¿Qué hacer si tengo la vejiga llena y no puedo orinar?

Solución a la incapacidad de orinar con vejiga llena

La retención urinaria, la incapacidad de orinar a pesar de tener la vejiga llena, puede ser una experiencia incómoda y potencialmente dañina. Existen varias opciones de tratamiento disponibles para abordar esta afección según su causa subyacente.

1. Cirugía

• Reparación de vejiga: En casos de vejigas dañadas o debilitadas, se puede realizar una cirugía para reparar o fortalecer los músculos de la vejiga, mejorando su capacidad para vaciarse.
• Esfínter uretral externo ablativo (EUA): Este procedimiento elimina el músculo que rodea la uretra (conducto urinario), permitiendo que la orina fluya libremente.

2. Cateterización

• Catéter urinario: Un tubo flexible que se inserta en la vejiga a través de la uretra para drenar la orina. Es una solución temporal o a largo plazo, según la causa de la retención urinaria.
• Catéter suprapúbico: Un tubo que se inserta directamente en la vejiga a través de una pequeña incisión en el abdomen. Se utiliza para personas que no pueden tolerar un catéter uretral.

3. Dilatación uretral

• Dilatación con balón: Un pequeño balón se inserta en la uretra y se infla para ensanchar el conducto urinario, aliviando la obstrucción.
• Uretrotomía interna: Un procedimiento quirúrgico menor que implica cortar el estrechamiento de la uretra para mejorar el flujo de orina.

4. Medicamentos

• Alfabloqueantes: Relajan los músculos de la uretra, facilitando la micción.
• Antimuscarínicos: Bloquean los receptores de acetilcolina en la vejiga, reduciendo las contracciones involuntarias que pueden dificultar la micción.

Selección del tratamiento

El mejor tratamiento para la retención urinaria depende de la causa subyacente. Un médico evaluará los síntomas, realizará un examen físico y ordenará pruebas, como un análisis de orina o una cistoscopia, para determinar la causa de la afección.

Es esencial buscar atención médica inmediata si experimenta incapacidad para orinar con vejiga llena. La retención urinaria prolongada puede provocar daño vesical, infección y otras complicaciones graves.