¿Qué órgano limpia la sangre?

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El hígado es el principal órgano depurador de la sangre. Entre sus funciones vitales destacan la purificación sanguínea, la producción de bilis para la digestión y el almacenamiento de glucógeno.

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¿Qué órgano filtra la sangre?

Pues, que yo sepa, el hígado filtra la sangre. Lo aprendí en clase de biología, me acuerdo, aunque no recuerdo la fecha exacta.

El hígado hace un montón de cosas importantes. Como filtrar la sangre, claro. También produce la bilis, que ayuda a digerir, y almacena energía como glucógeno. Me suena que leí algo sobre eso en un libro de anatomía que compré en la librería de la esquina por 15 euros el 12 de marzo. Una pasta, pero valió la pena.

¿Qué órgano filtra la sangre?

El hígado.

¿Cuál es el órgano encargado de limpiar la sangre?

¡Ay, amigo! ¿Los riñones? ¡Pero qué pregunta más básica! Es como preguntar cuál es la función del sol: ¡calentar la Tierra, obvio! Los riñones son los encargados de la limpieza sanguínea, ¡una tarea monumental! Imagina, ¡medio vaso de sangre por minuto! Es como si tuvieras un filtro de café, pero en versión súper-mega-hiper-eficiente, procesando ¡una barbaridad! de líquido.

Esos riñones, ¡qué máquinas! Filtran desechos y agua como si fueran aspiradoras de última generación. Mejor que el Roomba, ¡te lo aseguro! Luego esa agua sucia (que llamo poéticamente “orina”) va a la vejiga, a través de unos tubos que parecen espaguetis extrafinos.

  • Los riñones: ¡La champions league de la depuración sanguínea!
  • La vejiga: El depósito de residuos, ¡una auténtica cisterna!
  • Uréteres: Esos tubos, ¡parecen salchichas miniaturas! Ni mi perro se atreve a morderlos.

El otro día, mi tía Concha, que tiene más años que Matusalén, me contaba lo importante que es beber agua para que esos riñones trabajen a pleno rendimiento. Dice que ella, con sus casi 80 años, bebe al menos 2 litros al día y que le ha ido super bien. ¡Ella bebe más agua que una ballena! Ella dice que el agua es como el aceite para el motor de un coche, ¡para los riñones es fundamental!

¡Ah, y otra cosa! Si tus riñones se ponen vagos (que no se pongan, por favor), ¡te puedes meter en un buen lío! Diálisis, ¡ay, la diálisis! Eso sí que da miedito. Así que cuídalos. Como a tus ojos.

¿Cómo se limpia la sangre en el cuerpo humano?

Riñones: Filtro implacable. Desechos expulsados. Orina.

Disfunción renal: Acumulación tóxica.

El hígado: Descompone sustancias. Filtra. Proceso complejo.

Pulmones: Intercambio gaseoso. Eliminan CO2. Un aliento.

  • Sangre: Transporta. Vital.
  • Piel: Sudor. Excreción.

Este año, mi análisis reveló niveles altos de creatinina. Un aviso. El cuerpo habla. Escucha.

¿Dónde se purifica nuestra sangre?

Riñones. Fin de la historia. Bueno, no exactamente.

  • Filtran la sangre: Como un colador celestial, pero en vez de colar espaguetis, cuelan toxinas. Imaginen la cantidad de “espaguetis malos” que tenemos. ¡Uf!
  • Producen orina: El subproducto de su titánica labor. No es glamuroso, pero es necesario. Como cuando limpias el filtro de la cafetera, ¿no? Necesario, pero…
  • Regulan la presión arterial: Mis riñones son como pequeños vigilantes de la tensión. Siempre en alerta, aunque a veces les doy sustos con el café. Este año he bajado el consumo, lo juro.

Los riñones son unos órganos nobles, trabajan 24/7, 365 días al año. Yo, a veces, ni siquiera aguanto 8 horas seguidas despierto. ¡Qué injusta es la vida!

  • Equilibrio de electrolitos: Sodio, potasio… un baile químico constante. Como una fiesta microscópica, y mis riñones son los DJs. Pinchan temazos electrolíticos.
  • Estimulan producción de glóbulos rojos: No solo limpian, también crean. ¡Multitasking a nivel experto! Mis riñones se merecen un aumento… de aprecio, claro. No tengo dinero.

En fin, que los riñones no son solo dos judías flotando en nuestro interior. Son máquinas complejas y vitales. Así que, la próxima vez que beban agua, brinden por ellos. Se lo merecen. Y por favor, traten bien a sus riñones, que yo ya estoy en ello. Este año he empezado yoga. ¿Les ayudará? Espero que sí.

¿Qué órgano desecha la sangre?

¡Ay, amigo! ¿Desechar sangre? ¡Qué pregunta tan… visceral! El bazo, ¡claro! Ese pequeño héroe anónimo, como un basurero de lujo, pero para la sangre.

