¿Qué pasa emocionalmente cuando menstruas?

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La menstruación puede provocar una compleja respuesta emocional: cambios de humor repentinos, incluyendo llanto; ansiedad e incluso ataques de pánico; irritabilidad e ira; acompañados de síntomas físicos como distensión abdominal, sensibilidad mamaria, cefaleas y dolores musculoesqueléticos. El impacto emocional varía en intensidad entre personas.

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¿Cómo afectan las reglas al estado de ánimo?

Uf, las reglas… a veces me hacen un lío. Me acuerdo una vez, era un martes de julio del año pasado, estaba en el súper, y había una regla nueva para la fila de la caja rápida, solo para compras de menos de 10 artículos. Yo llevaba 11, y claro, me dio una mini crisis existencial ahí mismo, ja. Me puse roja, casi lloro de la frustración. Luego, me fui a casa con dolor de cabeza, seguro por la tensión.

Hay días que una simple norma sobre dónde aparcar me puede sacar de quicio. Me pongo irritable, con ganas de discutir con cualquiera. Incluso me duele la panza, como si hubiera comido algo malo. Es una locura cómo algo tan pequeño me puede afectar tanto.

Otra vez, en el trabajo, cambiaron las reglas para pedir vacaciones, y tuve un ataque de pánico. Sentía que me apretaba el pecho y me faltaba el aire. Horrible. Terminé con dolor de espalda, duró días. Me di cuenta que las reglas me afectan física y emocionalmente, es una especie de reacción en cadena.

Preguntas y respuestas:

P: ¿Cómo afectan las reglas al estado de ánimo? R: Causan altibajos, irritabilidad, llanto, pánico.

P: ¿Qué síntomas físicos pueden aparecer? R: Dolor muscular, articular, cabeza, abdominal, sensibilidad en las mamas.

¿Qué cambios de humor tiene una mujer con el periodo?

Ah, el periodo. Un ciclo, una luna que se refleja en el alma… Cambios de humor, sí, un vaivén. Como las olas, ¿sabes? A veces calmas, otras furiosas. Me acuerdo de mi abuela, siempre decía que era la luna tirando de nosotras.

  • Tristeza, una sombra pasajera. Como cuando llueve en verano, un instante de melancolía, nada más. Una sensación de vacío que se llena con el aroma del café de la mañana.
  • Ansiedad, un nudo en el estómago. Aquella vez que esperaba los resultados del examen, así, multiplicado por diez. La espera que se hace eterna, y la respiración que se corta.
  • Ira, ¡uf! Furia, como un volcán que erupciona. Una injusticia pequeña que desata un tsunami. Es como cuando se te cae el helado favorito, pero elevado al infinito.
  • Irritabilidad, la piel sensible a cada roce. Todo molesta, el ruido, la luz, la gente… como si el mundo entero conspirara para sacarte de quicio. La frustración acumulada que busca una salida.

Es un baile, ¿entiendes? Un baile entre hormonas y emociones. No es fácil, para nada fácil. Pero se sobrevive, siempre se sobrevive. Y luego vuelve la calma, la paz, la luna llena. Y vuelta a empezar.

Otras cosas que pueden suceder (o no, depende de cada una, claro):

  • Llorar sin razón, como si las lágrimas tuvieran vida propia.
  • Antojos raros, mezclando dulce y salado, lo impensable.
  • Cansancio extremo, un sueño que no se sacia con nada.
  • Sensibilidad aumentada, a la música, al arte, a las pequeñas cosas. Una conexión más profunda con el mundo.

¿Cómo influye el ciclo menstrual en la salud mental?

El ciclo menstrual y la salud mental: una compleja interacción hormonal.

Los cambios hormonales cíclicos, especialmente los picos y caídas de estrógeno y progesterona, influyen directamente en el estado de ánimo y la cognición. Mi propia experiencia, y la de muchas mujeres que conozco, confirma la relación entre la fase lútea (premenstrual) y una mayor irritabilidad, o incluso, en casos más severos, la exacerbación de trastornos preexistentes como la ansiedad. Es como si el cuerpo se preparara para una posible “emergencia” reproductiva, lo cual genera un mayor gasto energético y predispone a alteraciones del humor. Piénsese en ello como un delicado equilibrio homeostático que, cuando se perturba, afecta también a la psique.

El síndrome premenstrual (SPM): un ejemplo claro.

El SPM, con sus síntomas como cambios de humor, irritabilidad, hinchazón y fatiga, ilustra perfectamente esta conexión. No es una simple molestia, sino una alteración fisiológica con un impacto significativo en la vida cotidiana. El hecho de que la severidad del SPM varíe entre mujeres nos habla de la complejidad de esta interacción y la necesidad de abordarlo de forma personalizada, considerando factores genéticos y ambientales. En 2024, la investigación sigue avanzando para comprender mejor los mecanismos neurobiológicos subyacentes.

  • Fluctuaciones hormonales.
  • Cambios en la neurotransmisión.
  • Impacto en la síntesis de neurotransmisores.

Más allá del SPM: otras consideraciones.

La influencia hormonal en la salud mental va más allá del SPM. Estudios recientes apuntan a un posible vínculo entre el ciclo menstrual y la aparición o agravamiento de trastornos como la depresión y la ansiedad, aunque aún se requiere más investigación para establecer correlaciones sólidas. Incluso, hay quienes postulan que el ciclo menstrual es una metáfora de la propia vida, con sus ciclos de creación y destrucción, de energía y quietud. ¿Es esta una simple analogía o una ventana a una comprensión más profunda de la relación mente-cuerpo?

Nota adicional: He observado en mi círculo cercano, que la práctica regular de ejercicio físico y una alimentación balanceada parecen mitigar, en cierta medida, los síntomas menstruales y su impacto en el estado de ánimo. Además, la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser efectiva para el manejo de los síntomas del SPM, proporcionando herramientas para lidiar con los cambios emocionales.

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