¿Qué parte del cuerpo afecta la hipoglucemia?

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¡Ay, la hipoglucemia! ¡Qué lata! Personalmente, cuando me baja el azúcar, lo primero que noto es un dolor de cabeza terrible y una irritabilidad que me avergüenza. ¡Me convierto en otra persona! Luego, la confusión mental es horrible, como si tuviera la cabeza llena de algodón. Es aterrador pensar que esto puede llegar a convulsiones o incluso psicosis. ¡Qué importante es mantener el azúcar estable!

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Ay, la hipoglucemia… ¿quién la entiende? A mí, me destroza. De verdad. No es una simple bajada de azúcar, es una pesadilla que se apodera de todo mi ser. ¿Recuerdan esa vez que me quedé tirada en la calle, sin fuerzas ni idea de dónde estaba? Fue horrible. Todo comenzó con un dolor de cabeza que parecía que iba a partirme el cráneo en dos, como un martillo neumático dentro de mi cabeza. Luego, la irritabilidad… ¡uff! Me transformo en un monstruo, una persona que ni siquiera reconozco. Hablaba cosas sin sentido, grité a mi vecina por un simple saludo… ¡qué vergüenza!

Después llega la confusión, esa sensación de niebla mental que te envuelve. Te sientes como un robot con cortocircuito, ¿verdad? Piensas que hay algo muy mal y que no logras entender que es… es terrible. Recuerdo una vez que no podía ni recordar mi propio nombre, imagínate… ¡Aterrador! Y es que, dicen que en casos extremos puede provocar convulsiones, incluso psicosis… ¡qué miedo! Eso sí que te deja helado, ¿no? Me cuentan que algo así le paso a mi tía abuela… Nunca lo olvidaré.

Por eso, ahora me obsesiono con controlar mi azúcar. Llevo una pequeña libreta, un control exhaustivo, incluso mi médico me dijo que algo así es positivo, y aunque a veces es un rollo, merece la pena. No quiero pasar por algo así nunca más. Y es que, hay estudios, no sé si son muchos o pocos, pero dicen que la hipoglucemia afecta a muchas personas y que no se le da la importancia que merece. ¡Debería! ¡Necesita más atención!. Creo que la gente no se imagina lo mal que puede llegar a sentír uno, hasta que no lo pasa.

En fin, que la hipoglucemia es un tema serio, aunque a veces lo cuento como una anécdota, una broma… pero es una lucha diaria por mantener la estabilidad, por sentirme bien, por no perder el control. Y eso, amigos míos, no tiene precio.