¿Qué destruye el agua oxigenada?

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El peróxido de hidrógeno, en contacto directo, irrita ojos, garganta, vías respiratorias y piel. Su ingestión, especialmente en altas concentraciones, provoca malestar gastrointestinal, desde leve hasta grave, dependiendo de la cantidad ingerida.

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El poder destructor del agua oxigenada: más allá de la desinfección

El agua oxigenada, o peróxido de hidrógeno (H₂O₂), es un compuesto químico familiar en muchos hogares. Conocida por sus propiedades desinfectantes y blanqueadoras, a menudo se utiliza para limpiar heridas superficiales o aclarar el cabello. Sin embargo, su poder oxidante, el mismo que le confiere estas útiles propiedades, también la convierte en una sustancia capaz de “destruir” diversas moléculas y materiales, tanto a nivel microscópico como macroscópico. Es importante entender qué destruye el agua oxigenada para utilizarla de forma segura y eficaz.

Más allá de su efecto en bacterias y virus, que es el fundamento de su acción desinfectante, el peróxido de hidrógeno reacciona con una variedad de compuestos orgánicos e inorgánicos. A nivel molecular, su poder radica en la liberación de un átomo de oxígeno altamente reactivo, un radical libre, que busca estabilizarse robando electrones de otras moléculas. Este proceso de oxidación altera la estructura química de las sustancias con las que entra en contacto, produciendo su “destrucción” en el sentido de transformarlas en otras sustancias.

Veamos algunos ejemplos concretos:

  • Pigmentos: El peróxido de hidrógeno oxida los pigmentos, alterando su estructura molecular y, por lo tanto, su color. Esto explica su uso para blanquear el cabello, la ropa e incluso los dientes. En el caso del cabello, la melanina, responsable del color, se descompone, aclarando el tono.

  • Material genético: El peróxido de hidrógeno puede dañar el ADN y ARN, tanto de microorganismos como de células humanas. Esta capacidad de dañar el material genético es la base de su toxicidad a altas concentraciones. Es por eso que, aunque se utiliza en bajas concentraciones para desinfectar heridas, su uso interno o en concentraciones elevadas es peligroso. Como se menciona, el contacto directo irrita ojos, garganta, vías respiratorias y piel. Su ingestión, especialmente en altas concentraciones, provoca malestar gastrointestinal, desde leve hasta grave, dependiendo de la cantidad ingerida.

  • Compuestos sulfurados: Reacciona con compuestos que contienen azufre, como los presentes en algunas manchas y olores desagradables, neutralizándolos mediante la oxidación.

  • Metales: Dependiendo del metal, el peróxido de hidrógeno puede causar corrosión o formar óxidos metálicos. Por ejemplo, reacciona con el hierro, acelerando su oxidación (formación de óxido).

En resumen, el agua oxigenada “destruye” mediante la oxidación, un proceso químico que altera la estructura de diversas moléculas. Si bien esta propiedad es útil en la desinfección y el blanqueamiento, también conlleva riesgos si no se utiliza con precaución. Comprender la naturaleza reactiva del peróxido de hidrógeno es fundamental para su manejo seguro y para aprovechar al máximo sus beneficios sin sufrir sus efectos perjudiciales.