Lo apuntaré en una nota. “Beber agua”. En el móvil. Así no se me olvida.

El otro día leí sobre la ascitis. Mucho líquido. Grave. Espero que no sea eso. Me asusté. Demasiada información en internet. A veces es mejor no buscar. Pero la curiosidad…

  • Hinchazón en los tobillos. Eso también lo leí. A mí no me pasa. Solo el abdomen. Bueno, y las manos a veces. Cuando hace calor. Pero eso es normal, ¿no?

Este verano fui al médico por otra cosa. Me pesó. 72 kg. He engordado. El año pasado pesaba 68. ¿Será por la retención de líquidos? Tendré que ir al médico. Pedir cita. Mañana llamo. O pasado.

Si abdomen hinchado, tirante, ombligo plano o hacia afuera, puede ser retención de líquidos.

¿Dónde se aloja la retención de líquidos?

¡Ay, qué pereza! Retención de líquidos… ¿dónde se esconde la muy… ¡ah, sí! En los tobillos, eso seguro. Ayer mismo, ¡mis tobillos parecían globos! Y los párpados… ufff, me sentía como un pug, ojitos hinchados. ¿Será por la pizza que me comí anoche? O esa cerveza… o las dos cosas… ¡qué desastre!

También se acumula en las manos, ¿verdad? ¡Lo noto! Sobre todo por las tardes. Esa sensación de pesadez… ay, me dan ganas de meterlas en un cubo de hielo. ¿Será que he bebido poca agua? No, ayer bebí dos litros. ¡Mentira! Una botella y media.

¿Por qué siempre pasa esto? Estoy harta. Tengo que apuntarme a clases de yoga, dicen que ayuda… aunque sea una lata. Buscaré clases de yoga en mi barrio, el de la calle Mayor, cerca de la pastelería. ¡Ah! ¡Y en las piernas! Las piernas también se hinchan. ¿Qué más? ¡Ya se me olvidó!

  • Tobillos
  • Párpados
  • Manos
  • Piernas

¡Es horrible! Tengo una cita mañana con el doctor Martínez, a ver qué dice. Ojalá me dé algo que funcione… ¡que no sea diuréticos! ¡Odio los diuréticos! Me dejan sin fuerzas.

Necesitaré buscar un remedio natural. Mi abuela siempre decía… ¿qué decía? ¡Ay, Dios! Se me ha olvidado. Será mejor que busque en Google… aunque es un coñazo.

#Hinchazón Cuerpo #Retención Líquidos