¿Qué le pasa al perro macho cuando está en celo?

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Un perro macho no experimenta un celo propiamente dicho. Su interés sexual se activa por las feromonas de la hembra en celo, pudiendo mostrar comportamientos de cortejo y apareamiento en cualquier momento si detecta estas señales.

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El Mito del Celo en Perros Machos: Desmitificando la Realidad Hormonal

Cuando hablamos del ciclo reproductivo canino, solemos centrarnos en las hembras y su “celo”. Sin embargo, ¿qué ocurre con los machos? ¿Experimentan ellos también un celo similar? La respuesta corta es no. Los perros machos no tienen un ciclo de celo definido y periódico como las hembras. Su fisiología reproductiva es diferente y su comportamiento sexual está principalmente impulsado por la presencia de hembras receptivas.

Si bien no experimentan un celo en el sentido tradicional, es crucial entender cómo funciona su instinto sexual y cómo responden a las señales químicas que emiten las hembras.

La Clave: Feromonas y la Detección de Hembras en Celo

La principal fuerza impulsora detrás del comportamiento sexual de un perro macho es su capacidad para detectar las feromonas que libera una hembra en celo. Estas sustancias químicas, imperceptibles para el olfato humano, son la señal inequívoca para el macho de que una hembra está en su periodo fértil y lista para el apareamiento.

Cuando un perro macho detecta estas feromonas, su cuerpo se pone en alerta, activando su interés sexual. Este interés se puede manifestar de diversas maneras, incluyendo:

  • Aumento del marcaje con orina: El macho intensificará el marcaje territorial con orina para dejar su propia “tarjeta de presentación” y competir con otros machos.
  • Mayor inquietud y nerviosismo: Puede mostrarse más ansioso, dificultándole concentrarse en otras tareas.
  • Intentos de fuga: El instinto de encontrar a la hembra puede llevarlo a intentar escapar para seguir el rastro de las feromonas.
  • Ladrido y aullidos: En un intento de localizar a la hembra y atraer su atención, el macho puede volverse más vocal.
  • Comportamientos de cortejo: Si se encuentra cerca de la hembra en celo, intentará acercarse, lamerla, olfatearla y realizar movimientos de cortejo.
  • Erección y exposición del pene: Este es un signo evidente de excitación sexual.

Un Interés Sexual Constante, Activado por Estímulos

A diferencia de las hembras que tienen un ciclo reproductivo limitado, los perros machos tienen la capacidad de responder a estímulos sexuales durante todo el año. En otras palabras, su interés sexual está siempre “encendido”, esperando la señal que lo active.

Es importante destacar que la intensidad de la respuesta del macho a las feromonas puede variar dependiendo de factores como la edad, la raza, el temperamento individual y, sobre todo, la proximidad a la hembra en celo. Un perro macho que vive cerca de una hembra en celo mostrará un comportamiento más marcado que uno que no tiene contacto con feromonas.

Implicaciones para el Dueño

Entender este comportamiento es crucial para los dueños de perros machos, especialmente si conviven con hembras o viven en áreas con una alta población canina.

  • Esterilización/Castración: La castración puede reducir significativamente la producción de testosterona, lo que disminuye el interés sexual y los comportamientos asociados. Esto puede ser beneficioso para controlar comportamientos problemáticos como el marcaje excesivo, la agresividad competitiva y los intentos de fuga.
  • Supervisión y control: Cuando se sabe que hay hembras en celo en la zona, es fundamental mantener al perro macho bajo supervisión y con correa para evitar fugas o comportamientos no deseados.
  • Entrenamiento: Reforzar órdenes básicas como “quieto” o “aquí” puede ayudar a controlar al perro en situaciones donde se vea tentado a seguir su instinto.
  • Paciencia y comprensión: El comportamiento de un perro macho en presencia de una hembra en celo es instintivo. Castigarlo no es efectivo y puede generar ansiedad. La clave está en la prevención, la gestión del entorno y el entrenamiento adecuado.

En resumen, aunque los perros machos no experimentan un celo propiamente dicho, su instinto sexual está siempre presente y activado por las feromonas de las hembras en celo. Comprender esta dinámica es fundamental para gestionar su comportamiento y garantizar su bienestar, así como el de las hembras en su entorno. La castración se presenta como una herramienta efectiva para mitigar estos impulsos y fomentar una convivencia más pacífica.