¿Qué es bueno para una verruga lastimada?

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Para una verruga lastimada, la crioterapia con nitrógeno líquido, aplicada en clínica, o el ácido salicílico, para descamación, pueden ser efectivos.
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Cómo tratar una verruga lastimada

Las verrugas son crecimientos cutáneos benignos causados por el virus del papiloma humano (VPH). Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en las manos, los pies y la cara.

Aunque las verrugas suelen ser inofensivas, pueden resultar dolorosas o irritantes si se lastiman. Si una verruga lastimada está sangrando o supurando, es importante tratarla para prevenir infecciones.

Opciones de tratamiento para una verruga lastimada

Hay varias opciones de tratamiento disponibles para una verruga lastimada, entre ellas:

  • Crioterapia: Este tratamiento implica congelar la verruga con nitrógeno líquido. El nitrógeno líquido destruye las células de la verruga, lo que hace que se caiga. La crioterapia es un procedimiento relativamente simple y rápido que se suele realizar en la clínica.
  • Ácido salicílico: Este medicamento se aplica tópicamente sobre la verruga para exfoliarla gradualmente. El ácido salicílico es un queratolítico, lo que significa que descompone la queratina, la proteína que compone la capa externa de la piel. Esto ayuda a eliminar la verruga capa por capa.
  • Tratamiento casero: Si la verruga es pequeña y no está muy lastimada, puedes intentar tratarla en casa con vaselina o aceite de árbol de té. La vaselina puede ayudar a mantener la verruga húmeda, lo que la hace más fácil de quitar. El aceite de árbol de té tiene propiedades antivirales y antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.

Cuándo consultar a un médico

Es importante consultar a un médico si la verruga lastimada está:

  • Sangrando o supurando pus
  • Dolorosa o irritante
  • Cambiando de tamaño o forma
  • Extendiéndose a otras partes del cuerpo

Un médico puede recomendar el mejor curso de tratamiento según el tamaño, la ubicación y la gravedad de la verruga.

Prevención

Aunque no siempre es posible prevenir las verrugas, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de contraerlas:

  • Lávate las manos con frecuencia con agua y jabón.
  • Evita tocar las verrugas de otras personas.
  • No compartas objetos personales, como toallas o zapatos.
  • Usa zapatos que te queden bien y mantén los pies secos.
  • Evita las zonas húmedas, como piscinas y duchas públicas.