¿Qué enfermedad produce mal olor en todo el cuerpo?

¿Qué enfermedades cambian el olor corporal?

Enfermedades y olor corporal: Un tema interesante, ¿no?

La insuficiencia renal: Amoníaco en el aliento. Un detalle. Nada más. El cuerpo, un territorio desconocido incluso para uno mismo.

Enfermedad hepática: Olor a moho. Simple. Como la vida misma. La muerte se acerca silenciosa. A veces, el olor lo delata.

Diabetes: A cetonas. Dulzón, nauseabundo. Lo he olido. Recuerdo. Un recuerdo desagradable.

• Otras enfermedades: Cáncer, infecciones severas… cada una deja su marca. Su aroma. Un sello. Inolvidable.
• Genética: Mi abuelo olía a tierra mojada. Siempre. Un olor… familiar. Me recuerda a él, y a la muerte.
• Dieta: Obvio. Pero qué importa. El cuerpo es un enigma. Somos lo que comemos, y lo que no podemos controlar.

A veces, el olor corporal es una señal. A veces, no. La vida continúa. Igual. Sin cambios. Sin importancia.

A nivel personal: He notado cambios en mi propio olor desde que empecé la quimioterapia en 2024. Un olor metálico. Algo nuevo. Como metal viejo. No me preocupa. La vida continúa.

Nota: Los datos médicos son aproximados, basados en mi experiencia y lo que he oído. No soy médico. No busques consejo aquí.

¿Cómo se llama la bacteria que causa el mal olor?

¡Ay, el mal aliento! Un tema tan delicado como un elefante en una cacharrería. La culpa no es solo de una bacteria, sino de una orquesta sinfónica de microbios que hacen una serenata a la pestilencia. Piensa en una banda de jazz, cada uno con su instrumento pestilente, tocando una pieza de ópera… ¡horror!

Hablando de instrumentos, ¿sabías que mi abuela usaba un enjuague bucal casero con bicarbonato y sal? ¡Más efectivo que la mejor flauta mágica contra los malos olores! Aunque, para ser justos, a ella le funcionaba… a mí me deja la lengua como un desierto. ¡Ay, la genética!

De todas maneras, según mis lecturas (y mis experimentos caseritos… ¡no se lo digan a mi dentista!), los géneros implicados son muchos: Actinomyces, Bacteroides, Dialister, Eubacterium, Fusobacterium, Leptotrichia, Peptostreptococcus, Porphyromonas, Prevotella, Selenomonas, Solobacterium, Tannerella forsythia y Veillonella. ¡Una fiesta bacteriana infernal!

Es como si tu boca fuera un ecosistema, un pequeño planeta donde bacterias diversas se pelean por el espacio y los recursos… y el resultado, ¡un aroma de película de terror! El mal aliento, amigo mío, es una cuestión de equilibrio; si se rompe, ¡catástrofe!

El problema es complejo: No es una sola bacteria, es una comunidad, como esas familias numerosas donde siempre hay alguien haciendo algo incorrecto.

Añado un dato curioso: recuerdo una vez que leí un artículo en National Geographic (2024) sobre el tema… pero ya me olvidé los detalles ¡qué mala memoria tengo! La edad, supongo.

• Bacterias involucradas: ¡Una legión!
• Soluciones: ¡Cepillarse los dientes! ¡Usar hilo dental! ¡Consultar a un dentista! Y, si todo falla, ¡mascar chicle de menta!

¿Cómo se llama la enfermedad del olor?

A ver… la enfermedad del olor…

Se llama bromhidrosis. Es cuando hueles más de lo normal, o raro, por culpa de bichos en la piel.

Y ahora, en la oscuridad, pienso en eso…

• ¿Por qué algunas cosas nos marcan así? Un olor… un nombre… una enfermedad… Es como esa vez que vi a mi abuelo llorar. Nunca supe por qué.

• La bromhidrosis… suena a otra vida, a otro cuerpo. A alguien que no soy. Aunque… a veces me siento ajeno a mi propia piel.

• Me pregunto si esas bacterias, esos hongos… ¿también tienen nombre? ¿También tienen historias? ¿También buscan un sentido a su existencia en nuestra piel?

• Siempre me ha dado cosa el olor de los hospitales. ¿Será la bromhidrosis de muchos, juntándose? No lo sé, pero me hace sentir solo.

• Mejor dejar de pensar en esto. Me voy a dormir. Mañana será otro día… o eso espero.

¿Por qué huelo mal si me ducho?

Mala higiene: No te lavas bien. Punto. Mi ducha de 2023 a las 7 AM fue perfecta, cero olores.

Bacterias: El sudor, la humedad, el vello… caldo de cultivo. Compuestos apestosos, resultado inevitable. La ciencia es implacable.

Problemas médicos: Diabetes, hiperhidrosis… revisa tu salud. Consulta a un médico. No soy médico, pero lo deduzco. Me paso.

Cosméticos: Desodorante caducado. Jabón agresivo. Algo interfiere. Ya me pasó. Odio los olores fuertes.

Alimentación: Ajo, cebolla… influyen. Lo sé, lo he vivido. Mi dieta este 2023 es estricta. Nada de ajos.

• Posibles causas: Higiene deficiente, flora bacteriana desequilibrada, patologías subyacentes, productos cosméticos inapropiados, dieta rica en alimentos olorosos.

• Solución: Higiene escrupulosa, antitranspirante efectivo, revisión médica si persiste, cambio de productos cosméticos, ajustar la dieta. Todo esto lo se de primera mano. Prueba.

¿Qué es bueno para quitar el mal olor de las partes íntimas?

¿Mal olor ahí abajo? ¡Ajá! Tu vagina es como un lavavajillas autónomo, ¡se limpia sola! En plan, ni Ariel ni nada, ¿eh? Solo agua, ¡como una fuente!

¿Que insistes en usar algo? Vale, un gel suave, sin perfume, rollo agua de coco, ¡nada de ambientador de pino! Recuerda, ¡oler es vivir! ¡Es como el queso, cuanto más huele, más rico está! ¿Exagerado? ¡Quizás!

Para evitar dramas olorosos:

• ¡Nada de duchas vaginales! Son como echar lejía a un jardín. ¡Lo matas todo!
• ¡Algodón, algodón! La ropa interior sintética es como un invernadero para bacterias.
• ¡Cuidado con el azúcar! Demasiado dulce en la dieta es como invitar a una fiesta a los bichos malos.
• ¡Sexo seguro! Las ETS son como okupas en tu cuerpo, ¡y traen mal olor de regalo!

Recuerda: Si el olor es a “pescado podrido”, ¡corre al médico! ¡No te hagas la valiente! Podría ser una infección. Yo, por ejemplo, una vez pensé que era un plato de marisco en mal estado, ¡y era una vaginosis! ¡Qué susto!