¿Qué hacer cuando un bebé tiene falta de apetito?

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Si tu bebé come poco, evita los refrigerios entre comidas y las distracciones durante la hora de comer. Ofrécele platos visualmente atractivos e introduce nuevos alimentos, pero recuerda que la diversificación alimentaria comienza a partir de los seis meses.

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La delicada danza del apetito: ¿Qué hacer cuando tu bebé come poco?

Ver a nuestro bebé rechazar la comida puede ser una fuente de preocupación para cualquier padre. Nos preguntamos si está recibiendo los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo, y la ansiedad se instala rápidamente. Si bien cada niño es un mundo, y la cantidad de alimento que ingieren varía, existen algunas estrategias que podemos implementar para estimular el apetito de los más pequeños cuando notamos una disminución en su ingesta.

La clave reside en comprender que el apetito infantil es un proceso fluctuante, influenciado por diversos factores, desde el crecimiento acelerado hasta la simple exploración de nuevas texturas y sabores. En lugar de forzar la alimentación, lo cual puede generar aversión a la comida, es fundamental crear un ambiente positivo y propicio para la alimentación.

Uno de los primeros pasos para abordar la falta de apetito en bebés es evitar los refrigerios entre comidas. Ofrecer pequeños bocadillos a deshoras, aunque sea con la mejor intención, puede disminuir el hambre a la hora de la comida principal. Mantener un horario regular de comidas, con intervalos adecuados, permite que el bebé llegue con un apetito genuino.

Asimismo, las distracciones durante las comidas pueden ser un enemigo silencioso del buen apetito. Apagar la televisión, guardar los juguetes y crear un ambiente tranquilo y centrado en la alimentación ayuda al bebé a concentrarse en la tarea de comer y a reconocer las señales de saciedad de su propio cuerpo.

La presentación de los alimentos también juega un papel fundamental. Platos visualmente atractivos, con colores vibrantes y diferentes texturas, pueden despertar la curiosidad del bebé y estimular su interés por probar nuevos sabores. Podemos ser creativos con la disposición de los alimentos, formando caras divertidas o utilizando moldes con formas infantiles.

Introducir nuevos alimentos de forma gradual y persistente es esencial para ampliar el paladar del bebé y asegurar una nutrición completa. Sin embargo, es crucial recordar que la diversificación alimentaria comienza a partir de los seis meses, bajo la supervisión del pediatra. Antes de esta edad, la leche materna o la fórmula infantil son la principal fuente de alimento y deben ser priorizadas.

Finalmente, es importante recordar que la paciencia y la observación son nuestras mejores aliadas. Cada bebé tiene su propio ritmo y preferencias. Si la falta de apetito persiste o si se acompaña de otros síntomas, como pérdida de peso o cambios en el comportamiento, es fundamental consultar con el pediatra, quien podrá descartar cualquier problema de salud subyacente y ofrecer recomendaciones personalizadas. La alimentación infantil es un proceso de aprendizaje continuo, tanto para el bebé como para los padres, y requiere de una combinación de estrategias, paciencia y mucho amor.