¿Es mejor poner frío o caliente para el dolor muscular?

¡Ay, el dolor muscular! ¿Verdad que es lo peor? Esa sensación de tener un ejército de pequeños duendes golpeándote por dentro… Uf. Y luego viene la pregunta del millón: ¿frío o calor?

A ver, yo te cuento mi experiencia, que no es poca. ¿Recuerdas aquella vez que me apunté a crossfit pensando que iba a ser como en Instagram? Risas nerviosas Madre mía, ¡qué error! Los dos días siguientes no podía ni bajar las escaleras. Al principio, sí, el hielo fue mi mejor amigo. Alivio instantáneo, como si anestesiaran a los duendes.

Pero, ¿sabes? Pasados esos dos días, sentía que el músculo estaba como… rígido, agarrotado. Ahí fue cuando probé el calor. Una buena ducha caliente, un saco de semillas… ¡ufff! ¡Qué diferencia! La sangre empezó a circular, el músculo se relajó… Fue como si, de repente, pudiera respirar de nuevo.

Ahora, ojo, no digo que el frío sea malo, ¿eh? Creo que depende mucho del momento y del tipo de dolor. Al principio, cuando la inflamación está a tope, el frío puede ser una maravilla. Pero después, cuando el músculo necesita relajarse y recuperarse, creo que el calor es la mejor opción.

Al final, ¿sabes? Creo que lo mejor es escuchar a tu cuerpo. Cada uno es un mundo y lo que me funciona a mí puede que a ti no te sirva de nada. ¿No te ha pasado alguna vez? Probar algo que a todo el mundo le va genial y tú seguir igual de fastidiado.

Así que, prueba, experimenta, y decide qué es lo que te va mejor. Y si te sigues sintiendo mal, ¡a un fisio de cabeza! Que esos sí que saben lo que se hacen. 😉

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