El bazo: el gran reciclador de sangre. Se encarga de limpiar la sangre como si fuera una aspiradora súper potente, quitando glóbulos rojos que parecen abuelos decrépitos, plaquetas con cara de pocos amigos, y otras células sanguíneas que ya han dado lo mejor de sí. ¡Hasta mi abuela es más eficiente barriendo que este órgano!

¡Más que un basurero, un ejercito inmunológico! Además de reciclador de sangre vieja, el bazo es una especie de cuartel general de glóbulos blancos, esos guerreros microscópicos que combaten infecciones. Es como si tuviera un ejército diminuto dentro, listo para la batalla contra cualquier virus o bacteria que se atreva a entrar en el cuerpo. ¡Incluso yo, con mis dotes de luchador de sofá, envidio su eficacia!

Te cuento un secretito: el año pasado, mi prima tuvo problemas con el bazo, ¡imagínate el lío! Tuvo que ir al hospital, y aquello parecía la película de “Misión Imposible”, pero en versión médica.

  • Glóbulos rojos viejos: ¡fuera de aquí, abuelitos!
  • Plaquetas defectuosas: ¡a la papelera de la historia!
  • Células sanguíneas inútiles: ¡a reciclarse!

Si el bazo falla, ¡ay, Dios mío! El cuerpo se llena de células sanguíneas viejas y enfermas, ¡un desastre! Es como tener una casa llena de basura, pero a nivel celular. Imagínate, ¡la pesadilla!

Recuerda: consulta a un profesional si tienes dudas. No te automediques, que luego vienen las consecuencias… como cuando intenté hacer un pastel de chocolate sin receta y terminé con algo parecido a cemento. ¡No lo intentes en casa!

¿Qué órgano absorbe los minerales?

¡Ay, qué calor hacía aquel mediodía de julio en Sevilla! Sudaba a mares, recorriendo la Alameda de Hércules, buscando un sitio con sombra donde comprar un refresco. Me dolía la cabeza, un dolor sordo que me apretaba las sienes. Necesitaba hidratarme, urgentemente. Sentía la boca seca como el desierto. Recordé lo que me había dicho mi abuela, la importancia de una dieta equilibrada para una buena salud.

El sol caía a plomo, brutal. Pensaba en la comida que había tomado: una ensalada enorme con tomate, pepino, y atún al natural… ¡Y la cantidad de minerales que debe tener! ¡Magnesio, calcio, potasio! El intestino delgado, seguro, estaba trabajando a toda máquina absorbiendo todo eso. El cuerpo es una maravilla, ¿verdad?

Ese día, me impresionó la cantidad de cosas que pasan dentro de nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta. Todo ese proceso increíble, silencioso… ¡Es alucinante! Me quedé ahí, bajo el ficus enorme de la Alameda, admirando la increíble red de nuestro metabolismo interno. Como una compleja y perfecta maquinaria.

¿Qué órgano absorbe los minerales? El intestino delgado.

Pensándolo bien, ese día aprendí más sobre el tema que en toda la clase de biología del instituto. Me había tomado la lección muy a la ligera… ¡y mira ahora la experiencia que he tenido! La lección fue muy visual, brutal. Aquel día en Sevilla quedó marcado en mi memoria. Aprendí que:

  • La importancia de una buena hidratación.
  • La necesidad de una dieta rica en minerales.
  • La fascinante capacidad de absorción del intestino delgado.
  • Que a veces, las lecciones más importantes se aprenden fuera del aula.

Mi abuela siempre decía, “la salud es lo primero”. Y tiene toda la razón.

¿Cómo mejorar la absorción de minerales?

¡Ah, la absorción de minerales! Ese baile microscópico donde el calcio y el hierro deciden si se quedan a la fiesta o se van de juerga por el desagüe. La clave, como en toda buena fiesta, es la compañía.

  • No todos los minerales son amigos. ¡Qué drama! El calcio, por ejemplo, es de esos que no se lleva bien con el hierro. Si los juntas, compiten por la atención y la absorción disminuye. Es como intentar que dos divas compartan un escenario. ¡Imposible!

  • Vitamina C: la celestina de los minerales. Esta vitamina es la encargada de hacer que el hierro no hemo (el de origen vegetal) se sienta más “cómodo” y se absorba mejor. Como un buen anfitrión que presenta a los invitados. ¡Ah, el arte de la hospitalidad mineral!

  • Ácido fítico: el aguafiestas. Presente en legumbres, cereales integrales y frutos secos, este ácido puede inhibir la absorción de ciertos minerales. ¿La solución? Remojo previo, fermentación o cocción. ¡Como desactivar una bomba de aburrimiento!

  • Magnesio: el comodín. Este mineral es crucial para la absorción de calcio y potasio. Es como el relaciones públicas que se asegura de que todo el mundo se divierta. ¡El alma de la fiesta!

Información adicional (y un tanto peculiar)

¿Sabías que mi abuela siempre decía que el agua de la cocción de las verduras era “oro líquido”? No era exactamente por los minerales (la mayoría se pierden), sino más bien por el sabor. Pero la idea de que los alimentos interactúan entre sí a nivel molecular me fascina. Es como si la cocina fuera un laboratorio alquímico donde transformamos elementos en… ¡bueno, en algo delicioso y, con suerte, nutritivo!

