¿Qué indica el reflejo de Moro?

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El reflejo de Moro, presente en recién nacidos, se manifiesta ante un estímulo repentino o la sensación de caída. El bebé reacciona sobresaltándose, extendiendo sus brazos lateralmente con las palmas hacia arriba y los pulgares flexionados, en un gesto instintivo de protección. Es un reflejo primitivo importante para evaluar el desarrollo neurológico del lactante.

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El Reflejo de Moro: Una Ventana al Desarrollo Neurológico Infantil

El reflejo de Moro, también conocido como reflejo de sobresalto, es un fenómeno fascinante y crucial en la evaluación del desarrollo neurológico de los recién nacidos. Más que una simple reacción, esta respuesta refleja un complejo mecanismo de supervivencia innato, observable en los primeros meses de vida y que ofrece valiosa información sobre la integridad del sistema nervioso central del bebé.

A diferencia de lo que muchos piensan, el reflejo de Moro no se activa únicamente por un ruido fuerte. Si bien un sonido repentino o una vibración intensa pueden desencadenarlo, la respuesta también se manifiesta ante otros estímulos que simulan una caída o una pérdida de soporte. Imaginen al bebé acostado boca arriba; si se le inclina la cabeza ligeramente hacia atrás, o se produce una leve caída súbita de la postura (incluso simulando la sensación de falta de apoyo), el reflejo se activará.

La secuencia de movimientos es característica y precisa: el bebé extiende sus brazos de forma simétrica hacia los lados, con las palmas abiertas y los dedos extendidos, a menudo con los pulgares ligeramente flexionados. Simultáneamente, los dedos se arquean, y las manos adoptan una postura característica de “agarre”. Este movimiento, que recuerda la actitud de un primate aferrándose para evitar una caída, es seguido por una flexión de los brazos hacia el pecho, como un intento de abrazarse a sí mismo. Acompañando estos movimientos de los brazos, a menudo se observa una ligera extensión de las piernas.

La duración y la intensidad de la respuesta del reflejo de Moro pueden variar ligeramente entre los bebés. En circunstancias normales, el reflejo suele desaparecer gradualmente entre los 3 y 6 meses de edad, a medida que el sistema nervioso del bebé madura y se desarrollan mecanismos de control postural más sofisticados. La persistencia del reflejo más allá de este periodo, o su ausencia completa, puede ser un indicador de posibles problemas neurológicos. Es por ello que la evaluación de este reflejo forma parte integral de la exploración física rutinaria del recién nacido en las revisiones pediátricas.

Es importante destacar que la interpretación de la respuesta del reflejo de Moro debe ser realizada por un profesional médico. La presencia o ausencia, la intensidad y la simetría de la respuesta, combinadas con otros hallazgos clínicos, permiten al pediatra obtener un panorama completo del desarrollo neurológico del lactante y descartar o diagnosticar precozmente posibles alteraciones. Un reflejo de Moro asimétrico, por ejemplo, podría sugerir la presencia de una lesión neurológica unilateral.

En resumen, el reflejo de Moro es mucho más que una simple reacción de sobresalto. Es una herramienta diagnóstica invaluable que nos permite asomarnos al desarrollo neurológico del recién nacido, ofreciendo una temprana señal de alerta ante posibles complicaciones y contribuyendo a la atención médica precoz y eficaz.