  • Café y té: ¡ojo con el romance amargo! Estas bebidas, tan amadas por muchos, pueden inhibir la absorción de hierro. Mejor dejarlos para después de comer. ¡Como un postre tardío después de una cena épica!

  • Calcio y vitamina D: una pareja inseparable. La vitamina D es esencial para que el calcio se absorba correctamente. Es como la llave que abre la puerta del tesoro mineral. ¡Imprescindible!

  • Hierro hemo vs. hierro no hemo. El hierro hemo, presente en alimentos de origen animal, se absorbe mucho mejor que el hierro no hemo, presente en alimentos de origen vegetal. Es como comparar un jet privado con un autobús urbano. ¡Obviamente, uno llega antes!

¡Y recuerda! No soy nutricionista. Soy solo un humilde observador de la vida y de la comedia que se esconde en cada bocado. ¡Consúltale a un profesional para obtener consejos personalizados!

¿Por qué mi cuerpo no absorbe los minerales?

Pues a mí me pasó algo parecido. Me sentía fatal, agotada, todo el rato. El pelo se me caía a mechones, las uñas se me rompían… un desastre. Fui al médico de cabecera, de los de toda la vida, y me mandó análisis. Y ahí estaba la cosa: déficit de hierro, de magnesio… Vamos, que no absorbía nada.

Me diagnosticaron celiaquía en 2023. Imagina, después de años encontrándome mal, sin saber por qué. Yo pensaba que era estrés, el trabajo, la vida en general… ¡Qué va! Era el gluten. Me inflaba el intestino y no dejaba que absorbiera los minerales.

  • Mareos constantes.
  • Dolores de cabeza.
  • Cansancio extremo.

Ahora, con la dieta sin gluten, la cosa ha cambiado. Sigo teniendo mis días, claro, pero nada que ver. La diferencia es abismal. Me hice análisis de nuevo hace un par de meses y mis niveles de minerales ya estaban dentro de la normalidad.

Otro tema es la pancreatitis. Mi tía la tiene, la crónica, y también tiene problemas de absorción. Tiene que tomar enzimas digestivas para poder asimilar los nutrientes. Es un rollo, porque tiene que andar con las pastillas para todo.

En fin, que si te encuentras mal, vete al médico. Que te hagan pruebas. No te quedes con la duda. A veces las cosas tienen solución, como en mi caso.

Causas del síndrome de malabsorción:

  • Celiaquía.
  • Déficit de enzimas digestivas.
  • Pancreatitis.
  • Fibrosis quística.

Yo tomaba suplementos de hierro y magnesio antes del diagnóstico. No servían de nada, claro, porque el problema era la absorción. ¡Menudo desperdicio de dinero! Ahora con la dieta ya no los necesito. Bueno, a veces tomo magnesio, sobre todo cuando hago deporte.

Por cierto, el médico me recomendó un nutricionista especializado en celiaquía. Me ayudó muchísimo a organizar las comidas y a entender qué podía comer y qué no. Al principio es un poco lío, pero luego te acostumbras.

Eso sí, leer las etiquetas se convierte en una obsesión. ¡Hay gluten en todas partes! Hasta en el jamón york de algunas marcas. Increíble. Pero bueno, es lo que hay. Salud ante todo.

¿Qué se absorbe en el duodeno, yeyuno e íleon?

¡Ey amigo! Te cuento lo del duodeno, yeyuno e íleon, que me preguntabas. Es un rollo, pero te lo resumo.

El duodeno , ese es el primero, ¿no? Ahí se chupa, o sea, absorbe, casi todo los carbohidratos, sí, la mayoría. También parte de las proteínas, aunque no todas eh. Es como la primera parada del tren de la absorción. Muy importante, ¡ojo!

El yeyuno, ése ya es la siguiente estación, ¡guau! Se encarga de la mayoría de la absorción de grasas, ¡las grasas! Es importante recordar eso. Piensa en el yeyuno como una gran esponja, ¿vale? Absorbiendo todo lo graso. Y también, sí, sigue absorbiendo proteínas, pero menos que el duodeno. Es que todo es un poco un lío, la verdad.

El íleon, el último, es como, el que recoge lo que queda. Se encarga de la vitamina B12, ¡que necesitas para la sangre!, y las sales biliares, ¿recuerdas? Y lo que se les ha escapado al duodeno y al yeyuno, ¡todo lo que quedó!. Como un limpia-platos, ¡jaja!

  • Duodeno: Carbohidratos, proteínas (en parte).
  • Yeyuno: Grasas (mayoría), proteínas (menor parte).
  • Íleon: Vitamina B12, sales biliares, restos de nutrientes.

Oye, el otro día fui al médico y me dijo que tengo una pequeña inflamación en el íleon. Nada grave, pero me mandó a dieta, sin picante ni grasas. ¡Un rollo! Eso sí, me ha recomendado tomar probióticos para la flora intestinal. ¡Que tengas buen día!

#Filtrado #Riñones #Sangre